Saturday, October 01, 2016

Estados Unidos, Rusia está al borde de un enfrentamiento militar en Siria - DEBKA





Existe un sentimiento en Washington y en Moscú de que un enfrentamiento militar entre los EEUU y Rusia es inevitable - directo esta vez y no a través de intermediarios, como el derribo de un avión de combate ruso de aviones turcos el año pasado - . Cuando las grandes potencias están en directa confrontación, los jugadores de menor importancia se apartan a un lado y corren a esconderse.

Cuando el presidente Barack Obama asistió este viernes 30 de septiembre al entierro en Jerusalén del líder israelí, Shimon Peres, él debió haber dado cuenta de que solamente estaba a 514 kilometros en línea recta de Alepo, el quid de la escalada del conflicto entre las grandes potencias.

Tras finalizar las ceremonias fúnebres, el presidente y su equipo, entre ellos el secretario de Estado John Kerry y su asesora de seguridad, Susan Rice, se apresuraron a regresar a Washington para navegar por la crisis.

El primer paso hacia un enfrentamiento directo fue tomada por los Estados Unidos.

Por ahora, no es ningún secreto en Moscú, ni en ninguna capital del Oriente Medio, que el ataque aéreo estadounidense de los A-10 el 17 de septiembre contra una posición militar siria en Jebel Tudar, en la región este de Deir ez-Zour, fue intencional  y no accidental, como originalmente se reivindicó. Decenas de soldados sirios murieron en el ataque.

El hecho de que el Presidente Obama iniciara una investigación secreta para descubrir qué eslabón de la cadena de mando estadounidense ordenó el ataque apuntó a su sospecha de que fue un alto cargo del Pentágono o, posiblemente de la CIA, quien había ordenado el ataque aéreo con el fin de sabotear el acuerdo de cooperación militar en Siria de los Estados Unidos y Rusia, el cual obtuvo el secretario Kerry después de un largo y arduo trabajo.

Las concesiones que hicieron llegar al canciller ruso Lavrov en dichas negociaciones, en especial el consentimiento americano para un amplio intercambio de inteligencia, fue encontrado como totalmente inaceptable por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos y su comunidad militar y de inteligencia.

La represalia ruso-siria se produjo dos días después del ataque de los A-10. El 19 de septiembre, un convoy de ayuda de emergencia fue destruido en su camino hacia la desesperada población de Alepo. Moscú y Damasco negaron su responsabilidad por el mortal bombardeo, pero ninguna otra fuerza aérea estaba presente sobre el cielo de esa ciudad en guerra.

Sobre el terreno, por su parte, se puso en marcha el miércoles un ataque desenfrenado contra los rebeldes en el este de Alepo por parte de los rusos, Siria, Hezbollah y las milicias chiítas pro iraníes bajo el mando de oficiales de la Guardia Revolucionaria iraní.

La caída de Alepo, la segunda ciudad de Siria después de Damasco, daría a Bashar al Assad su victoria más resonante en la guerra de casi seis años civil contra su régimen.

El 29 de septiembre, Kerry amenazó a Moscú que "los Estados Unidos suspenderían los planes para coordinar los esfuerzos contra las milicias terroristas islámicas  si Moscú no dejaba de atacar Alepo".

El vicecanciller de Rusia, Sergey Ryabkov, le respondió con un burlón: "Una vez más hubo una cierta crisis emocional ayer sobre el telón de fondo de la falta de voluntad de la administración Obama de cumplir con su parte de los acuerdos".

Este era un fuerte indicio del conocimiento que en el Kremlin se tiene de que ciertos en la administración de Estados Unidos están en contra de la aplicación en su totalidad del acuerdo de cooperación acordado y, por tanto, son responsables de su descomposición.

A los Estados Unidos les quedan dos opciones:
O bien permanecer de brazos cruzados ante el brutal ataque ruso-sirio-iraní en Alepo, o bien dejar de lado los acuerdos de coordinación con Rusia sobre las operaciones aéreas rusas en Siria, con el inevitable riesgo de un choque en el espacio aéreo de Siria o sobre el Mediterráneo oriental 

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