Haciendo la Historia - Tom Segev - Haaretz
El historiador Adel Maná es un investigador senior del Van Leer Jerusalem Institute, y es autor de varios libros sobre Palestina durante la época otomana. Actualmente está escribiendo un libro sobre los "opsimists" - los árabes israelíes que vivieron en los primeros años del estado. Al igual que muchos otros investigadores, a Maná le gusta compartir los detalles del progreso de su trabajo con sus colegas, y hace tres semanas habló sobre la Nakba ( "catástrofe", el término utilizado por los palestinos para describir lo sucedido después de la creación de Israel en 1948) en Galilea, en al-Mada al-Carmel, en el The Arab Center for Applied Social Research de Haifa.
La audiencia incluyó a varios periodistas cuyas crónicas han robado el sueño a Maná. La razón: la prensa árabe comunista está haciendo ahora con él lo que la prensa sionista hizo a los "nuevos historiadores" de Israel hace 20 años. Maná está siendo acusado, nada menos, que de fabricar sus conclusiones. Algunos incluso le llaman traidor.
¿Por qué? Debido a que la documentación que Maná ha rastreado, incluyendo memorias grabadas, indica que varios líderes comunistas árabes de Palestina apoyaron el establecimiento de Israel, y que uno de ellos, Emile Habibi, incluso participó en las conversaciones que garantizaron la provisión de armas desde Checoslovaquia, esas que contribuyeron a que las nacientes Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) prosiguieran la Guerra de la Independencia.
El Partido Comunista de Israel está celebrando su 90 aniversario. Su historia es fascinante, aunque poco investigada. Es una historia llena de ideología y de ego. Entre varias rupturas, reuniones y más rupturas, el partido trataba, entre otras cosas, de definir las relaciones entre sus miembros judíos y árabes.
Uno de sus más dramáticos puntos de inflexión se produjo cuando, contrariamente a todas las expectativas, la Unión Soviética decidió apoyar el establecimiento de Israel. El Partido Comunista de Palestina (PKP o, a partir de su nombre Yídish: Palestiner Komunistishe Partei), se apresuró a adoptar la nueva línea. Shmuel Mikonis, un futuro miembro de la Knesset, viajó a Praga y urgió a los checos a suministrar al IDF de las armas que necesitaba.
Muchos árabes comunistas estaban activos en un órgano denominado Palestinian National Liberation League, uno de cuyos fundadores fue el historiador y filósofo Emile Touma. Aunque a los miembros de la Liga les costó mucho elegir entre el gran muftí y Stalin, muchos de ellos se sumaron al Partido Comunista de Israel y apoyaron al Estado de Israel. Emile Habibi, que más tarde se convertiría en un miembro de la Knesset y en un famoso escritor laureado con el Premio Israel, se unió a Mikonis en su viaje a Praga. Él siempre afirmó que desconocía en ese momento los esfuerzos de Mikonis para impulsar la llegada de los suministros de armas al IDF, pero Maná tiene dificultades para creerlo.
Maná también cita folletos distribuidos por los activistas comunistas a los soldados egipcios, jordanos y árabes del Ejército de Salvación - quienes ataron a Israel a partir de mayo de 1948 - y en donde se les exhortaba a deponer las armas y volver a casa. Y hay más, tiene información acerca de los árabes que se ofrecieron como voluntarios para servir en el IDF y además afirma que una de las razones por las que el IDF no expulsó a los habitantes de Nazaret y de las aldeas de los alrededores fue la buena relación existente entre los comunistas y las autoridades estatales. Maná cita un documento de inteligencia que se encuentra en el Central Zionist Archives ( Archivo Sionista Central), el cual establece que la Palestinian National Liberation League no debería ser vista como una amenaza militar. "Nuestros enemigos son sus enemigos", dice entre otras cosas.
Naturalmente, los miembros del Partido Hadash están ahora escandalizados. Maná se ha convertido en el objeto de un creciente número de artículos llenos de odio, además de haber sido vilipendiado en la red. Afirma que le resulta más molesto por el hecho de que sus críticos - de los cuales el ex diputado Issam Makhoul es uno de los más duros - distorsionan sus palabras. Makhoul, un comunista orgulloso, afirma que Maná "sirve a los intereses del imperialismo, el sionismo y la reacción árabe" y se opone a una solución de dos Estados. Traducción: Maná sirve a los intereses del partido nacionalista árabe Balad. (Como asegura el propio Maná, él es favorable actualmente a una solución de dos Estados).
