Sunday, December 25, 2016

Ya parece oficial, el partido Demócrata será a partir de ahora el partido anti-Israel - Joel Pollack



Con la abstención del presidente Barack Obama en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de este viernes, el partido Demócrata es ahora un partido anti-Israel.

Ya no será posible la pretensión de un apoyo bipartidista a Israel por más tiempo. Liberado, como dijo entonces presidente ruso, Dmitry Medvedev en 2012, para tener más "flexibilidad", sin más elecciones a la vista, el presidente saliente Obama y la embajadora en la ONU Samantha Power (la cual ha declarado sentirse sumamente ofendida por las masacres de Alepo, pero no ha querido dimitir ante la negativa de su jefe, el presidente Obama, a reaccionar y hacer nada ante la ruptura de sus propias "líneas rojas") expresaron sus verdaderos colores revirtiendo décadas de políticas de los Estados Unidos y permitiendo una resolución profundamente contraria a Israel.

Ha habido algunos demócratas que se opusieron. El líder de la minoría del Senado Chuck Schumer definió como un fracaso de la administración Obama el que no vetara la resolución, algo "extremadamente frustrante, decepcionante y confuso". Por otra parte, Schumer que se opuso al acuerdo nuclear Irán el año pasado de palabra, sólo para permitir finalmente que se llevara a cabo. Otros demócratas, como la senadora Dianne Feinsten, apoyó la decisión de Obama de permitir y respaldar la resolución palestina que declara todos los asentamientos israelíes ilegales.

El caso de Feinstein es digno de mención, ya que es la línea ideológica de la administración:
La negativa del presidente Obama a vetar resolución del Consejo de Seguridad de la ONU de hoy condenando los asentamientos israelíes envía un fuerte mensaje de que Estados Unidos sigue apoyando una solución de dos estados. Poner fin a la actividad de los asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este es una necesidad absoluta si deseamos lograr una paz duradera entre Israel y los palestinos.
En primer lugar, los asentamientos no son el obstáculo para la paz. Si lo fueran, los palestinos no habrían lanzado cohetes contra israelíes y cavado túneles terroristas después de que Israel retirara todos sus colonos de Gaza en 2005.

En segundo lugar, el gobierno israelí del primer ministro Benjamin Netanyahu cedió ante la presión de los Estados Unidos hace unos años adoptando una "congelación de los asentamientos", y todo para que los palestinos solamente fueran a unas negociaciones cuando el plazo finalizaba y con sus objetivos máximos intactos.

En tercer lugar, la resolución de la ONU no anima a una solución de dos estados: en todo caso anima a los palestinos a creer que van a poder deshacerse de Israel, ya que no reconocen la legítima presencia israelí al este de la línea de armisticio de 1949, ni siquiera en la Ciudad Vieja de Jerusalén, y ni siquiera en la antigua ciudad judía de Hebrón, ya protegida por un acuerdo.

En particular, la declaración de la senadora demócrata Feinstein no hizo ninguna mención del terrorismo, la incitación y el rechazo palestino. Y ella representa a la corriente principal de su partido, no a la franja partidaria del potencial presidente del Comité Nacional Demócrata, Keith Ellison.

El portavoz de la Casa Blanca, Ben Rhodes - el que da la cara por Obama cuando hay que explicar algunas de sus políticas exteriores fallidas, de Bengasi a Irán a Cuba - le dijo al Jerusalem Post que era necesario permitir que se adoptara la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU debido a que la administración Obama había "intentado todo" para lograr la paz. Todo, excepto hacer presión sobre los palestinos, por supuesto. Cuando el nuevo Congreso republicano quiso recortar los fondos a la Autoridad Palestina por su apoyo al terrorismo y a la incitación, el presidente Obama ejerció su poder para asegurarse de que esos fondos los recibieran. Y ese es sólo uno de los innumerables ejemplos.

Una y otra vez, cuando los activistas pro-Israel querían presionar a la administración Obama, se les dijo por parte de los líderes de la clase dirigente judía estadounidense que no debían convertir a Israel en un asunto partidista y divisor. Pues bien, ahora ya lo es y de forma irreversible. Según lo visto en la ONU, los demócratas parecen situarse con los terroristas palestinos y los dictadores, los republicanos apoyan a Israel. Fin de la historia.

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