Monday, October 16, 2017

Un gran artículo: "El complejo judío" - Dror Eydar - Israel Hayom



1. No discutimos con los árabes de la región. Tampoco discutimos con los islamistas, ni con los europeos que provocan la discordia a través de las autodenominadas organizaciones de derechos humanos. No son nuestros enemigos. Discutimos entre nosotros mismos, luchamos entre nosotros hasta el punto de desgarrarnos. Nos arriesgamos a perder nuestra independencia por una idea que solo existe en la mente de los judíos.

Hace poco, me encontré con un erudito europeo que había venido a nuestra región para estudiar el conflicto israelo-palestino. En el pasado, sus artículos culparon constantemente a Israel por perpetuar el conflicto.

"Entonces, ¿qué te importa lo que pienso?", le pregunté. Y le sugerí que explorara los siguientes puntos: los líderes israelíes han presentado a los líderes palestinos una serie de ofertas para terminar con el conflicto. La oferta más reciente, propuesta por el entonces Primer Ministro Ehud Olmert, incluía una retirada israelí de Judea y Samaria, incluido el Valle del Jordán; el intercambio de territorio para constituir el 100% del territorio capturado por Israel en la guerra de 1967; la división o control conjunto de Jerusalén; una implementación simbólica del derecho palestino de retorno (que implicaría la repatriación de decenas de miles de palestinos, si no más) y una compensación por los refugiados. La oferta israelí está bien documentada en un documento presentado por el negociador palestino Saeb Erekat a los estadounidenses en 2009, al comienzo del primer mandato del presidente Barack Obama.

Las ofertas de Israel están bien documentadas, pero no hay registro de la totalidad de las demandas de los palestinos - demandas que dejarían el conflicto en reposo, lo que significa que, de cumplirse, satisfacerían a los palestinos hasta el punto de aceptar renunciar a cualquier demanda futura -.  Envié a mi amigo académico a buscar a cualquiera que estuviera dispuesto a divulgar oficialmente ese conjunto de demandas finales.

El segundo tema que le sugerí explorar fue la idea de los derechos a la tierra. Me atreví a sugerirle que encontrara a un solo árabe en este planeta que estuviera dispuesto a decir abiertamente que los judíos tienen el derecho legal a un vecindario propio en todo Israel. Asumiendo que toda la "Palestina" debe pertenecer legítimamente a los palestinos y que se debe reconocer como tierra santa e islámica, ¿existe un vecindario al que los judíos tengan un derecho legal? No propiedad de facto, porque ya estamos aquí y tenemos más poder militar, sino reconocimiento legal. Un barrio que sea completa y legítimamente nuestro.

Casi puedo garantizarte que fracasarás en la búsquedaa, le dije. Ustedes los europeos siguen discutiendo con nosotros sobre un acuerdo de paz que la otra parte ha rechazado por completo antes de que haya sido formulado. Cualquier acuerdo que consista en un estado palestino en las colinas de Judea y Samaria, incluso si incluye la Ciudad Vieja de Jerusalén, será rechazado en el momento de la verdad. Los palestinos no lo firmarán. Den un repaso a la historia y vean. Desde el Acuerdo de Faisal-Weizmann de 1919, nunca han aceptado una división del territorio. Pero nosotros, los judíos, estamos peleando entre nosotros, unos con otros, y culpándonos por el fracaso de los esfuerzos de paz. No fuimos lo suficientemente serios, nos acusamos a nosotros mismos. No hicimos una oferta lo suficientemente buena. Tenemos innumerables excusas.

Mientras estábamos en eso, le sugerí al erudito europeo que también explorara las actitudes de los árabes de la región hacia el derecho de retorno de los refugiados palestinos: las posiciones sostenidas por los ciudadanos árabes de Israel, los árabes de la Autoridad Palestina, los árabes de Gaza y por los propios refugiados palestinos. ¿Estarían dispuestos a resolver el problema de los refugiados solamente dentro de las fronteras de un futuro estado palestino? Interesante, respondió mi amigo, lo examinaré. Nunca regresó para contarme lo que encontró.

2. Antes de separarnos, le dije que los tres temas que mencioné eran parte de lo que se conoce como la "solución".

Pero antes de que podamos llegar a una solución, es importante definir primero algunas cosas: ¿Quiénes son las partes involucradas en el conflicto? Si el conflicto es entre dos movimientos nacionales que luchan por una franja de tierra, entonces hay espacio para discutir la división de la tierra entre ellos. No hay garantía de que puedan estar de acuerdo, pero al menos hay una base común que, para cualquiera que la busque, parecería ser una base lógica para una solución. Pero aquí también, me temo de hecho, solamente los judíos están comprometidos en un monólogo consigo mismos.

