Thursday, July 16, 2015

Un "mal" acuerdo con Irán: ¿Adaptarse o luchar? - Shmuel Rosner


 No hay nada menos tranquilizador que un grupo de expertos que dicen a una nación que no hay razón para el pánico. Y eso es exactamente el mensaje que en Israel se estaba divulgando en la mañana del martes, horas antes del esperado anuncio de un acuerdo con Irán. El acuerdo - funcionarios, ex funcionarios y expertos nos decían - sería "dramático", "histórico", "un reto", "aleccionador", "devastador" -, todas estas son palabras utilizadas por los israelíes de alto rango, y sin embargo la histeria está fuera de lugar. Israel es un país fuerte, que se ajustará a las nuevas realidades, y que va a superar el reto.

¿Cómo? No está claro. La ruta para superar el reto es tan clara como el mismo desafío. Eso es debido a que el acuerdo representa el comienzo de una nueva era. Su impacto en la región se revelará sólo gradualmente, y la respuesta de Israel a este impacto también se desarrollará gradualmente.

Hay muchos detalles del acuerdo que pueden confundir al lector y enturbiar las aguas, pero algunos puntos claves o cruciales se destacan y hacen que este acuerdo sea muy problemático. Problemático para Israel, para Arabia Saudita, para Egipto y para muchos otros países de la región. También problemático para los EEUU, para todos los países que se oponen a la proliferación de las capacidades nucleares militares y para todos los países que se oponen al aumento del poder iraní a través de los medios de terror.

El primero de estos puntos clave: El acuerdo no tiene por objeto frenar la ambición de Irán de convertirse en una potencia nuclear militar. Los EEUU comenzaron el proceso de negociaciones con Irán desde la posición de que la comunidad internacional "debería permitir que Irán mantuviera sus actividades nucleares sólo cuando esas actividades fueran de naturaleza estrictamente civil". Si Irán quería desarrollar su capacidad nuclear con fines energéticos, dijeron inicialmente los EEUU, sería aceptable. Esa es la única actividad nuclear que sería aceptable. Pero los EEUU han terminados las negociaciones con una posición que acepta oficialmente que Irán será una potencia nuclear militar. Pura y simplemente. Durante los próximos 10 años, Irán estará a un año de distancia de una bomba - en el mejor de los casos - y más tarde podría estar a sólo semanas de ella - que es también escenario de una mejor de los casos -.

El segundo de estos puntos clave: Las sanciones contra Irán serán levantadas - para no volver (o, si regresan, se tomarán un tiempo muy largo para restablecerse). Esto permitirá a Irán cumplir con el acuerdo sólo por un tiempo relativamente corto, hasta que las sanciones sean levantadas, entonces poco después podría reconsiderar su postura. Ya sabemos que se necesitará de mucho tiempo y de un largo proceso en la comunidad internacional para sancionar a Irán. La perspectiva de un rápido restablecimiento de las sanciones en caso de que Irán viole los acuerdos es de risa.

El tercer punto clave: El acuerdo tiene un límite de tiempo. Es decir, incluso si Irán decide acatar todas las disposiciones, le llevará una década convertirse en lo que quiere ser, sin demasiadas restricciones. Una década es mucho tiempo para un presidente estadounidense que estará fuera de la presidencia en menos de dos años, también es mucho tiempo para un primer ministro israelí que es muy poco probable que pueda permanecer en el poder durante tanto tiempo. Pero es muy poco tiempo para dos naciones antiguas.

Los demás elementos del acuerdo, mientras que siguen siendo importantes, son secundarios. Otra cuestión se refiere al lenguaje insuficiente y deliberadamente poco claro con respecto a las inspecciones. Irán todavía dice que no todos sus sitios nucleares estarán abiertos para las inspecciones, en cualquier momento. El grupo internacional de negociadores dice que esos sitios nucleares estarán abiertos para las inspecciones que sean necesarias. Otra cuestión se refiere al mecanismo de respuesta rápida en caso de violaciones del acuerdo. Hay buenas razones para dudar de la capacidad de los EEUU para encender una respuesta dentro de 60 días - tal como el acuerdo supone -, tan rápido como sus negociadores han reclamado que lo harían.

