El judío profanador: una investigación sobre el antijudaísmo cristiano - Bertrand Tillier - La vie des idées
Una antigua leyenda recorre la Edad Media cristiana : los judíos profanarían las hostias para reproducir simbólicamente la escena del deicidio. Jean-Louis Schefer conduce en este libro, "La hostia profanada. Historia de una ficción teológica", una investigación fascinante, entre imágenes y textos, sobre los orígenes culturales y teológicos del imaginario medieval del antijudaísmo.
Este libro erudito, una construcción original y desconcertante, es un voluminoso dossier de documentos dispares recogidos, ordenados y anotados por Jean-Louis Schefer, filósofo del arte, teórico del cine y de la imagen. Su objetivo aparentemente insólito es tan esquivo como sólidamente implantado en la imaginería occidental, y casi insensiblemente vehiculado durante siglos por todo tipo de soportes de más o menos esperados. La lectura de este grueso volumen es un viaje de largo recorrido, una peregrinación a la historia de las mentalidades, una amplia investigación entre imágenes y textos en todos los rincones del antijudaísmo transformado en antisemitismo occidental.
Paolo Ucello y el milagro de la hostia
El libro se abre con seis paneles de madera, pintados al temple por Paolo Ucello entre 1467 y 1469, por cuenta de la Congregación del Corpus Christi, una congregación laica y de antigua fundación, pero que recientemente ha recibido la carga del Monte de Piedad y la organización de los préstamos bancarios para limitar la usura judía, la cual fulminaba por entonces San Bernardin. Este políptico, que hoy se conserva en el Palacio Ducal de Urbino, pertenece a las obras, aún raras en el Quattrocento, cuya secuencias forman un verdadero relato. Bajo el título de "El Milagro de la hostia", la predela (parte inferior del cuadro) de Ucello cuenta una historia: un usurero judío presta dinero a una miserable mujer que utiliza su manto como prenda. Cerca de la fecha de vencimiento del préstamo, siendo incapaz la pobre mujer de reembolsar su deuda, el prestamista judío le ofrece restituirle su propiedad a cambio de una hostia consagrada. La endeudada acepta ese trato y le proporciona una santa forma, la cual el prestamista apuñala para tratar de destruirla, y comenzando a sangrar profusamente. Advertidos de esta profanación, hombres armados detienen al usurero y a su familia. Una procesión encabezada por el Papa devuelve la hostia a su altar, a fin de volverla a consagrar. La pecadora se apresta a ser ahorcada, pero es salvada in extremis por un ángel. El usurero judío y su familia fueron quemados vivos en una plaza pública. A lo largo de su estudio, con erudición y agudeza, Jean-Louis Schefer se dedica a documentar la aparente simplicidad de la puesta en imágenes de una manera eficiente de estos "negocios" de robo o profanación de hostias, "el asesinato simbólico de las especies sacrificiales del cristianismo", innumerables en la Edad Media, y que se repiten en la Europa cristiana, con sus recurrencias y variantes.
Para satisfacer las exigencias religiosas, culturales y económicas de sus patrocinadores, Ucello extrajo su sujeto de una historia parisina conocida como el "Milagro de los Billettes". En 1290, un prestamista de confesión judía respondiendo al nombre de Jonathas y residiendo en la Rue des Jardins, fue capaz de convencer a una mujer para que le procurara un hostia (a cambio de deuda que la saldaría), a la cual decidió infligir una serie de torturas imitando la Pasión de Cristo. Sin embargo, la hostia resultó indestructible, comenzó a sangrar bajo los violentos ataques de su poseedor - fue sucesivamente traspasada, cortada, quemada, cocida... -. Denunciado, el profanador fue juzgado y condenado a la hoguera y su casa fue transformada en iglesia. Schefer califica a este "incidente" como prototípico del "primer escenario completo", del cual se encontrarán ecos en otros relatos, en particular en Bruselas (1369) o Passau (1477).
Identificar al enemigo
Esta leyenda parisina de la hostia profanada, de la cual ningún archivo da trazas directas, y que sin duda fue compuesta según el diseño de la imaginería negra de las parábolas bíblicas y de los sermones cristianos, es el reverso oscuro de la celebración eucarística y de sus milagros en serie, que la Iglesia Católica pretendía imponer en contra de la Iglesia greco-bizantina de los cristianos de Oriente, tenida a una buena distancia desde el cisma de 1054, y sus prácticas litúrgicas. En efecto, desde el concilio de Latran (1215), la Iglesia adoptó oficialmente la doctrina de la transubstanciación del cuerpo y de la sangre de Cristo en el pan y el vino, como manifestaciones de la presencia real del Hijo de Dios. Contra los iconos del culto ortodoxo, el culto occidental erige la señal que representa la hostia y, para lograr sus fines, la Iglesia Católica fija las normas de la doctrina al mismo tiempo que las de su transgresión, por medio de un imaginario antijudaico. La Iglesia puede así afirmar su identidad, mientras que designa a su enemigo y a sus prácticas profanas o blasfemas. Es todo este sentido del "teatro eucarístico" el que define Schefer, y donde el judío viene a jugar en contra de su voluntad un papel doctrinal: el del deicida perpetuo, a través de sus ataques a los sacramentos.
