Thursday, August 03, 2017

La paradoja judía de la izquierda israelí - Tzvia Greenfield - Haaretz



Durante el ayuno de Tisha B'av, vale la pena recordar la sorprendente paradoja de cómo la izquierda israelí se relaciona con la tradición judía. Aunque muchos izquierdistas, por razones obvias, son unos vehementes críticos de la religión y no encuentran importancia o profundidad filosófica o moral en la cultura judía, irónicamente esa misma izquierda utiliza las exigencias éticas de largo alcance del judaísmo y del pueblo israelí, exigencias que sólo podrían ser utilizadas si se participa de esa gran visión cultural.

Sobre todo, la izquierda israelí demanda de los judíos israelíes una comprensión del dolor de los palestinos por la pérdida de sus tierras. Exige de los judíos que vean a sus autoproclamados enemigos como hermanos en la tierra, y que renuncien a partes de su patria en favor de estos "hermanos enemigos". Algunos incluso quieren que los judíos renuncien por completo a su pequeño país, duramente ganado a través de sangre, sudor y lagrimas, con el fin de fundar un estado conjunto con los palestinos, en el que casi con total seguridad acabarían convirtiéndose en la mayoría de la población de dicho estado.

Todas estas son demandas utilizan el más alto orden moral. Es difícil imaginar una sociedad real que pueda asumirlas, sobre todo cuando se trata de un conflicto aún en curso y de una sociedad saturada de traumas y que lleva en su memoria tanto dolor y antisemitismo. Y es precisamente en Israel que esa izquierda exige de los judíos que muestren moderación ante el odio y la constante incitación a su asesinato, aceptando graciosa y generosamente la presencia de aquellos que son profundamente hostiles a ellos - y lo demuestra constantemente con hostiles ataques terroristas -, exigiendo que simpaticen con esos desafortunados que calibraron mal su fuerza y acabaron siendo los perdedores en esta historia.

Aunque los palestinos han vivido durante 50 años bajo la ocupación y sin derechos, tales demandas morales no son tan evidentes. La izquierda israelí no podría haberlas utilizado si no fuera por su profunda convicción de que la naturaleza, el pasado y la cultura del pueblo judío justifican la exigencia de que sea mucho más justo que cualquier nación y que, a pesar de todo, debe actuar de acuerdo con una elevada moral basándose, aún corriendo un grave peligro, en visiones de justicia y tolerancia.

Hay que reconocer que al menos Judith Butler, uno de los intelectuales más influyentes de la izquierda radical antisionista judía en los Estados Unidos, y uno de los críticos más vehementes de Israel, admite todo esto. Ella sostiene que la naturaleza, la tradición y el pasado del pueblo judío exigen un comportamiento sumamente moral como parte de la visión cultural que en general les anima. Y aunque ella emplea este argumento principalmente para condenar a Israel por no darse cuenta y no regirse por esa elevada visión moral, y concluye que como resultado de ello no tiene derecho a existir, aún debemos agradecérselo por exponer claramente la paradoja existente detrás de esas extremas exigencias de moralidad y la áspera actitud de la izquierda judía hacia Israel y el pueblo judío.

Precisamente debido a esa "cultura supuestamente miserable e intrascendente", según la visión de la izquierda israelí, los israelíes están destinados a tener que hacer más que cualquier otra nación. Para superar su amarga experiencia y sus justificados temores deberían dar a los palestinos otra oportunidad de libertad y soberanía.

Aunque parezca mentira, Butler demuestra que entiende la motivación detrás de la historia judía de los últimos 70 años. Después de todo, fue precisamente con el fin de crear una realidad global basada en la justicia y la bondad del pueblo judío que Israel fue fundado, como se señala en la Declaración de Independencia. Es por eso que es razonable asumir que a pesar de la oposición de Butler al estado de los judíos, su análisis finalmente será correcto y la sociedad israelí demostrará finalmente que la herencia moral y los elevados valores que les legó la cultura judía son su motivación. Es por eso que cuando un acuerdo sea posible y sincero, encontrarán el coraje y la integridad para actuar siguiendo su espíritu y alcanzarán un compromiso moral con los palestinos.

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