¿Pero el acuerdo es "bueno" o "malo"? Es malo si el objetivo es evitar que Irán se convierta en una potencia militar nuclear, y si uno cree que lograr ese objetivo es realista. Es bueno si el objetivo es tratar de tener algún grado de control sobre la forma en que Irán persigue su política de facto de ser un poder militar nuclear, y si uno cree que un objetivo más ambicioso que realista.

La administración Obama cree que el acuerdo es bueno. También argumenta que el acuerdo también es bueno para Israel. De hecho, el martes, en su discurso inicial tras el acuerdo, el presidente Barack Obama mencionó a Israel tres veces, incluyendo decir a Irán que "una política exterior basada en amenazas de atacar a sus vecinos o erradicar a Israel es un callejón sin salida". Sin embargo, estas garantías serán difíciles de vender a los israelíes. A principios de esta semana, los políticos israelíes debatieron si la estrategia de Israel en una lucha contra el acuerdo sería viable. La oposición atacó al primer ministro Benjamin Netanyahu con el argumento de que su enfoque de confrontación había sido inútil y no proporcionó resultados. Puede que tengan razón - o quizás se equivoquen -, nunca se sabe lo que habría pasado si Netanyahu hubiera elegido un camino diferente. Pero los líderes de la oposición también respaldaron la posición de Netanyahu al decir que el acuerdo no era bueno.

Yitzhak Herzog, el líder del Partido Laborista y de la oposición de Israel, dijo el 13 de julio que "una cosa ya está clara: Este acuerdo va a acelerar la carrera armamentista en la región". El acuerdo, dijo Herzog, "legitima que Irán se convierta en un estado en el umbral nuclear". Yair Lapid - otro líder de la oposición - dijo que el acuerdo era "pésimo" y que la posición de la comunidad internacional había sido "incomprensible".

Lapid también aprovechó la oportunidad para insistir en que Netanyahu debería renunciar a su cargo a causa de su "fracaso" a la hora de impedir que Irán se convierta en un estado nuclear. Un intento ocurrente, pero la mayoría de los israelíes probablemente culpen a Obama, y no a Netanyahu, de este fracaso. De hecho, mientras Israel reflexiona sobre su próximo paso en esta batalla - la batalla para presionar al Congreso a votar en contra del acuerdo o la batalla de sobrevivir en una región aún más peligrosa -, su reto no es sólo cómo hacer frente a la nueva situación con respecto a Irán, sino también el reto de cómo hacer frente a una nueva situación con respecto a los Estados Unidos.

La crisis entre los Estados Unidos e Israel es uno de los resultados más devastadores del acuerdo con Irán. La creencia generalizada (y exagerada) entre los israelíes de que los EEUU siempre se mantendría firmes y vigilantes en lo referente a la seguridad de Israel se ha visto socavada, y en algunas mentes incluso demolida. Esto no quiere decir que los EEUU ya no sean el aliado más importante de Israel. Esto no quiere decir que Israel ya no se basará en el apoyo estadounidense. Pero no debe haber más equivocaciones: La alianza Estados Unidos-Israel ya no es tan sólida como lo fue hace 10 años. Si a Israel se le pide que haga concesiones sobre la base de las garantías estadounidenses, ya no estaremos tan inclinados a confiar en esas garantías como anteriormente.

Seguro que no, siempre y cuando la administración Obama esté en el poder, pero probablemente tampoco posteriormente.

