Thursday, October 09, 2014

El hombre del bigote, Sucot y la emigración de los israelíes a Berlín - Shmuel Rosner - Jewish Journal



Los israelíes - una vez más - están teniendo un “momentum Berlín”. Es decir, que han descubierto - una vez más - que la vida en Berlín es mucho más barata, y se sienten perplejos, furiosos y aterrorizados una vez más - por el hecho de que algunos jóvenes israelíes han decidido emigrar a Berlín debido a eso (y a otros razones) -. Los datos, como de costumbre, se dejan de lado cuando se inicia un enconado debate. El número de israelíes que emigran a otros países no es muy alto, y además la población de Israel sigue creciendo, pero los medios de comunicación amantes de los titulares polémicos tienen una tendencia natural a preocuparse por la demografía, lo que utiliza una parte de la izquierda a la que les gusta el autobombo para hacer de la cuestión de Berlín, una vez más, un tema candente de discusión.

Como no quiero repetir - de nuevo - lo que ya he escrito sobre este tema, voy a compartir con ustedes dos cosas:

1.- Desde el momento que me pidieron que escribiera un artículo en hebreo para Sucot por parte del diario israelí Maariv, me pareció muy irónico que una discusión sobre la emigración esté llevándose a cabo precisamente en la víspera de Sucot. Voy a compartir con ustedes algunas ideas que tratan un poco más sobre esta festividad y un poco menos de la emigración.

2.- Voy a compartir con ustedes un mensaje muy corto y un tanto brutal sobre este mismo tema realizado por el conocido novelista-comentarista-experto en la radio-director de TV israelí Irit Linur.

El comentario bastante provocador de Linur fue publicado en hebreo en su página de Facebook y les gustó (pincharon su “Me gusta”) a miles de israelíes que han aprendido a apreciar la lengua afilada y la pluma implacable de Linur - y especialmente su cruda sinceridad a la hora de acercarse a la actualidad -. Linur también es muy buena a la hora de capturar el espíritu de la época de Israel, y al ventilar públicamente lo que muchos de sus compañeros no se atreven a decir en voz alta. Ella amablemente accedió a que yo tradujera su comentario y lo publicara aquí.

Antecedentes necesarios para comprender las alusiones: el símbolo de la protesta del verano de 2011 por los altos precios en Israel fue el requesón, el símbolo del actual debate referente a las estancias en Berlín es un flan de chocolate cubierto por crema llamado Milky - un muy popular manjar israelí que es aparentemente mucho más barato en Alemania que en Israel -.

Después de haber explicado todo esto, aquí tienen en primer lugar a Linur, y luego (si sobreviven a ella) mi propio comentario.

