Thursday, July 28, 2016

Un doble rasero sobre la homofobia: por un lado los lamentables rabinos "retrógrados", por el otro la "respetable tradición árabe" - Yoaz Handel - Ynet



El futbolista Eran Doron abrió la caja de Pandora de la ceguera políticamente correcta y la corrupción cuando afirmó que el diputado árabe del Meretz, Issawi Frej, fue el responsable de su despido como entrenador del FC Kfar Kassem hace varios años después de que se descubriera que Doron era homosexual. Él realizó sus acusaciones con el veredicto del tribunal, el cual declaró que de hecho fue despedido injustamente, y terminó apelando a la diputada y presidente del Meretz Zehava Galon.

Acusar a alguien de homofobia ya es lo suficientemente grave, pero conlleva un significado añadido, o un plus, cuando se acusa de ello a un miembro de un partido que ha declarado ser el campeón de los derechos de los LGBT. El Meretz, por su parte, respondió explicando que se trataba de una vieja historia, y que no fue Issawi Frej quien se refirió a la orientación sexual de Doron, sino el hermano de Frej. Tales excusas podrían haber sido tolerables si no fuera por el hecho de que la controversia explotó al mismo tiempo que los titulares sobre el rabino nacional religioso Levinstein, quien tildó a los homosexuales de "pervertidos", junto con una carta de apoyo a Levinstein firmada por unos 300 rabinos.

Encuentro el discurso de Levinstein y su carácter chulesco completamente repugnante. En lo que respecta a la historia de Kfar Kassem, creo sin embargo que el quid de la cuestión radica en la posibilidad de que muy bien puede ser cierta: en resumen, que los valores liberales serían solamente aplicables a ciertos grupos, mientras que otros, los árabes, estarían exentos de adherirse a ellos debido a la actitud condescendiente de sus defensores ante sus prejuicios.

No tengo ni idea de lo que realmente ocurrió en el caso del FC Kfar Kassem, pero estoy seguro de que no habrían aceptado un entrenador gay y que lo seguirán rechazando. Los desfiles del orgullo gay (en Kfar Kassem) también estarían fuera de cuestión ya que los diputados árabes no participan en este tipo de eventos, independientemente de cual sea la retórica de los derechos humanos que puedan vender, ellos y los partidos en que militan. Desde luego los derechos de los LGBT no se encuentran entre las demandas de las organizaciones árabes de "derechos humanos" como Adalah, y sin embargo no es imposible que un diputado árabe pudiera salir del armario.

El silencio en torno a los temas LGBT dentro de la comunidad árabe, al igual que el silencio en torno a los derechos de la mujer, forma parte de ese liberalismo paternalista que también está funcionando en Europa Occidental. Es fácil ver los recientes ataques terroristas por parte de extremistas musulmanes en Francia y Alemania como el resultado de un choque entre civilizaciones, y muy bien se podría pontificar sobre por qué esos países, precisamente los que más han hecho para acoger a los refugiados musulmanes, son los que más sufren esa lacra, pero si realmente queremos entender lo que sucede en la Europa actual tenemos que observar las diferencias existentes entre las culturas que están en juego.

La hipótesis principal entre los europeos en estos terribles días es que el terrorismo contra el que están luchando solamente es obra de una minoría radical, y que la mayoría de los musulmanes están verdaderamente interesados ​​en la asimilación en la sociedad europea que les ha adoptado. Las cómodas condiciones de absorción y una abundancia de oportunidades financieras aparentemente funcionarían como elementos tranquilizantes para la gran mayoría de esos emigrantes. Esto es cierto, por supuesto, pero también plantea la pregunta sobre cómo estaría respondiendo la mayoría de esos musulmanes.

En 122 a. C. el emperador romano Adriano comenzó a construir un muro para separar a su imperio de las tribus bárbaras en sus fronteras. A pesar de que el Imperio Romano ha desaparecido, sería prudente que Europa reconociera de una vez el muro cultural que persevera dentro de su territorio, y como los inmigrantes musulmanes en Europa no reconocen ni asumen los estándares europeos debido a la condescendencia de Europa hacia ellos.  En general se les concede una especie de indulgencia ética, al igual que lo hace el Meretz, y así muchos dentro de la izquierda árabe israelí demuestran su indulgencia cuando se trata de los valores liberales.

Es por eso que mientras los rabinos son quemados en una hoguera pública por sus puntos de vista, los árabes, por el contrario, son exonerados debido al "respeto a su tradición", tradición que parece "no existir ni funcionar" para los rabinos.

El problema con este enfoque es que el liberalismo no puede ser el producto de una conveniencia política. También pasa a ser la razón por la cual el terrorismo extremista musulmán deriva de una mentalidad separatista.

El completo fracaso de Europa para obligar a los inmigrantes a aceptar su forma de vida, y las consabidas "disculpas" que se les otorga a los inmigrantes musulmanes en nombre de la "tolerancia", son las mayores amenazas a las que se enfrenta hoy en día los valores europeos, y lo mismo ocurre hoy en Israel.

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