Tuesday, January 12, 2016

De aquellos polvos políticamente correctos suecos, vienen los lodos de Colonia. Y volverá a pasar, porque el credo progre multicultural siempre pondrá por delante al inmigrante musulmán, la "auténtica víctima", que a la vejada natural del país



Tras el escándalo de las agresiones sexuales en Colonia y otras ciudades alemanas, Suecia descubrió ayer que la policía de Estocolmo ocultó decenas de agresiones contra jóvenes acaecidas en el festival juvenil We are Sthlm que cada verano se celebra en la capital, tanto en la edición de 2014 como en la del año pasado.

Así lo publicó el diario 'Dagens Nyheter' (DN) que ha tenido acceso a un memorando interno de la policía. Según éste, bandas de jóvenes afganos acosaron a niñas y adolescentes, 12 de las cuales lo denunciaron. Las fuerzas del orden del festival identificaron a más de 50 sospechosos de estos ataques y en los cinco días que dura este festival, celebrado en la céntrica plaza de Kungsträdgården, aproximadamente 200 jóvenes fueron expulsados.

Asimismo, los organizadores del festival explicaron al citado diario que si bien se ha dado algún caso de acoso sexual en todas las ediciones, ya en 2014 comprendieron que las bandas de chavales actuaban coordinados de forma deliberada. Sin embargo, la Policía omitió esta información y, una vez concluido el pasado agosto, se limitó a resaltar que hubo "relativamente pocos delitos y pocos detenidos teniendo en cuenta el número de participantes".

El rotativo recoge, sin embargo, el testimonio de una chica de 15 años llamada Anna que relata cómo tanto ella como sus amigas fueron sobadas "por debajo de la ropa" repetidamente sin que nadie las ayudara, y confirma el origen étnico de los atacantes.

El motivo de la ocultación de tales ataques habría sido, según Peter Agren, responsable de la operación policial el pasado verano, que los jóvenes acusados de atacar a las chicas eran en su mayoría origen inmigrante y "algunas veces no decimos cómo son las cosas realmente porque creemos que pueden hacerle el juego a los Demócratas Suecos", la formación de extrema derecha que el año pasado casi acaba con el Ejecutivo de Stefan Löfven en el Parlamento.

El propio primer ministro manifestó ayer sentirse "muy enojado por que mujeres jóvenes no puedan ir a un festival de música sin ser ofendidas, acosadas y tacadas sexualmente", dijo en declaraciones recogidas por DN. "Éste es un problema muy grande tanto para las afectadas como para el conjunto de nuestro país. No vamos a ceder una pulgada, y no debemos mirar hacia otro lado", añadió.

Anteriormente, el ministro de Interior manifestó ayer que es "inaceptable que la policía ocultara información". "Tenemos que llegar al fondo de esto y averiguar lo que en realidad pasó", añadió Anders Ygeman a la agencia TT. De hecho, ya existe una investigación en curso según anunció anoche el responsable de la Policía Nacional, Dan Eliasson, a través de su cuenta de Twitter.

Antes, en una entrevista con el diario 'Expressen', manifestó su preocupación. "Si lo que se reivindica es correcto, es serio desde varios puntos de vista. Si lo hubiéramos hablado abiertamente, habríamos sido capaces de prevenir que muchas chicas fueran acosadas. Además, por supuesto, no es nuestra labor tener en cuenta consideraciones políticas", explicó añadiendo que ello también atañe al departamento de comunicación de la policía.

Su responsable, Varg Gyllander también ha entonado su mea culpa. "Hago autocrítica, deberíamos haberlo comunicado. Realmente, no sé por qué no lo hicimos", fueron sus palabras a Radio Sweden, aunque también recalcó que la "policía hizo un buen trabajo" en el festival. De hecho, desde 2014 las medidas de seguridad fueron incrementadas con policías de paisano, informaron los organizadores.

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