Thursday, April 16, 2015

Günter Grass, el predicador de la izquierda que se olvidó muy convenientemente de su propio pasado - Eldad Beck - Ynet



No hay una sola persona cuya vida refleje de una manera más clara la historia de Alemania en los últimos 100 años que Günter Grass, el escritor, el artista y el activista político, que estuvo sumamente activo y vigilante contra los restos del nazismo en Alemania y en el mundo después de la Segunda Guerra Mundial II, pero que se olvidó admitir que había servido en las Waffen-SS (las fuerzas armadas de las SS de Adolf Hitler).

Grass se convirtió en el predicador supremo de los socialdemócratas y de la izquierda en Alemania. Con su lengua afilada y su pluma, atacó a cualquier sospechaso de mantener puntos de vista nacionalistas y fascistas. Pero solamente accedió a revelar su propio pasado dentro de un importante órgano del nazismo unos pocos años antes de su muerte, cuando su secreto de todos modos estaba a punto de ser revelado.

Él no pudo recordar durante la mayor parte de su vida que había formado parte de las Waffen-SS, si lo hizo de buen grado o por la fuerza, y sobre todo lo que había sucedido durante su servicio militar.

No obstante, si pudo recordar, con cierta nostalgia, el hecho de que "había algo atractivamente europeo en las Waffen SS, con sus voluntarios franceses, valones, holandeses, noruegos, daneses, suecos e incluso algunos neutrales, todos luchando en el frente oriental para salvar a Occidente de la amenaza bolchevique".

En una entrevista que concedió al estudioso de la literatura israelí Shimon Sandbank en 1971, Grass le dijo que "el podía decidir incluir a un (personaje) SS en su libro que se pareciera a él, y así infiltrarse en su mente y tratar de entenderlo, y poder comprender de qué modo fue tentado a cometer delitos. Uno sólo puede luchar contra el fascismo con prudencia y desde su núcleo, no demonizándolo simplemente". Grass simplemente se olvidó mencionar que él ya había estado allí y conocía personalmente de lo que está hablando.

Grass visitó Israel en dos ocasiones: en 1967 y en 1971. Y al igual que él predicó a los alemanes, también predicó a los israelíes. Se mostró enojado con el apoyo de David Ben-Gurion al fundador de la Nueva Alemania, el estadista Konrad Adenauer, quien incluyó a muchos nazis en su administración. Y, por supuesto, él se mostró enojado por la ocupación.

En una entrevista que me dio hace unos diez años, afirmó que "los israelíes y los alemanes, por diversas razones, deben tratar de responder la siguiente pregunta: ¿Han aprendido algo de la historia? Creo que la respuesta para ambos es lamentablemente no".

Hace exactamente tres años, Grass decidió romper el silencio que realmente le angustiaba todos esos años: En un poema decididamente anti-Israel titulado "Lo que hay que decir", y que fue definido por muchos como antisemita, acusó a Israel de "tratar de aniquilar el pueblo iraní y amenazar la paz mundial".

El gato volvía a estar fuera de la bolsa. Grass, que se crió en medio del anterior antisemitismo alemán  y durante el nazismo, finalmente se liberó de las cadenas del pasado y fue capaz de expresar sus verdaderas opiniones sobre Israel. Al igual que muchos en Alemania, su país.

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