Saturday, November 29, 2008

¿Por qué los judíos de América no se sienten cercanos a los israelíes? - Anshel Pfeffer - Haaretz



Lo siento mucho. No pude asistir la semana pasada a la Asamblea General de las Comunidades Judías, la reunión anual de la Asamblea General de Federaciones y Comunidades judías de América del Norte. Pero tengo una excusa. Mi actuales funciones en Londres significaban que tenía que cubrir la visita a Gran Bretaña del Presidente Shimon Peres. No importa, este diario estuvo bien representada en dicha Asamblea General (GA) incluso sin mí. No lo bastante al parecer, según muchos de los delegados en la GA. Mi colega en el Jerusalem Post, Haviv Rettig, publicó el pasado viernes un reportaje reprobando cómo los dirigentes de los judíos de América estaban indignados por el hebreo que se utiliza en los medios de comunicación (incluida la edición en hebreo del Haaretz), ignorando aparentemente que su reunión estaba teniendo lugar en Jerusalém.

Según Rettig, y no tengo motivos para no creerle, los americanos estaban tan enojados que "fustigaron a los medios de comunicación israelíes y a la sociedad por no haberlo previsto y aprendido [de ellos]". Rettig recogió las opiniones de los periodistas de Israel que se ocupan en los principales periódicos de las noticias referentes al mundo judío, y también intentó contactar conmigo como escritor ocasional sobre la división entre Israel y la Diáspora, pero yo estaba demasiado ocupado reponiéndome del ritmo frenético de la visita de Peres como para responder.

Por lo tanto, permítaseme aprovechar esta oportunidad para desvincularme a mí mismo de la despectivas observaciones de los periodistas y que no tuve tiempo para responder. A diferencia de ellos, creo que los medios de comunicación de Israel debe cubrir ampliamente los asuntos del mundo judío en sus múltiples lugares y, desde luego, de la mayor comunidad judía en la tierra. (Me parece que los demógrafos que pretenden que hay más judíos en los Estados Unidos son más creíbles que los que los ubican en Israel, pero eso es material para otra columna.)

Pero también querría decir que no se trata solamente de la culpa de los medios de comunicación, sino simplemente un reflejo de una brecha existente aún mayor entre la sociedad israelí y los judíos del mundo. Y si ellos asumen una parte importante de la culpa, los israelíes no son los únicos que han ensanchado esa brecha. Como si respondiera a las acusaciones, y sólo dos días más tarde, el Yedioth Ahronoth, el diario más popular de Israel, llevaba a cabo una entrevista con uno de los grandes grandes de la comunidad americana, dedicando una completa doble página a la fulminaciones de Edgar Bronfman. Bronfman acaba de publicar un libro en el que explora la cuestión de la identidad judía en el siglo XXI y utilizó la entrevista para ir en contra del establishment religioso por su rechazo de quienes no son judíos halájicos y llamando a la inclusión de cualquier persona que se denomine a sí misma judía dentro de la tribu.

No estoy seguro de que Bronfman sea la mejor persona para llevar esta particular antorcha, pues no quiero pensar ahora mismo, ni preguntarme por qué, en sus 30 años como Presidente del Congreso Judío Mundial, no vio apropiado abordar esta cuestión. Simplemente, me centraré en su entrevista porque ilustra exactamente cual es el motivo por el cual los judíos americanos permanecen tan inseguros respecto a los israelíes.

Bronfman justifica su postura diciendo que "el judaísmo pertenece a cada judío. No es necesario pertenecer a ninguna corriente religiosa. No hay necesidad de una creencia en Dios o de ceremonias y oraciones". Todo muy convencional, pero aquí aprovechó para embestir: "Muchos israelíes que se describen a sí mismos como seculares o laicos están efectivamente separados de la tradición de su pueblo".

Irónicamente, la denuncia de Bronfman contra los israelíes laicos o seculares es idéntica a la realizada por los mismos rabinos que él ataca vehementemente en su entrevista; estos últimos también creen que los judíos seculares o laicos son unos ignorantes y que se han separado de la tradición.

