Friday, June 26, 2009

¿Con amigos como estos, quién necesita enemigos? - Por Zvi Bar'el - Haaretz

Egipto:

Es suficiente. Netanyahu realmente comprende a los árabes. Especialmente a los egipcios. Miren lo que ha pasado con Farouk Hosni, ministro de Cultura egipcio que aspiraba a dirigir la UNESCO.

El inicio de la historia es bien conocido. Todos los embajadores de Israel y agregados no pierden ningún esfuerzo a la hora de sabotear el nombramiento del ministro egipcio para ese puesto tan deseado. Cada uno de sus comentarios anti-israelíes, cada una de sus palabras de crítica hacia los libros y escritores israelíes, junto con todos sus pronunciamientos contrarios a una normalización de los lazos con Israel, fueron minuciosamente recogidos en un fichero de pruebas en su contra. En efecto, ¿cómo podría un ministro egipcio, pintor e intelectual, acceder a ese puesto internacional cuando ha declarado que él quemaría todos los libros israelíes?

¿Por qué es tan difícil encontrar un intelectual egipcio, opuesto a los del establishment, que ahora mismo pueda hablar bien de Hosni? Sus declaraciones lo han convertido en un héroe local empeñado en la construcción de un muro, con sus propias manos, contra una normalización de las relaciones con Israel. Es decir, hasta que Netanyahu llegó para solucionarle estos problemas durante una conversación con el Presidente egipcio Hosni Mubarak. El corresponsal político del Haaretz, Barak Ravid, ha descubierto que Netanyahu accedió a renunciar a las objeciones de Israel a su designación a cambio de un gesto de normalización por parte de Egipto. Los gestos se sucedieron inmediatamente.

Hosni se disculpó por sus comentarios e incluso anunció que había ordenado la traducción de libros de David Grossman y Amos Oz al árabe. El cielo no lo quiera, no del original hebreo, sino de sus traducciones al inglés y francés. Esas traducciones, por cierto, existen desde hace años en las bibliotecas universitarias de Egipto, y los investigadores egipcios han escrito numerosos trabajos de investigación sobre dichos autores israelíes.

Pero entonces se produjo la tormenta. El ministro de Cultura se convirtió en objeto de escarnio. "Hosni no se detendrá a la hora de cortejar la influencia sionista para poder acceder a la sede de la UNESCO", escribió el crítico Wael Kandil. El diputado Abbas Abd al-Aziz, en representación de la región de Suez, instó a que Hosni fuera destituido de su cargo y su camino hacia la UNESCO bloqueado, ya que estaba dispuesto a realizar cualquier cosa para obtener ese cargo, aún a costa de la historia de la ciudad de Suez. Y es que Aziz estaba enojado: Hosni había acordado invitar a los representantes israelíes a un festival literario en Suez, apodada "la ciudad de la oposición".

Intelectuales y académicos de Suez anunciaron una campaña en contra de esas invitaciones e incluso crearon una web detallando los crímenes de Hosni y su sumisión al sionismo.

Sin embargo, la oposición egipcia contiene otras voces, y una de ellas es particularmente original. El traductor y estudioso del hebreo, Aboud Mohammed, escribió su tesis doctoral en la Universidad Ain Shams sobre la literatura hebrea. El poeta y escritor israelí, Almog Bahar, dirigió mi atención hacia un artículo de Aboud de la semana pasada en el periódico Almasry Alyoum, en el cual explica por qué se opone a la traducción de obras del hebreo al árabe a través del Ministerio de Cultura egipcio:

"Yo, personalmente, tengo un gran aprecio por aquellos que rechazan la traducción de la literatura hebrea al árabe por el intermedio de los oficios del Ministerio de Cultura, ya que este organismo heredó el lema 'conoce a tu enemigo', lema bajo cuyo sombra trabajan los departamentos de hebreo de las universidades egipcias. Estos departamentos universitarios participan y toman parte en las actividades anti-israelíes en los frentes informativos, ideológicos y militares. En esos departamentos se traduce cada pedazo de papel del hebreo a fin de poder armarnos de conocimientos para así continuar con la confrontación con el enemigo”.

"Entiendo la razón por la cual el ministerio de Cultura se apresura en estos momentos a traducir literatura hebrea", escribe Aboud. "En lugar de llevar a cabo este importante paso dentro del marco de una empresa nacional - para familiarizarnos con Israel, metódica e intensamente, y así reunir información sobre sus corrientes ideológicas -, sólo se aspira a conseguir una oficina internacional, lo que puede o no ser alcanzado".

La opinión de Aboud no es suficiente para cambiar la política ideológica y oficial de oponerse a la normalización de las relaciones con Israel. Farouk Hosni ahora comprende muy claramente que pagará un precio demasiado alto ante la opinión pública egipcia por lo que es visto como una reconciliación con la literatura israelí. El antiguo héroe nacional implicado directamente en la lucha contra los sionistas se ha convertido en un traidor, de acuerdo con los principios de los intelectuales que luchan en contra de una normalización.

Turquía:

El plan estaba preparado hasta el más mínimo detalle. El ejército turco velaría para que los explosivos y las armas se hallaran en los hogares de los seguidores del movimiento islámico Fethullah Gulen, por lo que podrían ser acusados de actividades terroristas. Una campaña publicitaria denunciaría a esos oficiales del ejército denominados como "reaccionarios" (es decir, demasiado religiosos), por lo que tendrían que renunciar. Y una red de agentes trabajando para el ejército se infiltraría en el interior del gobernante Partido de la Justicia y Desarrollo, del Primer Ministro Recep Tayyip Erdogan.

Estas eran las previsiones de la conspiración del pasado mes de abril. Sus detalles fueron publicados hace dos semanas por el periódico turco Taraf, después que fueran incautados documentos en la casa del abogado Serdar Ozturk. Ozturk también está vinculado a otra conspiración, el asunto Ergenekon: donde ex oficiales del ejército turco, políticos e intelectuales fueron detenidos el verano pasado bajo sospecha de haber trabajado durante años para derrocar al gobierno.

Estas revelaciones han conducido a enfrentamientos entre el ejército y el gobierno. Erdogan se comprometió a investigar el asunto diciendo que el objetivo de los instigadores "era perjudicar la democracia turca". El ejército niega toda implicación y el conocimiento de sus comandantes del complot.

Este último asunto parece una continuación directa del de Ergenekon, que ahora ve la luz en un tribunal turco. Las denegaciones del ejército no han logrado convencer a los medios de comunicación turcos, los cuales ven el asunto como una prueba de que el ejército no ha abandonado sus ambiciones de ser un actor en la política turca y dirigir el gobierno civil. Esto es claramente contrario a las promesas realizadas por Turquía a la Unión Europea (y de la posición declarada por el ejército) de que el ejército turco se quedaría dentro de los confines de sus bases y ejercería sólo una pequeña influencia en la política turca.

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