Sunday, April 29, 2018

Algunos bien intencionados judíos estadounidenses están ayudando a importar el antisemitismo - Lyn Julius - JNS



Hablando después de que un refugiado sirio de 19 años golpeara con un cinturón a un árabe israelí que llevaba un kipá, Merkel denunció un "tipo diferente de antisemitismo" que se ha arraigado en su país.

"Ahora tenemos refugiados, por ejemplo, o personas de origen árabe, que traen un tipo diferente de antisemitismo al país", dijo Merkel en una entrevista con el Canal 10 de Israel.

Los judíos han sido de los primeros en "manifestar virtualmente" su compasión por los refugiados de la guerra civil siria.

Cuando estalló la crisis de los refugiados,  las organizaciones judías coordinaron sus respuestas. Lanzaron llamamientos para ayuda de emergencia. Los rabinos de los EEUU firmaron una petición donde se pedía al Congreso que les diera la bienvenida a los refugiados. Las  reuniones estaban repletas de personas que querían saber qué podían hacer para ayudar. Conjuntamente con Islamic Relief US, la agencia de ayuda judía HIAS, brindó servicios legales a los refugiados sirios en Grecia.

El lema de HIAS es "Bienvenido el extraño". Después de todo, los judíos, de entre todos los pueblos, deberían empatizar con los refugiados sirios. Como les dijo el ex presidente de los EEUU, Barack Obama: "En el sirio que busca refugio hoy, deberíamos ver al refugiado judío de la Segunda Guerra Mundial".

Cuando las noticias de la crisis de refugiados saltaron a las noticias por primera vez, durante una reunión en el corazón judío sirio de una sinagoga en Brooklyn, Nueva York, el alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, instó a la congregación a mostrar compasión por los refugiados sirios.

Sin embargo los feligreses se movieron incómodos en sus asientos. Solo aplaudieron al alcalde cuando prometió proteger a los judíos de la ciudad contra los ataques terroristas.

"Estaba sentado junto a una mujer refugiada [judía] siria, y ella reaccionó a las palabras del alcalde, y resultó incómodo", dijo un feligrés al New York Post.

Otro feligrés cuya familia huyó de Siria comentó: "La diferencia entre venir aquí en 1991 con mi familia es que nos expulsaron por ser judíos".

"Los judíos nunca tuvieron una historia de ser destructivos", dijo otro.

Los congregantes judíos sirios de esa sinagoga de Brooklyn podrían haber advertido a Angela Merkel antes de que abriera las compuertas de Alemania a un millón de refugiados sirios y de otros países musulmanes que corría el peligro de desatar los demonios del antisemitismo.

Los abusos y la huida de los judíos sirios aún estaban frescos en sus memorias: fueron rescatados tan recientemente como en la década de 1990 de las garras de los sirios. El régimen los espió, los trató como rehenes, secuestró a sus líderes y asesinó a los que trataban de escapar, mientras que la gente en general alimentaba un temible nivel de odio antijudío. El mismo antisemitismo que los refugiados están importando a Europa.

Los ahora preocupados gobiernos occidentales han revisado sus políticas de "puertas abiertas" hacia los refugiados. Los gobiernos escandinavos han devuelto a un número considerable de solicitantes de asilo que no son auténticos refugiados.

Apenas quedan hoy judíos en Siria. Hoy, el odio musulmán lo reciben los refugiados cristianos sirios, que han estado evitando los campamentos oficiales por temor al acoso. Sus sacerdotes han sido degollados. Más refugiados cristianos que musulmanes fueron admitidos en los Estados Unidos en los primeros meses de la administración Trump, revirtiendo una tendencia que había visto a los musulmanes superar en gran número a los cristianos en el último año del presidente Obama.

Pero entre los judíos de Occidente (y no por primera vez), la narrativa de los refugiados judíos sirios ha sido eclipsada por la experiencia de los refugiados judíos asquenazíes.

Por una variedad de razones, la analogía entre los refugiados de Oriente Medio y los judíos que escapaban de los nazis no encaja .

Como muy bien saben los refugiados judíos sirios, hay una diferencia entre las personas que son expulsadas de sus hogares por la guerra y las personas que han sido expulsadas por ser quienes son.

Pero la opinión liberal y las organizaciones de ayuda judía todavía adoptan un enfoque demasiado amplio hacia la crisis de los refugiados. Necesitarán despertarse con el olor acre del antisemitismo que están ayudando a propagar.

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