Una opinión similar es expresada por algunos de los entrevistados en el reportaje del Jerusalem Post sobre la indiferencia hacia la Asamblea General (GA). ¿De qué se trata cuando los israelíes seculares o laicos israelíes parecen exasperar a los judíos americanos, muchos de ellos también no religiosos?

Creo realmente que el fondo se trata de envidia. Si bien los judíos en los Estados Unidos, y en otras comunidades, han estado lidiando durante décadas con la cuestión de cómo definir una identidad judía que no esté apegada solamente a la religión, los israelíes laicos, simplemente, no tienen ese problema. Por supuesto, muchos de ellos carecen de una gran cantidad de conocimientos sobre temas judíos y ciertamente no son muy conscientes del mundo judío que existe fuera de Israel. Sin embargo, no se sienten muy angustiados sobre dicho tema, porque para ellos en cada momento en Israel se vive en un medio ambiente judío que utiliza (lee, habla, piensa, vive) el hebreo.

Y eso es también por qué, como algunos de los entrevistados comentan a Rettig, cuando los israelíes laicos viajan a los Estados Unidos, no suelen estar muy interesados en conocer a la comunidad judía local. Ellos han vivido toda su vida entre judíos, una vez que salen de Israel están buscando algo diferente.

Israel, el proyecto sionista, fue fundado precisamente por esa razón, para servir como una alternativa secular judía a la vida en la Diáspora. Y si bien esta lejos de ser perfecta, para la mayoría de los israelíes todavía es una opción creíble. Ellos no están ciegos respecto a sus defectos, pero aún están satisfechos viviendo su vida judía en Israel.

Y al menos, a un nivel subconsciente, esta alegría resulta irritante para muchos de los judíos de los Estados Unidos y de otros lugares, especialmente aquellos que están luchando para encontrar una alternativa de vida judía propia que sea lo suficientemente atractiva para una joven generación judía desinteresada.

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4 Comments:

Anonymous Anonymous said...

el judaísmo pertenece a cada judío. No es necesario pertenecer a ninguna corriente religiosa. No hay necesidad de una creencia en Dios o de ceremonias y oraciones

Desde mi posición de hereje de colgajo encapuchado digo que, si todo es sujeto a ser judío, nada es esencialmente judíos...

estos últimos también creen que los judíos seculares o laicos son unos ignorantes y que se han separado de la tradición

Hmm... un cristiano que no practica el dogma cristiano no es cristiano, un budista que no practica el dogma budista no es budista, etc, por qué debería ser diferente con los demás...?

Creo realmente que el fondo se trata de envidia

Tremendo disparate...

Israel, el proyecto sionista, fue fundado precisamente por esa razón, para servir como una alternativa secular judía a la vida en la Diáspora

Eingh?

esta alegría resulta irritante para muchos de los judíos de los Estados Unidos y de otros lugares

Falta de concienciación es un sinónimo de alegría...?

Pasmoso.

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12:41 AM  
Blogger José Antonio said...

Hoy cualquier líder o autor de progreso te diría que deber ser posible una multiplicidad de identidades en la sociedad actual.

El problema, a mi manera de ver,es que para que eso sea posible, es necesario que el concepto de identidad sea tan laxo como sea posible y que quepa todo. Ser budista "al gusto", es decir sin obligaciones, y sin ni siquiera parecer budista.

El enorme flujo de información y mercancías (culturales) a nuestra disposición ha provocado que el interés por las cosas o por las ideas deba ser de acceso fácil y breve, no determinante, sin demasiadas obligaciones y sujeto a la posibilidad de su transformación para dar cabida a lo nuevo. A eso se le llama hoy multiplicidad de identidades.

Dicho esto, sí creo que existe una cultura judía, una existencia judía, que no está delimitada por la religión. Pero a lo que no puede aspirar es a una igual consideración simbólica y existencial que la identificación religiosa.

Es decir, Spinoza, Einstein, Trostsky o Freud pertenecen a una cultura judía, pero la herencia y la cultura judía se ha transmitido a través de la religión, no de la asimilación. Casi todos ellos han ampliado el horizonte cultural y existencial judío y universal, pero la transmisión y pervivencia del hecho judío histórico no ha sido un factor determinante en ellos, más al vivir en sociedades no judías.

En el caso de la sociedad laica de Israel esa transmisión y pervivencia está más asegurada, pero sin el elemento religioso sería incompleta y amputada de un factor primordial.

