Saturday, October 20, 2018

La nueva propuesta de retirada o un síndrome de abstinencia recalentado - David M. Weinberg - JNS



Dado el colapso árabe regional, las incursiones logradas por el islamismo radical en el movimiento nacional palestino y la decadencia de la dictadura que se ha convertido en la Autoridad Palestina, es difícil creer que alguien todavía tenga las mismas viejas "soluciones" para la arena palestino-israelí.

Y, sin embargo, eso es lo que hicieron nuevamente generales y ex funcionarios gubernamentales de centro-izquierda esta semana, con la presentación de otro nuevo plan para una retirada unilateral israelí de Cisjordania.

El Maj. Gen. (res.) Amos Yadlin, uno de los militares más importantes de Israel, y un grupo de colegas del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS) con sede en Tel Aviv, presentaron un plan de acción integral para separar a Israel de los palestinos. Se trata de que Israel cree unilateralmente una "entidad" palestina contigua bajo el control de la Autoridad Palestina y que comprenda aproximadamente el 65% de Cisjordania, tomando medidas contra los asentamientos alejados de los bloques de asentamientos.

El nuevo "marco estratégico" está envuelto de manera agradable y bonita como una investigación original, profesional y políticamente neutral, y tras un año de intensas discusiones para producirlo, y está redactado en un lenguaje de alto nivel sobre "tomar la iniciativa sionista".

Pero esencialmente es el mismo y triste plan B para una retirada unilateral en ausencia de paz con los palestinos que propuso el propio Yadlin hace cuatro años, y que utilizó como plataforma política cuando se presentó como candidato de la Unión Sionista para ministro de defensa en 2015.

Respecto a su aspecto crediticio, el plan reconoce una serie de realidades que durante mucho tiempo no se han querido reconocer, comenzando por el hecho de que no habrá un acuerdo de paz completo con los palestinos a corto plazo, y que sería un error intentar otro esfuerzo frenético del estilo de John Kerry para lograr tal acuerdo.

No hay una solución obvia para la situación de Gaza, donde Hamas ha tomado el control, ni un fácil y posible compromiso en Jerusalén. Por lo tanto, el INSS dejó estos temas completamente fuera de su plan. En estos asuntos, Israel debe apegarse a sus armas, literal y figurativamente.

El plan también estipula que Israel mantendrá el control casi permanente del Valle del Jordán por razones de seguridad, y una libertad indefinida de la acción de las Fuerzas de Defensa de Israel contra el terrorismo en Cisjordania en todas las áreas, sin importar la entidad agradable o desagradable que puedan desarrollar allí los palestinos. El plan no permite el veto palestino en estos asuntos.

Pero entonces Yadlin y compañía hacen una serie de argumentos espurios y sin fundamento.

- Primero, al ceder el control de seguridad a la Autoridad Palestina en algunas partes del Área B y el control civil/económico del 25% del Área C (lo que el plan llama "reducir las dimensiones de la ocupación israelí"), la situación de seguridad de Israel mejoraría.

- Segundo, que el otorgamiento de tales concesiones unilaterales a la Autoridad Palestina fomentará su moderación, y no, más bien, enseñarles solamente a los líderes palestinos a incrementar sus demandas y esperar a Israel, como lo han hecho de manera unifirme en los últimos 25 años.

- Tercero, al hacerlo, Israel ganará más legitimidad internacional y la cooperación del estado árabe sunita.

- Cuarto, y el más problemático, estos expertos afirman sin sentido que el fin de la construcción y de los presupuestos gubernamentales para la vida cotidiana en los asentamientos remotos - en resumen, ahogándolos mortalmente -, no equivale a otra desconexión al estilo de Gaza. Si bien no proponen sacar a los israelíes físicamente de sus hogares en Shilo u Ofra, sugieren que sea vuelva imposible e ilegítimo vivir allí.

Yadlin llama a su plan un diplomático Waze (un GPS), una ingeniosa ruta para salir de la situación actual hacia un futuro indeterminado pero mejor. Lo veo como un Waze que se volvió loco, conduciendo inevitablemente hacia un Estado palestino fugitivo y hostil, sin asegurar el fin del conflicto.

