Sunday, July 29, 2007

Recordar a un soldado caído que 'tenía un corazón de león' - Rory Kress - JPost


Sgt. Michel Levin, 21

Michael Levin, de Filadelfia, estaba determinado en alistarse al IDF. "Él una vez me dijo: 'si me cortan las piernas, aún así, voy a Israel", recuerda su padre, Mark.

Nunca tuvo dudas sobre ir a Israel y alistarse en una unidad de combate. "Él era así", dice su madre, Harriet. "Conociendo como era Michael, no tenía opción."

Pero cuando la Segunda Guerra del Líbano estalló el año pasado, Levin tenía realmente una opción: estaba de permiso en los Estados Unidos, visitando a su familia y no fue requerido para volver. Él se precipitó en volver a Israel para unirse a su unidad paracaidista, que ya luchaba en el Líbano. Le dijeron que no era necesario, que debería esperar en Hebron la vuelta de su unidad.

"Si usted quiere ir a Hebron, vaya usted. Yo voy al Líbano", le contestó Levin al oficial.

Cuatro días más tarde, el 1 de agosto de 2006, un francotirador de Hizbullah, en Al-Shaab, al sur Aita, le pegó un tiro. Un camarada arriesgó su vida para sacar a un Levin fatalmente herido del pueblo, pese al abundante fuego enemigo.

Los padres de Levin, nacidos y criados en América, dicen que es más fácil para ellos adaptarse aquí en Israel. "Al pueblo judío americano le queda mucho tiempo aún para entender los actos y la motivación de Michael. En Israel, nadie nos dirá alguna vez, no entendemos como ustedes pudieron dejarle ir".

Para su madre, estar en Israel es un modo de estar de nuevo con Michael. "Le siento mucho más cercano aquí. Aquí tengo grandes recuerdos de él porque, en Israel, era muy feliz."

Un año después de la muerte de Michael Levin, su familia todavía descubre nuevas facetas de su vida. La semana pasada, su padre conoció que cuando las noticias sobre la historia de Michael se hacen más populares, muchas personas sin hogar de Jerusalén comenzaron a expresarles su tristeza por la suerte de Michael. Ellos contaron como Levin - que vivía en la vecindad cercana a la capital de Nahlaot - fue más allá de darles dinero cuando les encontraba: se sentaba a su lado en el pavimento y les daba esperanzas, animándolos a recuperar sus vidas.

Ahora su familia guarda viva su memoria siguiendo ayudando a otros.

Para conmemorar el aniversario de la muerte de Levin, su familia acogió una convención el viernes para levantar la conciencia sobre la difícil situación "de los soldados solitarios" del IDF, inmigrantes que no tienen a ningún pariente cercano en Israel.

En el Hotel de Dan Panorama de Tel-Aviv, 325 soldados solitarios se reunieron para conocerse y aprender sobre sus derechos y oportunidades al terminar su servicio.

Explica la madre de Levin: "Michael era un sionista completo, pero había muchas dificultades con la llegada [a Israel]." Abandonando a una familia muy unida y a su círculo de amigos en Holand, Condado de Bucks, Pensylvania, Michael afrontó un cambio emocional significativo sobre la forma de realizar la aliya.

Para los Levin, el acontecimiento del viernes fue organizado no sólo para que los soldados solitarios se reencuentren con otros que pasan por sus mismas dificultades, sino también, y quizás lo más importante, para que las conozcan sus superiores.
"Era también importante que sus superiores entiendan las privaciones por las que pasan estos muchachos, porque no creo que las conozcan", dice Harriet Levin, citando por ejemplo los Shabbat, que deberían ser unos días dichosos, cuando realmente son dolorosos para aquellos soldados solitarios que a menudo vuelven a un apartamento vacío a miles de millas de distancia de sus seres queridos.

Además de consentir en dar conferencias a través de los Estados Unidos, la familia Levin ha permitido a una mujer de Filadelfia que escriba la historia de Michael para hacer un documental sobre su vida y su herencia. La película, "Un Héroe en el Cielo", fue emitida por el Canal 10 durante el Día de la Conmemoración.

Después de la emisión, miles de llamadas telefónicas y de correos electrónicos inundaron el Canal 10 y a la familia Levin, diciendo, según Mark Levin: "su hijo da clases [a Israel] de sionismo."

Cuando le preguntan como se explica que sea posible que este joven de un barrio residencial de Filadelfia pudiera enseñar a los israelíes sobre sionismo, su padre tiene una respuesta simple: "Michael era muy pequeño de tamaño," - tenía que lanzarse en paracaídas con peso adicional para impedir que el viento trastocará su curso -
"sólo medía 167 cm. y pesaba 54 kilos, pero tenía el corazón de un león. Era un paradigma de lo que es Israel: los israelíes casi lo ven como un espejo de su propia existencia - no tienes que ser el más grande para hacerte respetar por el mundo."

¿Qué mensaje esperan los Levin que Michael haya compartido con el mundo? Para ellos, no se trata necesariamente de inspirar a los jóvenes judíos americanos para que se unan al IDF. "Hay muchos modos de ayudar a Israel, no sólo se tiene que coger un arma." Para los Levin, el recuerdo duradero de Michael será el de un joven que tenía un compromiso tenaz con su sueño. "Michael tenía un sueño y él consiguió su sueño. Esperamos que quién oiga la historia de Michael le inspire a realizar su propio sueño".

Para Harriet Levin, el sueño de su hijo esta vivo. Ella señala a un pequeño par de alas de plata prendidas en su camisa: cuando Michael murió, un camarada recogió las alas de su uniforme. Como un sólo hombre, los compañeros de Michael le llevaron las alas a su entierro. "Las llevo puestas a diario," dice ella, "creo en todo lo que él hizo y estoy muy orgullosa de él."

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