Saturday, October 25, 2014

Muy interesante: La opción de Berlín y la muerte de la laicidad judía en Israel - Amalia Rosenblum - i24news



En las últimas semanas los israelíes han estado involucrados en un apasionado debate sobre la llamada Opción Berlín, el nombre de la ciudad a la que bastantes jóvenes israelíes han emigrado porque la vida allí es mucho más asequible para la clase media. Muchas palabras se han escrito sobre el tema de abandonar Israel por una vida más cómoda, pero no se puede entender el despertar de la Opción Berlín sin examinar el colapso de la laicidad judía en Israel.

En sus inicios, el sionismo "nacionalizó" los símbolos judíos, mientras que al mismo tiempo se distanciaba del judaísmo. Por un lado, el sionismo rechazó el judaísmo diaspórico, rechazó la autoridad divina y redujo la influencia de las escrituras judías. Por otro lado, rescató el hebreo - la lengua santa - para su utilización como el lenguaje cotidiano, la legendaria Tierra de Israel como un lugar real donde vivir y la Biblia como un símbolo del genio judío y una mitología heroica.

Las escuelas israelíes celebraron las fiestas religiosas pero con su significado religioso sustituido con otro agrícola. Los tres festividades que implicaban una peregrinación a Jerusalén, y que se celebraban en la antigüedad, se convirtieron en representaciones de la conexión entre las personas y la tierra. Incluso en los kibbutzim, donde el secularismo era una ideología, se mantuvo una identidad judía: la cena del sábado fue servida en las noches del viernes y la gente no trabajaba el sábado a menos que fuera de fuerza mayor; asimismo, los residentes del kibutz circuncidaban a sus hijos de acuerdo con la ley judía y les daban nombres bíblicos como Yoav Gilad y Ehud, celebrando no obstante unos "bar mitzvah comunales". El resultado: a diferencia de los judíos en otros países, durante décadas los judíos seculares o laicos en Israel no necesitaron hacer nada para sentirse judíos. Ellos simplemente lo eran.

Pero todo eso ha cambiado. El estado se ha retirado cada vez más a la hora de participar en la vida social y cultural del país. Al menos un tercera parte de los servicios del Ministerio de Educación, que se utilizó para difundir el mensaje sionista, se ha privatizado, y ello sin garantizar la calidad ni controlar el contenido. La mayoría de los kibutzim fueron privatizadas, e inclusive su sistema escolar - el aparato crítico que imbuyó a los jóvenes la ideología secular antes mencionada - se privatizó. En el mundo de la cultura, vemos como las empresas de telefonía móvil patrocinan cada vez más y más eventos y festivales.

En otras palabras, a pesar de que una identidad judía laica ha sobrevivido en Israel durante casi 50 años, en las últimas décadas ha comenzado a desmoronarse. Si a esto le añadimos la ideología post-moderna que ha provocado que la gente no esté satisfecha con su identidad dada, y así no se considera secular sólo porque su padre lo era, o de derechas sólo porque son familia tuviera esa ideología y así sucesivamente, la demanda de expresar su autenticidad se suma a la presión que alienta el desmantelamiento de la identidad secular.

A la luz de estas presiones, los judíos laicos israelíes están optando por uno de varios caminos. Algunos renuevan su conexión con la tradición. Otros recurren a grupos que persiguen un judaísmo renovado y de la Nueva Era. Otros definen su judaísmo activamente e intelectualmente, pero sin religión, un camino conocido como "judaísmo cultural", y finalmente hay quienes se vuelcan ligera o decididamente hacia un laicismo universalista.

Al igual que el secularismo judío, los secularistas universalistas se aferran a los valores de la Ilustración, como el humanismo y el racionalismo. Pero a diferencia de los judíos seculares, ellos no consideran ni otorgan ningún significado al corpus de textos y a la filosofía del judaísmo. Al contrario, para ellos el judaísmo es un elemento que perjudica su universalismo.

A decir verdad, estos dos grupos seculares, el israelí y el universalista, realmente no tienen ninguna razón especial para permanecer en Israel. Una persona puede ser un judío cultural en Brooklyn o bien un universalista secular en Berlín. No sólo no hay ninguna razón para estar enojados con los que optan por unirse a estos grupos, uno realmente tiene que entender que dada la forma artificial en que fue construido en Israel y los procesos que el país ha experimentado desde su fundación, este secularismo judío no tiene más remedio que deshacerse.

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