Después de la retirada israelí tal como se describe en el plan, ¿cómo podrá Israel evitar la caída de Judea y Samaria en manos de Hamas o de alguno de los otros grupos yihadistas que ahora invaden el Oriente Medio? ¿Si nos reservamos el derecho de asaltar regularmente los territorios para erradicar las células de Hamas (en lo que Yadlin insiste correctamente), en qué se diferencia eso de la situación actual? Y si mantenemos una presencia significativa de tropas en las cimas de las colinas y en los momentos clave, ¿quién considerará esto como un final para la "ocupación" israelí?

Con los asentamientos civiles en las montañas de Samaria asfixiados, ¿se imaginan lo que sucederá con la presencia de tropas de Israel en Cisjordania? ¿Recuerdan lo mal que funcionó la “zona de seguridad” de Israel en el sur del Líbano? Nuestras fuerzas allí no tenían legitimidad alguna, y eso nos brindó un oprobio internacional sostenido y sufrimos bajas constantes. ¿Queremos convertir Cisjordania en el sur del Líbano?

Los movimientos unilaterales tampoco proporcionarán a Israel un respiro diplomático, tal como afirman los defensores del plan. Retirarse de una parte de los territorios no convencerá a nadie de que Israel tiene derecho a quedarse con otras partes. Por el contrario: una retirada parcial israelí intensificará la ilegitimidad de nuestra presencia en los restantes territorios. Cada retirada israelí se toma como una prueba de que todos los territorios son propiedad robada que debe devolverse a sus legítimos propietarios palestinos. Las retiradas unilaterales reforzarán el maximalismo palestino, no engendrarán la cooperación o la moderación palestina.

¿Qué pasa con la exasperante campaña palestina de negación (que niega la historia judía en Jerusalén e Israel a través de las resoluciones de la UNESCO y otros organismos), o los estipendios de "pagar por matar" a los terroristas, o la ley palestina que busca criminalizar a Israel en foros legales internacionales como la CPI?

Bajo el plan "Iniciativa sionista" de Yadlin, se supone que Israel debe tragar con todo esto mientras entrega unilateralmente partes de las Áreas B y C a la AP ¿Por qué recompensar a una AP rebelde de esta manera?

Lo peor de todo es que la retirada unilateral desgarrará innecesaria e injustificadamente el tejido interno de este país. Es imperdonable y simplemente indefendible estrangular a las ciudades israelíes en Judea y Samaria, en todo caso, sin esperanza de una paz real, integral y sostenible en el futuro cercano.

En resumen, una retirada israelí unilateral no mejorará la seguridad israelí ni mejorará la posición internacional y la posición moral de Israel. Destruirá a la sociedad israelí sin ninguna razón. Y, como demostraron los precedentes del Líbano y Gaza, la retirada unilateral israelí solo garantizará la continuación del conflicto e incluso su escalada, no su desaceleración.

Prefiero la opinión del May. Gen. (res.) Yaakov Amidror, ex asesor de seguridad nacional del primer ministro israelí Netanyahu, que ahora es el miembro principal de Anne y Greg Rosshandler en el Instituto de Estudios Estratégicos de Jerusalén (JISS). De hecho, el JISS se fundó para ser un contrapeso intelectual conservador del INSS de centro-izquierda.

Amidror rechaza las sugerencias de que Israel emprenda iniciativas unilaterales, ya sea la anexión de Judea y Samaria, o retiradas de todo o parte del territorio. Los movimientos unilaterales, dice, conllevan un precio interno muy alto para Israel, mientras que Israel gana muy poco en términos diplomáticos y de defensa.

"Israel no debe poner en peligro su existencia al embarcarse en iniciativas precipitadas que empeorarían radicalmente su situación de seguridad solo para complacer a los defensores de un 'progreso hacia adelante' a cualquier costo. Este riesgo no vale la pena", escribió Amidror.

Amidror acepta que la construcción israelí en Judea y Samaria debería enfocarse mejor hacia los bloques de asentamientos y dentro de los límites existentes de los asentamientos, como se acordó el año pasado entre Israel y la administración Trump. Pero eso está muy lejos del plan de Yadlin para sofocar los asentamientos.

Israel debe manejar el conflicto hasta que las condiciones mejoren para un esfuerzo de negociación renovado para una solución acordada. Cuando se está al borde de un acantilado, es preferible quedarse quieto que avanzar'', concluye Amidror.

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