Sunday, April 17, 2016

La solución de dos estados: El unilateralismo coordinado - Asher Susser - Blue White Future


Para los israelíes y los palestinos, la cuestión de una solución de dos estados es siempre actual, no importa lo que esté sucediendo en el Oriente Medio. Los que deseen que Israel permanezca como el Estado-nación del pueblo judío - que después de todo es el objetivo histórico de toda la empresa sionista - no deben renunciar a la solución de dos estados. No hay futuro para Israel como Estado-nación del pueblo judío fuera del marco de una solución de dos estados. Recordando la historia de Palestina, son los judíos los que han deseado todo el tiempo la partición, no los árabes. Los árabes no necesitaban ni querían la partición y hoy probablemente la necesitan menos que los judíos. Pero con los años, ambas partes han llegado a la conclusión de que deben apoyar la solución de dos estados; sin embargo, a pesar del hecho de que ambas partes apoyan una solución de dos estados y han llevado a cabo negociaciones durante veinte años, hemos sido incapaces de llegar hasta allí. Me atrevería a decir que probablemente no llegaremos a esa solución a corto plazo a través del vehículo de la negociación.

Me gustaría explicar por qué no hemos llegado allí, ¿por qué la solución de un único estado no es una solución, y lo que debemos y podemos hacer para llegar hasta una solución de dos estados?

¿Por qué no hemos logrado llegar a una solución de dos Estados?

En primer lugar, ¿por qué hemos fallado? Las negociaciones entre Israel y los palestinos, al igual que las negociaciones entre Israel y los países árabes, se han basado en la resolución 242 de las Naciones Unidas. Yo diría que ahí está el problema. La resolución 242 entró en vigor tras las secuelas de la Guerra de 1967 de Seis Días. Era una solución diseñada para resolver los problemas creados por la Guerra de Seis Días a través de la ecuación "tierra por paz". Israel podría devolver el territorio que ocupó en 1967 a cambio de una paz con los estados árabes de donde tomó dicha tierra. Los palestinos no formaban parte de esa resolución. Ni siquiera eran mencionados en la resolución; ni tampoco la palabra "Palestina" aparecía allí. La idea era que "Israel devolvería a Egipto el Sinaí, el Golán a los sirios y Cisjordania a los jordanos". Quién se quedaba exactamente con Gaza no estaba muy claro, tal vez para Jordania, junto a Cisjordania. La resolución 242 funcionó muy bien entre Israel y los estados árabes, y dos de los esos estados árabes, de hecho, han firmado la paz con Israel sobre la base de esa resolución: Jordanía sin Cisjordania y Egipto han firmado la paz con Israel, y no hemos estado muy lejos de firmar un tratado de paz con Siria en la década de 1990.

Pero la resolución 242 tiene deficiencias inherentes cuando se trata de los palestinos. Los palestinos tienen dos quejas principales con respecto a Israel. Una de ellas es producto de la guerra de 1967, la ocupación de Cisjordania y Gaza, pero su queja principal tiene que ver con la guerra de 1948 cuyo resultado fue la creación de Israel y la cuestión de los refugiados palestinos resultante de dicha guerra. No hay palestinos que piensen que su problema con Israel comenzó en 1967. Si usted habla con los palestinos sobre un "final del conflicto", que es lo que los israelíes ha pretendido conseguir, las cuestiones procedentes de 1948 salen a la superficie: la propia existencia de Israel y los refugiados. Hay por lo tanto dos grupos de problemas que tenemos con los palestinos, y "Cisjordania, Gaza, los asentamientos, las fronteras y Jerusalén" son sólo una parte del problema. Estos temas representan "las cuestiones de 1967", tal como yo las llamo, y la resolución 242 no se refiere en absoluto a las "cuestiones de 1948", que representan el verdadero  problema para los palestinos. Con los estados árabes no tenemos "cuestiones de 1948", sólo hay "cuestiones de 1967".

La dinámica creada por los Acuerdos de Oslo parecía reducir toda la cuestión de Palestina a las "cuestiones de 1967". La Autoridad Palestina ha sido elegida por las instituciones, la Presidencia y el Parlamento, los cuales sólo fueron elegidos por el pueblo de Cisjordania y Gaza, y la Autoridad Palestina representa solamente a Cisjordania y Gaza, en oposición a la OLP, que representa a todos los palestinos de todo el mundo. Los israelíes vieron la dinámica de Oslo como la reducción de la cuestión de Palestina a las "cuestiones de 1967" y lo contemplaron como un hecho muy positivo. Esto crearía la base para una solución de dos estados, y fue sobre esa base que los israelíes fueron a Camp David en 2000. Los israelíes tenían en su mente una solución de compromiso. Israel concedería la mayor parte de las "cuestiones de 1967", incluida Jerusalén Este, y los palestinos darían carpetazo a las "cuestiones de 1948" a cambio, y se terminaría el conflicto. Pero los palestinos nunca accedieron a esa solución de compromiso, y no estaban de acuerdo en cerrar las "cuestiones de 1948", que fundamentalmente es la cuestión de los refugiados [N.P.: con su regreso masivo, se eliminaría a Israel].