El martes por la mañana, Tzipi Livni identificó un "problema con la perspectiva estadounidense", diciendo que los EEUU estaban legitimando el apoyo de Irán al terrorismo en el Oriente Medio. Es una acusación grave por parte de una líder israelí que no es una fan de las políticas de Netanyahu. Livni sugirió que Israel debería hacer demandas para que el acuerdo fuera menos perjudicial para Israel; un embargo de armas contra Irán sería esencial, afirmó Livni. El acuerdo incluye un mandato de cinco años durante el cual las restricciones al armamento permanecerán en su lugar. Eso es mejor que las expectativas anteriores, y representa una notable inconveniencia para Irán. Pero también es un tiempo muy corto, lo suficientemente corto como para que otros países se preparen para su vencimiento y para un proceso acelerado de venta de armas a Irán tan pronto como caduque.

Livni parecía muy dispuesta a que se ejerciera presión para introducir mejoras en el acuerdo en nombre de Israel, y en coordinación con el gobierno de Netanyahu. El acuerdo de Irán podría proporcionar a Netanyahu la oportunidad de ampliar su coalición en torno a una causa común, y algunos de sus ministros hicieron un llamamiento a la oposición para "ayudar" al gobierno en la lucha contra el acuerdo, en lugar de centrarse en la crítica de las políticas de Netanyahu. Pero a partir del martes por la mañana, todavía no había señales de que Netanyahu tuviera la intención de ir más allá de tales súplicas y tratar de ampliar rápidamente su coalición.

Algunos en Israel ya están pidiendo al gobierno que se adapte a la nueva realidad pidiendo garantías estadounidenses, sistemas de armas o nuevos entendimientos. Sin duda, Israel podría eventualmente llegar a tal postura, pero por el momento lo que Netanyahu tiene la intención de hacer es luchar, no adaptarse. Su estrategia desde el principio ha sido de confrontación, basada en dos supuestos.

- El primer supuesto es que tratar de trabajar con la administración Obama es una causa perdida. Desde un principio, Netanyahu descubrió que Obama quería un acuerdo con Irán y que ninguna acción israelí podría disuadir al presidente estadounidense de intentar alcanzar su meta. Netanyahu rechaza a aquellos que afirman que sus relaciones personales con Obama arruinaron las posibilidades de Israel de modificar el acuerdo, así como a aquellos que afirman que un movimiento israelí hacia un acuerdo con los palestinos podría haber cambiado la dinámica en el frente iraní.

Desde luego Netanyahu no tiene un gran respeto por el presidente de los Estados Unidos, pero encuentra que tales excusas menosprecian demasiado a Obama. El presidente Obama no llegó a un acuerdo con Irán a causa de su disgusto con Netanyahu, y tampoco se volvió hacia Irán debido a su decepción con el proceso de paz palestino-israelí.

Obama hablaba en serio sobre Irán desde un principio, y nadie fue capaz de hacerle cambiar este curso. Por lo tanto, concluyó Netanyahu, la única manera de Israel ha sido luchar con uñas y dientes contra la administración Obama. Su única forma de hacerlo es apostar por el Congreso.

- El segundo supuesto de Netanyahu es uno basado en el primero: En circunstancias extremas, Israel no debe aceptar una nueva realidad de un Irán nuclear sin luchar amargamente. Aunque las posibilidades de Israel para el éxito son escasas; incluso si la pelea podría dañar otros intereses israelíes (como la necesidad de Israel del apoyo bipartidista en los EEUU); incluso si un voto contra el acuerdo del Congreso conduce a una situación menos estable de acuerdo y sin sanciones; incluso entonces, Israel y su primer ministro están obligados a librar una batalla.

Netanyahu no cree en una respuesta silenciosa a la amenaza de un Irán nuclear. Y aunque recientemente ha bajado el tono de sus comparaciones entre Irán y la Alemania nazi - y ha pedido a sus ministros que no entren en comparaciones redundantes Obama-Neville Chamberlain -, su respuesta instintiva a todas las sugerencias de que Israel debe aceptar la nueva realidad y seguir adelante es la resistencia.

Netanyahu cree ahora que Israel o bien debe mantenerse al margen o agotarse en la lucha contra un gran mal.

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1 Comments:

Blogger Marlowe said...

http://www.whatdoesitmean.com/index1890.htm

Saludos !

7:52 PM  

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