Irit Linur, Tel Aviv:
Si una gran cantidad de israelíes se mueven a Alemania, y disfrutando realmente de su estancia nos cuentan en voz alta cómo la están disfrutando, y lo barato que es Alemania, y lo cómoda que es, y lo humana y cosmopolita que es su sociedad, mientras que a la vez se quejan en voz alta de Israel por ser un país caro y miserable, acabará sucediendo un gran milagro. 
Los alemanes comprenderán que lo que realmente ocurrió en los años del hombre del bigote (Hitler) fue un gran error, ya que también asesinaron y robaron a los buenos judíos, y esos buenos judíos habrían terminado apreciando con el tiempo a esta Alemania. Si hubieran dejado vivir a esos judíos, ahora habría más judíos en el mundo que sabrían apreciar a un país como Alemania, un país que sólo experimentó un caso leve de gripe antisemita con unos síntomas genocidas solamente temporales, una enfermedad que se extinguió después de una generación o dos. 
Y tal vez los alemanes del hombre del bigote, si hubieran sabido ver el futuro, podrían haber predicho que Israel sería un país tan pésimo que sus judíos incluso preferirían vivir en Alemania a seguir siendo israelíes. Y tal vez esos alemanes del hombre del bigote habrían entendido que los judíos, vista su querencia actual por Alemania, podían ser asesinados en masa solo por ser judíos, ya que en un futuro próximo eso realmente no les molestaría. Bastaría con mirar y ver: ellos se divierten en Alemania y todo resulta muy barato en Alemania. 
Tal vez si los judíos contemporáneos de los alemanes del hombre del bigote hubieran conocido estos hechos por aquel entonces, lo que pensarían sus propios descendientes del país que por ser judíos les asesinó en masa, no habrían montado tanto escándalo por ser llevados en tren a los campos de concentración en Polonia. Sin duda les hubiera compensado y gratificado que alguno de sus descendientes les hubiera contado que el alquiler en Berlín sería más barato que el alquiler en Petach Tikva, y que las tiendas de comestibles..., sí, sí, escuchen esto muchachos, son casi gratis. La vida allí no sería tan barata como la época de la abuela y del abuelo, pero quedaría bastante cerca.
Shmuel Rosner, Tel Aviv:
Podemos llegar a estar molestos por la decisión de algunos israelíes de no residir aquí, en Israel, pero es mucho más interesante tratar de aprender algo sobre nosotros mismos de nuestro propio debate sobre la emigración: no hay nada que consiga agitarnos tanto a los israelíes como el miedo a la transitoriedad. 
El requesón más barato, el Milky (el flan de crema con chocolate) más barato, las provocaciones baratas, los siete israelíes que nos han dejado, todos estos son temas menos importantes. Los que se han quedado, y el hogar que están construyendo aquí, son lo importante. También es importante recordar que algunas de los hogares que se construyeron en el pasado no sobrevivieron. 
Ahora piensen en Sucot. La festividad que hace que los israelíes se enfrenten a su mayor temor. La festividad que los obliga a practicar una forma transitoria de vida (la cabaña de ramas). Ser un judío sin una residencia permanente. Muchos comentarios sobre el significado de la Sucá la comparan con las pirámides de Egipto. Como el pueblo de Israel estaba partiendo de Egipto, también tuvo que arrojar y dejar atrás los símbolos egipcios. Las pirámides son de piedra, la sucá, construido en el desierto y durante el largo viaje a la tierra, es toda de madera y tela. Las pirámides son para siempre, la sucá es temporal, y se desmantela y se lleva al siguiente destino.  
Sucot conjura los temores de Israel a lo temporal. Obliga a los israelíes a no escapar de ese temor, más bien a celebrarlo. 
Consideren como la Torá explica el significado de esta festividad: "Durante un período de siete días vivirán en cabañas Todos los residentes entre los israelitas vivirá en tabernáculos. Con el fin de que sus [subsiguientes] generaciones conozcan que yo tengo a los hijos de Israel vivirán en cabañas como cuando los saqué de la tierra de Egipto "(Levítico 23: 42-43). 
"Subsiguientes generaciones" nos identifica, por supuesto. Sin embargo, "conozcan" puede interpretarse de dos maneras: Una, que debemos recordar lo que sucedió cuando Dios nos sacó de Egipto y asegurarnos de dar gracias a Dios por salvarnos de la esclavitud. Esa es la interpretación ofrecida por Rashbam, entre otros. Dos, que debemos saber que vivir una vida simple puede ser gratificante, que nosotros, los humanos, podemos vivir sin muchos lujos. En el largo viaje desde Egipto hasta la libertad la sucá fue suficiente. Por lo tanto podemos prescindir del Milky. 
¿Pero Sucá significa realmente una vida sencilla? Por supuesto, en comparación con las pirámides, sí lo representa. Aunque no estoy seguro de que la comparación de la Sucá con las pirámides sea la acertada. Tal vez sea mejor comparar la Sucá con las alternativas que tenía el pueblo de Israel cuando se construyó la Sucá. En el desierto, la Sucá no era un hogar temporal. Desde la perspectiva de un pueblo que estaba deambulando por el desierto, la Sucá era el arreglo más permanente y más cómodo que se podría obtener en comparación con otras opciones (una tienda de campaña, un saco de dormir, vivir al aire libre). 
La elección de una interpretación nos conduce al significado más intrigante de la sucá, porque hace trata del significado contingente de la Sucá en unas determinadas circunstancias de tiempo y de geografía: en el desierto, de camino a la independencia política, la Sucá sería un indicio de un futuro mejo, apoyando la esperanza de un refugio seguro. En siglo XXI, la Sucá proporciona a Israel el recordatorio de un pasado en el que no teníamos ningún refugio seguro, representa una confrontación directa con nuestro temor más angustiante de volver a la transitoriedad. 
En otras palabras: en Sucot se nos solicita que "solamente seamos felices" (Deuteronomio 16:14), pero ahora, en nuestra época, nuestra razón para la felicidad ha cambiado. En el desierto, estábamos alegres por tener una propia Sucá, mientras que en el Israel actual sería más apropiado ser felices si nos damos cuenta que durante esta festividad residiremos en una Sucá, pero recordando que solamente dentro de siete días volveremos a un verdadero hogar.


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