El territorio sobre el que los israelíes estaban buscando un compromiso era fundamentalmente Cisjordania - la entrega de Gaza no planteaba problemas -, pero los palestinos encontraron esa idea de compromiso muy difícil de aceptar. Los israelíes entendían que los palestinos querían todo o nada - el 100% de Cisjordania -, pero lo que los israelíes no entendieron era que, desde el punto de vista palestino, recuperar toda la Cisjordania y Gaza supondría recuperar solamente el 22% de la Palestina histórica. Los israelíes ya tenían un 78%, por lo que el argumento que hicieron los palestinos es que, en efecto, contaban con toda Cisjordanía, pues cómo se les podía objetar ese 22% que les quedaba. Por lo tanto, fue por las cuestiones territoriales de 1967, y en particular sobre los refugiados, por lo que Camp David fracasó.

La respuesta israelí a este reconocimiento de la centralidad de las "cuestiones de 1948" fue exigir a los palestinos desde Camp David que reconocieran a Israel como el Estado-nación del pueblo judío. Es decir, fue su contrapeso a las continuas demandas palestinas con referencia a 1948. Loa israelíes creen que si pueden conseguir que los palestinos reconozcan que Israel es el Estado-nación del pueblo judío, ya no habrá retorno de los refugiados al estado de Israel. Esto tiene sentido desde el punto de vista israelí. Pero los palestinos nunca van a reconocer a Israel como el Estado-nación del pueblo judío, ya que de hacerlo sería solicitar a los palestinos que reconocieran los vínculos del pueblo judío con la Tierra de Israel y que Palestina también es judía, y no lo harán. Así que cuando se trata de las "cuestiones de 1948", no han existido avances entre Israel y Palestina.

Cuando Ehud Olmert y Abu Mazen llevaron a cabo las negociaciones de 2008, las diferencias se redujeron de forma muy significativa sobre las "cuestiones territoriales de 1967", inclusive sobre Jerusalén, pero no sobre los refugiados. Olmert ofreció a Abu Mazen el retorno de 5.000 refugiados en cinco años, es decir 1.000 por año durante cinco años. Los palestinos en sus conversaciones privadas con los israelíes hablaron del regreso de entre 100.000-150.000 palestinos, que era 20 o 30 veces más de lo que estaban ofreciendo los israelíes. Y cuando se conocieron estas cifras - filtradas por WikiLeaks -, los negociadores palestinos las negaron y la opinión pública palestina no estuvo dispuesta a aceptar cifras tan limitadas. No hay ninguna posibilidad en un futuro previsible de que los israelíes y los palestinos lleguen a un acuerdo que incluya las "cuestiones de 1948".

¿Y por qué no una solución de un único Estado?

Así que si tan difícil es llegar a una solución de dos estados que ponga fin al conflicto, por qué no intentar un único estado. Pues debido a que una cura basada en un únicos estado representa esa cura proverbial que mata al paciente. No puedo pensar en ningún peor lugar del mundo donde dos naciones que están encerradas en un conflicto durante más de 100 años se les ofrezca como solución ser "arrojados juntos a una convivencia en una olla de ebullición" que terminaría sin lugar a dudas con la destrucción mutua. Otras comunidades con mucha menos hostilidad histórica se han venido abajo en los últimos años: Yugoslavia, Checoslovaquia, Bélgica en diversos periodos, las tensiones nacionales en el Reino Unido, Sudán, la Unión Soviética...

Algunos ejemplos pueden ser útiles: Hace algunos años, yo estaba en Noruega y me preguntaron cuánto tiempo pensaba que pasaría hasta que Israel y Palestina se fusionaran en un solo estado. Yo les respondí: "Apuesto a que puedo darles una respuesta precisa. Será 24 horas después de Noruega y Suecia se fundan en un solo estado". Nadie se rió, ni apreció la broma. Resulta sorprendente cómo cierta gente espera que hagamos cosas que nunca se imaginaría haciendo ellos mismos.

Principalmente, diría que la razón por la que la solución de un único estado es una mala idea es porque la mayoría de los judíos de Israel y la mayoría de los palestinos de Cisjordania y Gaza no lo quieren. Hay gente en la diáspora que desea una solución de este tipo, pero no parece desear estar allí presentes y probablemente no les importa demasiado sus consecuencias. Una solución de un único estado, si llegara a suceder tal cosa, con el tiempo transformaría a los judíos en este futuro Estado palestino como una minoría. Mirando a nuestro alrededor y al Oriente Medio actual, la posición más insalubre que uno podría desear es la de ser una minoría en cualquiera de los estados del Oriente Medio. No es una posición muy privilegiada donde estar.  ¿Los judíos como una minoría en Palestina? No me gusta pensar en ese destino final sin su propio estado para protegerse.