En varios momentos a lo largo de la historia reciente, la mayoría de los judíos aceptaron compartir la tierra y reconocer el derecho de los palestinos a un estado. Si bien es cierto que los judíos nunca estuvieron de acuerdo sobre cuánto territorio debería ser compartido, siempre hubo un acuerdo en principio.

No es así con el otro lado. Los árabes de Gaza, y los árabes de Judea y Samaria, y los árabes que tienen la ciudadanía israelí (al menos su liderazgo) se niegan a reconocer la nacionalidad de los judíos. Para ellos, ser judío es una religión, no una nacionalidad, y por lo tanto los judíos no tienen derecho a un estado.

Para las opiniones sostenidas por los árabes de Gaza, lean la Carta de Hamas: cualquier mención de los judíos no es como miembros de una nacionalidad, sino más bien como un demonio que se interpone en el camino del objetivo supremacista musulmán de imponer su dominio al mundo. El Islam se ve a sí mismo como el legítimo heredero de las religiones que lo precedieron, particularmente del judaísmo - la fuente original, antecedente del cristianismo -. La única forma de que los israelíes y los judíos del mundo podrían vivir es bajo el dominio islámico. Si no están dispuestos a vivir bajo la norma islámica, deben ser exterminados.

En cuanto a los árabes de la Autoridad Palestina, son árabes aparentemente seculares. Pero el Pacto Nacional Palestino establece específicamente que "el judaísmo, en su carácter de religión revelada, no es una nacionalidad que tenga una existencia independiente. Del mismo modo, los judíos no son un pueblo con una personalidad independiente. Son más bien ciudadanos de los estados a los que pertenecen". Así pues: no solo los judíos no son una nacionalidad, ni siquiera son un pueblo, son solamente un grupo religioso.

Esto parece sugerir que los judíos no tienen derecho a la autodeterminación nacional ni a un estado en el que puedan ejercer esa autodeterminación. De hecho, el artículo 20 del Pacto Nacional Palestino comienza: "El reclamo de un vínculo histórico o espiritual entre los judíos y Palestina no concuerda con las realidades históricas, ni con los constituyentes de la estatalidad en su verdadero sentido".

Para las opiniones sostenidas por los árabes israelíes, lean el documento de posición compilado por el Alto Comité de Seguimiento Árabe. que caracteriza a Israel como una "etnocracia" (un estado gobernado por un grupo étnico definido por medio de la religión) que es el producto de un complot colonialista de las élites judías-sionistas de Europa y Occidente, las cuales forzaron una ciudadanía en un estado judío". El argumento principal del documento de posición está en contra de la caracterización de Israel como Estado judío.

3. La diputada árabe israelí Hanin Zoabi habló recientemente en Washington en un instituto palestino con la inocua denominación de "The Jerusalem Fund". Allí, ella explicó sus opiniones sobre Israel. Sobre este tema, hay un consenso muy próximo entre su partido, la Lista Árabe Conjunta. Zoabi atribuyó el despertar nacionalista de los árabes israelíes a los Acuerdos de Oslo que, según ella, intentó resolver el problema de los "árabes de 1967" y descuidó el problema de los "árabes de 1948". Esta lucha, dijo ella, se entiende que es para "cambiar el carácter del estado" (de modo que ya no se caracterice como un estado judío).

"No es suficiente que Israel se retire de Gaza y Cisjordania", dijo Zoabi. "El sionismo también debe retirarse de la región".

A Zoabi se le preguntó acerca de la obvia contradicción entre la exigencia de los árabes de ser reconocidos como una nacionalidad palestina distinta, al mismo tiempo que se negaba vehementemente a ofrecer un reconocimiento similar a los judíos.

"La respuesta que damos es que los judíos no son una nacionalidad. Entonces no pueden hablar de una autodeterminación de los judíos, sino solamente de los israelíes. Pueden tener autodeterminación, pero no como un estado judío, solo como un estado laico y democrático... que además deberá respaldar el derecho al retorno [palestino], garantizando la igualdad y, por supuesto, terminar con el asedio y la ocupación".

Pero los judíos no aprenden. Pelean entre ellos por una solución imaginaria y organizan marchas y mítines, y escriben un millón de artículos que demuestran su propia culpa, mientras que la otra parte permanece sorprendida por lo ingenuos que son.

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