Los trabajos pioneros de León Poliakov demostraron cómo se prepararon y difundieron en toda Europa, a lo largo de la Edad Media y del Renacimiento, los imaginarios y los estereotipos del antijudaísmo: el judío errante y usurero, el judío profanador del Sepulcro, el judío infanticida preparando el pan ázimo con la sangre de jóvenes cristianos asesinados ritualmente para perpetuar la muerte de Cristo, el judío eterno regenerándose por medio del consumo de sangre humana...
La Europa cristiana nunca cesó de legislar, creyendo así armarse contra el "peligro judío": desde el sínodo de Clermont (535) se prohibe a los judíos ejercer cualquier cargo público; se ven obligados a llevar un emblema distintivo, la rodela o el blasón de la infamia (1215); deben vivir en guettos circunscritos y controlados (1555)... La profanación de la hostia, pintada por Ucello y basada en el "Milagro parisino de los Billettes", pertenece claramente a este medio ambiente social y religioso de miedo y de represión, así como lo atestiguan los datos convocados por este episodio, uniendo el cuerpo y la sangre, el sacrificio y el dinero. Porque es evidente que la profanación reside tanto en el intento de destrucción de la hostia, como en la transmutación de la hostia en "moneda de mercadeo", ensuciada por un valor estrictamente material.
La posteridad de un imaginario
Jean-Louis Schefer no está interesado en el valor estético o plástico de la obra de Ucello, a la cual Pierre Francastel ya había dedicado un estudio: no desea estudiarla como una producción artística o como un hito dentro de la historia del arte, sino como un lugar de cristalización, como relevo y difusión del antijudaísmo cristiano y, a continuación, del imaginario occidental, con figuras tan duras como tenaces. Para seguir y comprender este recorrido, Schefer levanta una especie de genealogía, rebuscando en textos (latinos, italianos, franceses, alemanes...) generalmente desconocidos que la mayoría nunca habían sido traducidos al francés, pero también revisando piezas de teatro, vidrieras y tapices, monedas y escudos, pinturas y grabados o imágenes populares, en suma, las fuentes u orígenes de esta "ficción teológica", así como de su continuidad y avatares. Porque para mostrar su eficacia y profunda impronta sobre las mentalidades seculares, el historiador también identifica sus prolongamientos - recuerda así los finales del siglo XVIII, los cuadros de París, Louis-Sébastien Mercier menciona aún la Iglesia de los Billettes que, en el siglo siguiente, se convierte en templo protestante - en el personaje de Shylock ("El Mercader de Venecia" de Shakespeare) o "El judío de Malta" de Christopher Marlowe, bajo la pluma de Balzac (en "La misa del ateo"), Proust o Anatole France, o inclusive en ciertos caracteres del Drácula de Bram Stoker.
Este libro es esencial para comprender las vías por las cuales se construyen y transmiten los imaginarios; y también es un fascinante caso de estudio de las rutas de los estereotipos, del antijudaísmo cristiano al antisemitismo moderno, de sus raíces insospechadas y de su inalienable poder.
Labels: Antijudaísmo, Antisemitismo, Diáspora, Mitos judíos
3 Comments:
Claro que éste libro promete ser fascinante, por el fondo y por la forma, pero creo que ese sentimiento que se denuncia es algo que ya estaba muy calado en la sociedad cristiana desde siglos antes, quizá mil años. En el Concilio de Elvira, en torno al año 300, aún antes de que Constantino formalizase su conversión al cristianismo, la persecución de los judíos por parte cristiana, su fustigación y ataque quedó definido y luego sólo fue en aumento de forma insostenible hasta llegar a los godos católicos en donde tuvo su culmen; ese poso quedó y toda la edad media sólo sirvió para que entre vaivenes, más los vas que los venes, se llegase a la solución de la expulsión en España, que la Europa, mientras tanto, ya había hecho también de las suyas. Por eso digo, lo que este trabajo representa, no es sino la consolidación de bulos, infamias, mentiras, envidias y celos centenarios que en esos años ya surgían como setas ante la fortaleza ,que , aún demostraba, el judaísmo frente al , ya, imperio cristiano. Desde hace 1800 años, nada nuevo bajo el sol.
Me temo que el libro no será editado en España, si lo fuese es para no dejarlo pasar.
Jose Antonio, le voy a reproducir en mi blog,junto con el anuncio de la conferencia de Gustavo Perednik en Barcelona.
Su entrada incide en ese antijudaismo de raiz cristiana que también Perednik explica en su libro la Judeofobia.
Tremendo entradón, interesantísimo!
los judíos profanarían las hostias para reproducir simbólicamente la escena del deicidio [...] El usurero judío y su familia fueron quemados vivos en una plaza pública
Y para defender a Nuestro Señor, nada como cargarnos nuestros fundamentos cristianos...
Gloria a Dios!
la Iglesia adoptó oficialmente la doctrina de la transubstanciación del cuerpo y de la sangre de Cristo en el pan y el vino, como manifestaciones de la presencia real del Hijo de Dios
Lo cual es una estupidez y antibíblico...
es un fascinante caso de estudio de las rutas de los estereotipos, del antijudaísmo cristiano al antisemitismo moderno, de sus raíces insospechadas y de su inalienable poder
Ojalá de ahora en adelante, las palabras "antijudaismo cristiano" remitan a tiempos pretéritos...
Ahora pongo carita triste... :[
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