Saturday, December 03, 2016

Muy interesante: Por lo que más quieran, no hablen del auténtico antisemitismo - Daniel Greenfield - FrontPage



Después de años de ignorarlo deliberadamente, de descartarlo, de blanquearlo, de excusarlo e incluso de justificarlo, los progresistas han vuelto a descubrir el antisemitismo. Con este sorprendente hallazgo arqueológico de estos intrépidos Indiana Jones de la izquierda, han conseguido desenterrar el antisemitismo, lo han cepillado y lo han expuesto en el estante justo detrás de la islamofobia, la transfobia, el racismo, la homofobia y el sexismo (en ese orden de importancia).

El antisemitismo para la izquierda se ha transformado abruptamente de "esa excusa que utilizan los judíos para silenciar el debate sobre si el Estado judío debería ser bombardeado o simplemente boicoteado, a convertirse en un asunto digno de preocupación". Celebridades progresistas surtidas con apellidos judíos han salido a la superficie para expresar su asombro ya que "no esperaban ver el retorno del antisemitismo en vida",

Como si el antisemitismo se hubiera ido de vacaciones a los Alpes hasta que ellos lo reconocieron. La verdad es que el antisemitismo no se ha ido a ninguna parte. La izquierda lo justificó y lo hizo suyo. Y por lo tanto, dejó de ser una cosa mala.

Existe un enorme antisemitismo por descubrir en los campus de las universidades locales. Casi todas las sinagogas en las que he estado en los últimos meses tienen a guardias armados delante de sus puertas. Los judíos están huyendo a los Estados Unidos, Canadá e Israel desde las principales ciudades europeas debido a la persecución que sufren por parte de cierta inmigración musulmana. La población judía más grande del mundo se enfrenta a una guerra sin fin contra una ideología genocida que no sólo predica su exterminio, sino que trabaja para ello, desde los terroristas suicidas a las armas nucleares.

Pero hay un acuerdo de caballeros entre los progresistas para no hablar de la verdadera ola de antisemitismo que ha costado miles de vidas judías y ciudades étnicamente limpias debido a la complicidad de la izquierda.

El reciente interés por el antisemitismo en las páginas editoriales y en los medios de comunicación social evita analizar cuidadosamente el pasado antisemita de Keith Ellison, el candidato demócrata favorito para la jefatura del DNC (Convención Nacional Demócrata) cuando militaba en la secta antisemita de la Nación del Islam, cuyos puntos de vista y desagradable odio defendió en su momento.

La izquierda no está interesada en el antisemitismo musulmán. Está mucho más interesada en discutir y promocionar a un pequeño grupo de repugnantes trolls neonazis que recientemente sostuvieron una conferencia en Washington DC a la que asistieron unos pocos cientos de perdedores de la historia. Estos trolls se aferran a las piernas de Trump en Twitter casi tan ansiosamente como él trata de quitárselos de encima. El truco de gritar "Heil Trump" fue un gesto calculado sobre la base de su certeza de que los medios de comunicación progresistas sólo darían publicidad de su movimiento si trataban de manchar a Trump asociándole a su fracasado movimiento.

A pesar de las mentiras de los medios de comunicación, estos trolls no son aliados del presidente electo Trump, pero sus acusadores necesitan que lo sean desesperadamente.

Estos neonazis preocupados por acentuar la gravedad de su propia repugnancia, la están dirigiendo hacia Trump o hacia los judíos en Twitter. En lugar de intentar ganar legitimidad, abrazan la clásica táctica de tratar de llamar la atención siendo tan repulsivos como puedan. Sin embargo, mientras que es fácil  twittear propaganda nazi desde un montón de cuentas hacia personajes famosos con la esperanza de que alguien reaccione y hable de ellos, la estafa se desmorona cuando ni siquiera se medio llena una pequeña sala de conferencias en un Holiday Inn.

Es fácil convertir una falsa amenaza en una amenaza real. Las amenazas falsas desaparecen si se las ignora. Mientras tanto, las auténticas amenazas se vuelven más letales si se las ignora. Los trolls de Internet representan a esas falsas amenazas, mientras que el terrorismo islámico representa a las auténticas amenazas.

Las mismas organizaciones progresistas que dicen estar muy preocupadas por los trolls de Twitter, evitan y blanquean el auténtico antisemitismo. La estrella de la conferencia de la ADL [N.P.: la Liga Anti Difamación, el organismo judío que lucha contra el antisemitismo] sobre el antisemitismo fue el inventor de Pepe, la caricatura de una rana adoptada como meme por una amplia gama de comunidades en línea, incluyendo a los neonazis. La ADL se ganó titulares y burlas con la incorporación de Pepe a su base de datos de símbolos del odio.

Mientras que la ADL estaba luchando contra la amenaza que representaba la caricatura de una rana, la conferencia del ADL contó con un panel que debatió "sobre si la deslegitimación de Israel se podía considerar antisemitismo, proporcionando una plataforma para los activistas anti-Israel que defienden los ataques contra Israel e incluso algunas formas de BDS".

La ADL considera que la caricatura de una rana en los medios de comunicación social representa una seria amenaza, pero a la vez piensa que la "deslegitimación del Estado judío está abierta a debate".

