Sunday, April 24, 2016

Menudos hipócritas Obama y sus acólitos: "Se quejaron de intromisión de Netanyau por su discurso ante el Congreso, pero ahora él se entromete y además amenaza al Reino Unido por el Brexit" - Elliot Abrams



El discurso del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ante el Congreso el año pasado sobre el acuerdo nuclear con Irán fue visto por el presidente estadounidense Barack Obama como una intervención escandalosa en lo que debería haber sido solamente una decisión interna estadounidenses.

Es cierto, por supuesto, que Obama no tenía los votos del Congreso para ese acuerdo, razón por la cual no lo presentó como un tratado. Y era cierto, por supuesto, que el destino de Israel, su seguridad, tal vez su existencia, estaba en riesgo a los ojos de su primer ministro con ese acuerdo nuclear.

Con estos antecedentes en mente ha sido bastante sorprendente ver como Obama se ha inmiscuido en la decisión del pueblo británico sobre la conveniencia de abandonar la UE. No sólo ha ofrecido una opinión, como lo hizo Netanyahu, y no sólo voló al Reino Unido para ofrecer esa opinión, como Netanyahu voló a Washington, pero ha hecho algo que Netanyahu no hizo: amenazó a los defensores en el Reino Unido del "Brexit", la salida del Reino Unido de la UE, con verse perjudicados por los acuerdos de libre comercio entre la UE y EEUU de los que se resentiría el comercio británico. Además, Obama afirmó en Londres que el Reino Unido se iría "al final de la cola", ya que de todos modos era un ámbito demasiado pequeño para un acuerdo de libre comercio con los EEUU.

Esta última argumentación es estúpida: los EEUU tienen un acuerdo de libre comercio con Omán. El llevarlo a la "cola" es una amenaza vacía, puesto que Obama dejará el cargo muy pronto y no será el encargado de "llevarles a la cola", y porque es obvio que un acuerdo de este tipo iría en interés de los Estados Unidos y lo buscaría de forma rápida.

Pero mi principal argumento aquí no trata del Brexit, sino de la hipocresía de Obama y de sus acólitos el año pasado fingiendo indignación por la conducta de Netanyahu. Tenemos a un Congreso que invitó a Netanyahu para hablar sobre un tema de gran preocupación para la seguridad nacional de los Estados Unidos y aun de mayor importancia para su propio país. Él habló utilizando argumentos sencillos. Ahora Obama se dirige al Reino Unido para hablar sobre un tema que afecta a ese país de una manera mucho menor que las armas nucleares iraníes afectan a Israel, y añade a sus argumentos amenazas, y se supone que esto si está bien.

Ahh, pero hay una gran diferencia, se apresurarán a decir los defensores de Obama: el primer ministro británico David Cameron lo invitó. A lo que yo respondería, que eso sería una fina defensa de su visita a Londres (aunque no del tono y el contenido de sus comentarios). Pero no es una defensa ante su indignación cuando Netanyahu entró en nuestro debate a invitación del presidente de la Cámara. El Congreso es una rama separada del gobierno, a diferencia del Parlamento británico. Simplemente es poco convincente argumentar que en Washington, el partido en el poder en la Casa Blanca puede pedir a los líderes extranjeros que intervengan en un debate interno, pero el partido en el poder en el Congreso no puede. Y es que está muy bien que nuestro presidente intervenga en los referendos en el extranjero, pero está muy mal que un líder extranjero exprese su opinión acerca de nuestras propias decisiones que afectan a su nación de manera muy determinante, incluso cuando el Congreso le invita a hacerlo.

Lo que es bueno para uno, como se suele decir, es odioso para el otro. Tal vez este tipo de intervención de un líder extranjero sea una mala idea y tenga poco impacto positivo, y Netanyahu debería haberse quedado en casa. Tal vez sea cierto, y si es así, Obama también debería haberse quedado en casa.

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