Saturday, July 11, 2015

Obama tendrá su "legado", Kerry conseguirá su "Nobel" e Irán tendrá su bomba: El peor acuerdo de la historia diplomática estadounidense - Charles Krauthammer - WP


El diablo no está en los detalles. Está en toda la concepción del acuerdo con Irán, un acuerdo animado por la fantástica creencia del presidente Obama de que, excepcionalmente, podría lograr la distensión con un régimen islamista fanático cuyo propósito fundamental es limpiar el Oriente Medio de la "venenosa corrupción del poder y la influencia norteamericana".

En la búsqueda de su deseo de hacer que la República Islámica sea aceptada, normalizándola en el papel de "exitosa potencia regional", Obama decidió hacerse cargo de las negociaciones nucleares. En ese momento, Teherán se tambaleaba - el hundimiento monetario, la inflación por las nubes, la contracción de su economía - bajo un régimen de sanciones internacionales cuidadosamente construidas durante más de una década.

Entonces, en vez de dar la bienvenida al intento del Congreso de endurecer las sanciones para aumentar la presión sobre los mulás, Obama comenzó unas negociaciones para aflojar las sanciones , inyectando de miles de millones a la economía iraní (que comenzó a crecer de nuevo en 2014 ) y concediendo con antelación el derecho de Irán a enriquecer uranio.

Todo ha ido cuesta abajo desde entonces. Desesperado por lograr un acuerdo que sea la "joya" de su legado, Obama ha desempeñado el papel del suplicante, abandonando cada línea roja que su administración había declarado esencial para cualquier acuerdo aceptable.

Las inspecciones: Debían ser posibles en cualquier lugar, en cualquier momento y sin obstáculos. ¿Ahora? Cesión total. El acceso sin restricciones se ha convertido en un "acceso controlado, donde los inspectores nucleares tendrán que negociar y recibir la aprobación de Irán para sus inspecciones". Lo que les permite negar y/o optar por un retraso crucial para ocultar sus actividades clandestinas.

Para dar una idea del grado de nuestra capitulación, la administración Obama ha optado por ser el abogado de Irán en este tema, explicando que, después de todo, "los Estados Unidos no permitirían a nadie a entrar en todos sus sitios militares, por que no es apropiado". Aparte de lo absurdo de equiparar moralmente a los EEUU con el más importante estado del mundo patrocinador del terrorismo, si esta administración iba a defender la posición iraní, ¿por qué esperar 19 meses para hacerlo?, sobre todo después de insistir repetidamente en el carácter esencial de un libre acceso para cualquier régimen de inspección.

"Limpiar" la pasada actividad nuclear:. El vigente acuerdo provisional, el que ha regido durante los últimos 19 meses de negociación, requiere que Irán haga exactamente eso. Teherán no ha ofrecido nada. La administración Obama había insistido en que esa vigilancia es esencial, entonces ¿cómo se verificarían los posibles futuros avances ilegales en el programa nuclear de Irán si no se tiene una línea de base?

Después de haber exigido continuamente el acceso a sus científicos, a sus planes y a las instalaciones nucleares, el secretario de Estado John Kerry desestimó alegremente hace dos semanas dicha necesidad, diciendo que se centra en el futuro y "no se fija" en el pasado. Y que de todos modos tenemos un "conocimiento absoluto" del programa iraní - una mentira que sus funcionarios tuvieron que tratar de matizar durante días -.

No hay que preocuparse, se nos dice. El control se hará después de la firma del acuerdo final. Lo cual es ridículo. Si los iraníes no se han movido a la hora de divulgar su trabajo previo en el marco del régimen de sanciones actuales, qué justifica la lógica de que después van a cumplir tras levantarse las sanciones?

El alivio de las sanciones: Se pensó que sería gradual y por etapas como un certificado del cumplimiento iraní de lo previsto por la Agencia Internacional de la Energía Atómica. Ahora veremos la liberación por adelantado de hasta 150 mil millones de dolares como bono por su firma. Eso es 25 veces el presupuesto anual de la Guardia Revolucionaria iraní. Lo suficiente como para alimentar durante toda una generación la incremental agresión iraní desde Yemen a Líbano, pasando por Bahrein.

Sin embargo, hace tres meses, Obama expresó su indiferencia sobre el problema que podría representar un alivio inmediato de las sanciones. "No es un problema", dijo. El problema real son las sanciones "snap-back" que se volverían a imponer si se demostrara que Irán violaba el acuerdo.

Pero santo cielo, Irán no podrá ser cazado violándolo. El régimen de inspección es de risa y los procedimientos burocráticos interminables. Por otra parte, ¿alguien se imagina que Rusia y China volverían a imponer las sanciones? ¿O que las empresas europeas, ansiosas por conseguir el oro comercial iraní, se apresurarían en caso de violación del acuerdo en darse la vuelta y volver a casa?

Sanciones no relacionadas con el tema nuclear: La administración Obama insistió en que las conversaciones nucleares no afectarían a esas otras sanciones impuestas a causa de la agresión y el terrorismo iraní. Eso fue entonces. Ahora la administración está dejando entrever que todas serán levantadas.

En conjunto, el catálogo de capitulaciones es impresionante: las inspecciones in situ, la divulgación de la anterior actividad nuclear, el alivio gradual de las sanciones, la retención de las sanciones por temas no nucleares.

¿Qué queda? Un documento de rendición del tipo que ofrecen las naciones derrotadas que buscan la paz. Consideren si no: El poder económico y militar más poderoso sobre la tierra, apoyado por las otras cinco grandes potencias, armado con lo que había sido un régimen de sanciones, está a punto de firmar el peor acuerdo internacional en la historia diplomática.

¿Cómo se llegó a esto? Con cada concesión, Obama y Kerry dejaron en claro que estaban desesperados por un acuerdo.

Y van a conseguirlo. Obama tendrá su "legado". Kerry tendrá su "Nobel" e Irán tendrá la bomba.

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