La marca del antisemitismo encarnada por esos trolls neonazis en Twitter es vil en su contenido, pero no puede hacer nada para privar a cualquier persona de sus derechos. Es por eso que el antisemitismo por el que deberíamos estar preocupados es "la deslegitimación sistemática de los judíos como pueblo". Es la llegada al poder de "una ideología política que niega a los judíos unos derechos civiles básicos, como el derecho a vivir donde quieran y su propio derecho a vivir". Es ese antisemitismo que es aún "más peligroso porque no se desea verlo, y el no verlo se ha convertido en una norma del consenso general".

Es ese antisemitismo que es "más peligroso cuando nadie se atreve a llamarlo por lo que es".

Y son la ADL y otros grupos progresistas lo que han defendido a Keith Ellison a pesar de su historial de antisemitismo [N.P.: la ADL acaba de criticar a Ellison por una declaraciones realizadas en el 2010 donde se daba a entender que Israel manejaba la política en el Oriente Medio de los EEUU].

Preguntado por su apoyo a Ellison, el senador Schumer se encogió de hombros. "No estoy preocupado por el asunto Israel". El "asunto Israel" por el que Schumer no está preocupado incluye etiquetar a Israel como un estado de apartheid y atacar su derecho a la autodefensa. A eso se incluye un pasado de promoción y defensa del más vil antisemitismo en la Nación del Islam. Pero en su corazón, el "asunto Israel" trata de si los EEUU continuarán desafiando el derecho de los judíos a vivir en su tierra natal y defenderse de un culto genocida.

El "asunto Israel" trata de la cuestión de si los judíos tienen derechos como pueblo. La izquierda ya respondió a esta cuestión en sentido negativo. Los judíos no eran un pueblo y no tenían derechos nacionales. Tenían que ser erradicados.

Y eso es lo que la izquierda procedió a realizar.

Cuando la izquierda alcanzó el poder total como en la URSS,  comenzó a erradicar a los judíos como pueblo. La izquierda es tan antisemita como cualquier rana en Twitter. Sólo tiene mejores relaciones públicas.

A la izquierda le gustaría que los judíos creyeran que la mayor amenaza proviene de la caricatura de una rana y no del futuro líder del DNC, el cual fue miembro de una de las sectas más vilmente antisemitas del país y continúa trabajando contra el Estado judío. Esa es la más peligrosa y mortal mentira de los cobardes cómplices del antisemitismo.

Es fácil condenar las caricaturas de las cámaras de gas en las redes sociales. También resulta vago y evasivo. No hay una gran virtud moral en denunciar una conducta que casi todo el mundo ya considera aberrante. El verdadero desafío de la lucha contra el antisemitismo no proviene de denunciar el equivalente político de orinar en público.

Para combatir realmente el antisemitismo hemos de confrontar con sus formas blanqueadas e institucionalizadas en la sociedad. Cualquier cosa menos la cobardía de un perezoso Abe Foxman o la complicidad de un intrigante Jonathan Greenblatt (líderes antiguo y actual del ADL).

¿Hay que hablar del auténtico antisemitismo o de la caricatura de una rana?

Las comunidades judías de Europa que sobrevivieron y fueron reconstruidas después del Holocausto se están despoblando por el acoso y persecución que sufren de manos de cierta inmigración musulmana. La violencia musulmana sigue siendo la principal fuente de los peligrosos ataques contra escuelas y sinagogas judías en Europa y América. A pesar de esto, Alemania alentó a un gran número de inmigrantes musulmanes a entrar en el país a pesar de las advertencias de los líderes judíos.

La ideología más exitosa de hoy en día preconiza negar la igualdad de derechos de los judíos en Occidente, no una pequeña sala de conferencias a medio llenar de neonazis.

Se trata del islamismo, de las organizaciones islamistas, incluyendo los lobbys musulmanes oficiales del CAIR y el ISNA, los cuales han formado estrechas alianzas con la izquierda a pesar de su antisemitismo. Su objetivo es la reactivación de un sistema discriminatorio de la ley islámica que negaría la igualdad de derechos a todos los judíos y a los no musulmanes.

El surgimiento del Islam despobló las comunidades judías del Oriente Medio. Israel continúa navegando en contra de una marea de violenta intolerancia islámica por la fuerza de las armas. Y su derecho a defenderse de la violencia racista islámica está constantemente bajo crítica por parte de la izquierda. A medida que las comunidades judías de Europa comienzan a desaparecer, el último refugio de los judíos en Occidente, a excepción de Israel, son los Estados Unidos de América. Pero las exigencias de la izquierda de que se facilite y potencie la inmigración musulmana hace que los judíos de América puedan tomar los derroteros de los judíos de Europa.

Obama promovió un restablecimiento diplomático con un estado de terror genocida que traza abiertamente el borrado de millones de judíos. Y la financiación de este restablecimiento se financia con miles de millones de dólares de los contribuyentes embarcados en un contrabando ilegal en aviones de carga sin identificar, con incontables miles de millones más en alivio de las sanciones y con un visto bueno a su programa de armas nucleares. Incluso se espió a Israel para evitar que pudiera atajar el programa nuclear de Irán.

Ese dinero ilegalmente entregado de contrabando por una administración de izquierdas a un gobierno tiránico que promueve el terrorismo puede ser utilizado para financiar la violencia antisemita y un programa de armas nucleares cuyo objetivo es el borrado de millones de judíos.

Pero por favor, hablemos mejor de las caricaturas de ranas. Es mucho más fácil que discutir sobre la auténtica amenaza del antisemitismo.

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