Hoy en día, cuando se lucha por salvar las especies animales en riesgo de extinción y por la pervivencia de los idiomas y de las culturas amenazadas, la búsqueda de una pervivencia no debe parecer tan sorprendente.

Me parece muy poco probable una pervivencia judía si no esta ligada de algún modo al hecho religioso. Sería una mera variante local de una sociedad occidental sin demasiadas otras peculiaridades, y todos sabemos cual ha sido la raíz de la pervivencia histórica del pueblo judío.

Hay que llegar por lo tanto a un equilibrio entre todos los factores, entre el hecho judío y la universalidad, sin que este último conlleve la negación del otro.

Esto mismo también es extensible a otras religiones, aunque no estén tan amenazadas por el tema demográfico y su devenir histórico no sea tan particular.

El tema de la envidia no es baladí. Aunque quizá no sea esa la palabra. Dentro de la diáspora, el hecho de la asimilación y la, pervivencia se vive muy agudamente, y no es de extrañar que ciertos sectores terminen emigrando a Israel por ese problema. También existe un cierto complejo paterno dentro de los judíos americanos.

El sionismo fue un movimiento de liberación nacional de índole secular, de carácter mayoritariamente socializante, y donde recoge las aspiraciones tradicionales del pueblo judío, y por lo tanto en buena parte religiosas, aunque adecuadas a su tiempo.

Es por ello que se estructura como oposición al mundo de la Diáspora y su ceguera ante la existencia del antisemitismo, ya sea en su formato asimilacionista (burgués, laico o revolucionario) o en el tradicionista religioso.

4:56 PM  
Anonymous Anonymous said...

Jantonio:
s necesario que el concepto de identidad sea tan laxo como sea posible y que quepa todo

Pero el posibilismo actúa generalmente en perjuicio de la idea que se quiere defender.

Casi todos ellos han ampliado el horizonte cultural y existencial judío

Siento disentir.
Einstein o Trostsky, al no ser judíos practicantes, no ampliaron la cultura judía y sí, en cambio, la cultura de su país.

O sea, aportaron tanto a la cultura judía y aquella en la que se formaron como cualquier otro agnóstico de background cristiano.

Si no se determina antes qué es cultura judía, no se pueden valorar los aportes.

Por eso hablaba de la necesidad de fijar y prefijar ciertas esencias.

Qué es mejor, un litro de vino tinto o diez litros de vino aguado...?

los idiomas y de las culturas amenazadas, la búsqueda de una pervivencia no debe parecer tan sorprendente

Como catalán entiendo en primera persona eso, pero la esencia de la catalanidad es la lengua y las tradiciones catalanas.

Esa debe ser la piedra de toque a partir de la cual podremos construir un edificio más o menos grande, pero propio al fin y al cabo.

Esto mismo también es extensible a otras religiones, aunque no estén tan amenazadas por el tema demográfico

En nuestro caso es distinto, muy distinto, porque el cristianismo está llamado a ser una religión de minorías -lo cual nunca entendieron nuestros antepasados- y nunca de mayorías.

El sionismo fue un movimiento de liberación nacional de índole secular

Hasta que no entendí esto, no solventé la contradicción de levantar con manos humanas una promesa divina.

Es decir, es la misma falta de fe de la que adoleció Abraham.

Me explico.

Dios le prometió descendencia, pero en vez de tener fe en el Señor y esperar a que Él determinara el tiempo en que debería llegar, Abraham tuvo un hijo con su esclava.

No confió en la promesa y buscó el fin por sus medios.

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8:45 PM  
Blogger Iojanan said...

Jose Antonio, hacía tiempo que no leía una definición, un concepto del judaísmo tan certero y lúcido. Toda la sociedad está pensada para el momento, todo debe ser inmediato lo trabajoso suele estar infravalorado. Esa es una de las causas de la fuerza de este judaísmo, el trabajo, la constancia, el crecimiento diario, porque todo lo que a uno le cuesta se valora.
Comparto que la religión ha sido el cordón, el vaso comunicante para los judíos, religiosos o no.
Estupenda tu respuesta que me la quedo para guardar.

11:20 AM  

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