La solución del "unilateralismo coordinado"

Si una solución de dos estados es inalcanzable mediante la negociación y una solución de un único estado no es una solución, ¿qué hacemos? Tenemos que empezar por reconocer las limitaciones del proceso de negociación y las limitaciones de la resolución 242. Nosotros, los israelíes, tenemos que ponernos de acuerdo con el hecho de que podemos tener que retirarnos por menos que la paz, que la tierra por paz podría ser deseable, pero no necesaria y completamente alcanzable. Entonces, ¿por qué deberíamos retirarnos en ausencia de una paz total? Porque si no lo hacemos estaríamos dejando que aquellos que se resisten a la idea de la paz con Israel, como Hamas y compañía, dicten a Israel en qué tipo de país vamos a vivir en los próximos 10, 20 o 30 años.

Si el principal objetivo es preservar a Israel como el Estado-nación del pueblo judío, tenemos que reducir nuestras demandas de acuerdo a la cantidad de opciones que tenemos. Hay más de 6 millones de judíos en Israel y una población árabe en la Palestina del Mandato británico que ahora es, más o menos, similar. Hay controversia acerca de los números y hay fuentes que mantienen y promueven la idea de que hay un menor número de palestinos en Cisjordania que los que ellos afirman, pero no conozco a ningún demógrafo israelí, gubernamental o de otro tipo, que acepten las cifras de esas fuentes.

Al mantener el status quo, Israel está socavando su capacidad a largo plazo de seguir siendo el Estado-nación de los judíos, y si no somos el Estado-nación del pueblo judío, ¿cuál es el objetivo de la nación? ¿Para qué hemos estado luchando los últimos 120 años? ¿Para convertirnos en una minoría en Palestina? Mejor hubiera sido ser una minoría en California que una minoría en el Oriente Medio árabe. Se trata de ser una mayoría. Se trata de estar en un lugar donde somos la mayoría y tenemos raíces, y si esto no se puede obtener mediante una negociación, entonces tenemos que pensar nuevamente en el unilateralismo. Ahora sé que la gente va a empezar a decir: "Bueno, ¿han perdido la memoria? ¿No saben lo que sucedió en Gaza después de que Israel se retiró?". Sí, sé perfectamente lo que pasó en Gaza. La vida es acerca de alternativas, no sobre ideales.

Lo que tenemos que mejorar es la manera en que llevamos a cabo el enfoque unilateral. No podemos salir de los territorios sin ningún tipo de coordinación con los palestinos. Debemos practicar lo que yo llamo el "unilateralismo coordinado". Suena como una contradicción, pero no lo es. El unilateralismo coordinado presume que los Estados Unidos sean el coordinador, y que los palestinos tengan también su propio proceso unilateral. En cuanto al enfoque palestino ante la comunidad internacional de que les reconozcan como un Estado palestino, no creo que Israel deba oponerse radicalmente, siempre que la prospectiva resolución de la ONU indique que los "límites precisos, el estatus de Jerusalén y la cuestión de los refugiados están sujetos a una eventual negociación entre Israel y Palestina". Y a medida que los palestinos procedan a construir las instituciones de su estado, debemos retirarnos de considerables territorios de Cisjordania, pero poco a poco, retirando particularmente a la población de los asentamientos y dejando a los militares en muchos lugares donde todavía se necesitan. De esta manera vamos a crear la posibilidad de lo que yo llamo una "dinámica de dos estados", en lugar de lo que estamos creando actualmente nosotros mismos, una "dinámica de un solo estado", la cual trabaja en contra de nuestros propios intereses a largo plazo.

Esta "dinámica unilateral" va a crear una realidad de dos estados, no la paz, en nuestro tiempo. Se verá mucho más como un armisticio que como un tratado de paz, pero si nos fijamos en nuestras relaciones actuales con los demás países árabes, también vamos en esa dirección con ellos. Nuestras relaciones con Egipto son mucho más parecidas a un armisticio que a un tratado de paz. Las relaciones con Siria nunca superaron el carácter de armisticio, y en Jordania, como en Egipto, el tratado de paz nunca dio lugar a unas relaciones plenas y cálidas. Esta realidad de dos estados no requeriría un acuerdo escrito entre las partes, sólo interpretaciones. El que no haya acuerdos escritos significaría que ninguna de las partes tendría que renunciar a sus narrativas históricas, y tendríamos una realidad de dos estados sobre la base de la cual se llevarían a cabo finalmente las negociaciones entre el Estado de Palestina y el Estado de Israel sobre la cuestiones pendientes como las fronteras y Jerusalén y, eventualmente, los refugiados. Esta es la única alternativa realista a deslizarse por la pendiente resbaladiza de "una realidad irreversible de un único estado".

Sí, el Oriente Medio que nos rodea se está cayendo a pedazos, pero a pesar de que ese sea el caso, no debemos permitirnos perder de vista lo que siempre fue nuestro objetivo histórico. Temo por el momento en el que los judíos de Israel despierten en 10 o 15 años y se digan: "La realidad ya es irreversible, y la hemos perdido". No podemos permitir que eso suceda. No va en nuestro propio interés.

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