Saturday, November 29, 2008

Otro joya de corresponsal, esta vez de Le Monde (Vertigo o los filisteos del periodista filisteo) - Gilles William Goldnadel

( Todo comenzó hace tres semanas, con un reportaje sobre el primer partido de la selección palestina de fútbol, celebrando dicho hecho y acudiendo a la historia, cuando el periodista de Le Monde, Benjamin Barthe, se sorprendía [N.P: ¿no sería mejor, se escandalizaba?] al conocer que en los años 30 ya hubo otra asociación futbolística que se denominaba 'palestina', pero donde los jugadores eran judíos.

Gilles William Goldnadel le dedicó un post burlándose de su sorpresa, ya que era muy común por esa época que la denominación 'palestinos' se dedicará muy frecuentemente a los judíos que allí vivían, y que esa denominación no era muy habitual respecto a los posteriormente conocidos como palestinos.

Benjamin Barthe le remitió un correo donde "sin demasiado humor, nuestro periodista activista (proviene del periódico comunista L'Humanité) quiere demostrar que los árabes de Palestina también utilizaban la palabra 'Palestina', incluido en el deporte".

"¿Dije yo lo contrario? ¿He negado su especificidad? En todas mis conferencias, en todos mis libros, digo que [los palestinos] tienen un excelente dossier a la hora de lanzar piedras sobre su propio tejado, tanto por su irredentismo, como por sus métodos. Hay que decir que sus apoyos extáticos europeos, señor Barthe, no facilitan la necesaria labor de un pensamiento crítico".

"Sólo he escrito - y lo confirmo - que los árabes de la Palestina Mandataria se definían más como tales [árabes de Palestina], o como musulmanes, que en términos de 'palestinos'".

"En esa época, y especialmente en Europa, la palabra se aplicaba lo más a menudo para evocar a los habitantes judíos del territorio de Palestina. Esto, dicho sea de paso, era tan injustamente reductor como cuando se aplica hoy sólo en beneficio de los árabes. Razón por la cual, cuando los sionistas de Palestina han creado una asociación futbolística 'palestina', se situaban en una pura perspectiva nacional judía, al igual que hacen actualmente los árabes palestinos [en una perspectiva nacional palestina]".

"Parece que el Sr Barthe y sus amigos son menos sensibles a esta reducción lingüística contemporánea
" ).

Confieso que no sé demasiado bien cómo tomarlo.

En mi penúltimo blog, me deje llevar por la burla ante la ignorancia histórica de Benjamin Barthe, freelance de Le Monde, y lamentablemente fue mal recibido.

¿Qué hacer pues con su colega titular, en el mismo periódico y en el mismo lugar, Michel-Richard Bole, sin mosquearle demasiado?

Este último, efectivamente, ha pulverizado el récord establecido por su joven colega en términos de ineptitud lingüística e histórica.

Resumamos su memorable artículo del 15 de noviembre en el cual relata el descubrimiento arqueológico al suroeste de Jerusalém de restos de cerámica, que se remontan a más de 3.000 años, y que contienen una inscripción en hebreo arcaico.

El periodista tuvo a bien precisar que para el Estado judío, la cuestión sería importante, porque este descubrimiento "justificaría la existencia del reino de David elevado a la categoría de mito en Israel".

Con una aparente buena fe, Bole-Richard llega hasta conceder que este descubrimiento reforzaría la legitimidad de la creación de Israel, "incluso si se demuestra que los filisteos, los antepasados de los palestinos, vivían ya en esta región".

Sí, ustedes han leído bien. El reino de David revela un mito. El Estado judío tiene aún necesidad de demostrar su legitimidad histórica, las ruinas de Megiddo, así como las del Templo de Herodes, revelan sin duda, y así es como lo pensaba el gran 'arqueólogo' Yasser Arafat, una mentira hollywoodiense. Por contra, lo que está "establecido", lo que no puede ponerse en duda, es que los filisteos son los antepasados de los palestinos.

Y poco importa que los filisteos, uno de los llamados "pueblos del mar", vivieran no al suroeste de Jerusalém, sino sobre la banda costera del sudeste de Canaán, es decir, del lado de Tel Aviv, y que probablemente vinieran desde Creta y que, en cualquier caso, no tienen ninguna relación con esos que los periodistas de Le Monde, y en otros lugares, denominan definitivamente hoy como "palestinos", que a su vez procedían de Arabia, de no antes de s. IX d.C., y que probablemente en su mayoría, a principios del s. XX, fueron atraídos desde Siria por la colonización judía de una tierra hasta entonces bastante ingrata... [N.P.: aquí hay que puntualizar esa atracción, existente desde luego pero quizá no tan mayoritaria, y en donde en todo caso, intervino bastante el desarrollo de las infraestructuras por parte británica tras la concesión del Mandato].

Resumamos una vez más:

1.- En el 135 d.C., los Romanos, para castigar y derrotar definitivamente a los judíos rebeldes, decidieron desbautizar la cautiva Judea y llamarla Palestina, del nombre de los antiguos filisteos.

2.- Casi 2.000 años más tarde, y siempre para castigar a esas personas tan testarudas (Qeseh orèf), sólo los habitantes no judíos de ese territorio tan disputado tienen derecho al título de "palestinos".

3.- Y hoy, por la gracia de un periodista-historiador histrión, he aquí que los palestinos son declarados herederos, en línea directa, de los derechos dinásticos de los filisteos, mientras que se invita a los judíos a excavar más profundamente una tierra que, hasta entonces, sólo han cultivado en su superficie, con el fin de probar un título de propiedad por el momento aún bastante incierto.


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