En concreto, Makhoul afirma que no hay motivos para acusar a los comunistas de traicionar a su nación (que, por cierto, no lo afirma Maná). Los habitantes de Nazaret y los pueblos vecinos permanecieron en sus casas porque los comunistas les dijeron que se mantuvieran en sus tierras y no huyeran. Makhoul está orgulloso de ello. (Maná no niega esto, pero asegura que la historia es más complicado que todo eso.)
Makhoul también tiene una explicación de por qué los comunistas trataron de impedir que los ejércitos árabes invadieran al joven Estado de Israel: los países árabes no venían a ayudar a los palestinos, sino al contrario. Ellos querían evitar que los palestinos fundaran su propio Estado. Además, Makhoul no está impresionado por las evaluaciones de inteligencia conservadas en el Centro de Archivos Sionista.
Todo este debate está dirigido por un poderoso impulso: para los árabes israelíes, también la historia es parte de la política contemporánea, por lo tanto resulta bastante difícil ser un "nuevo historiador" entre ellos.
Makhoul ahora dirige el Emil Touma Institute for Palestinian and Israeli Studies, llamado después Touma, quien era conocido por sus esfuerzos para promover la convivencia entre los judíos y árabes en Israel. De hecho, Touma fue uno de los dirigentes comunistas árabes que hicieron lo que predicaban: se casó con Chaya, una artista judía. Se conocieron en una clase de baile de la Communist Youth Alliance , y estuvieron juntos hasta que murió hace 25 años. Chaya Touma falleció esta semana. Fue enterrada con ritos funerarios laicos junto a la tumba de su esposo, en el cementerio cristiano ortodoxo de Haifa.
La audiencia incluyó a varios periodistas cuyas crónicas han robado el sueño a Maná. La razón: la prensa árabe comunista está haciendo ahora con él lo que la prensa sionista hizo a los "nuevos historiadores" de Israel hace 20 años. Maná está siendo acusado, nada menos, que de fabricar sus conclusiones. Algunos incluso le llaman traidor.
¿Por qué? Debido a que la documentación que Maná ha rastreado, incluyendo memorias grabadas, indica que varios líderes comunistas árabes de Palestina apoyaron el establecimiento de Israel, y que uno de ellos, Emile Habibi, incluso participó en las conversaciones que garantizaron la provisión de armas desde Checoslovaquia, esas que contribuyeron a que las nacientes Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) prosiguieran la Guerra de la Independencia.
El Partido Comunista de Israel está celebrando su 90 aniversario. Su historia es fascinante, aunque poco investigada. Es una historia llena de ideología y de ego. Entre varias rupturas, reuniones y más rupturas, el partido trataba, entre otras cosas, de definir las relaciones entre sus miembros judíos y árabes.
Uno de sus más dramáticos puntos de inflexión se produjo cuando, contrariamente a todas las expectativas, la Unión Soviética decidió apoyar el establecimiento de Israel. El Partido Comunista de Palestina (PKP o, a partir de su nombre Yídish: Palestiner Komunistishe Partei), se apresuró a adoptar la nueva línea. Shmuel Mikonis, un futuro miembro de la Knesset, viajó a Praga y urgió a los checos a suministrar al IDF de las armas que necesitaba.
Muchos árabes comunistas estaban activos en un órgano denominado Palestinian National Liberation League, uno de cuyos fundadores fue el historiador y filósofo Emile Touma. Aunque a los miembros de la Liga les costó mucho elegir entre el gran muftí y Stalin, muchos de ellos se sumaron al Partido Comunista de Israel y apoyaron al Estado de Israel. Emile Habibi, que más tarde se convertiría en un miembro de la Knesset y en un famoso escritor laureado con el Premio Israel, se unió a Mikonis en su viaje a Praga. Él siempre afirmó que desconocía en ese momento los esfuerzos de Mikonis para impulsar la llegada de los suministros de armas al IDF, pero Maná tiene dificultades para creerlo.
Maná también cita folletos distribuidos por los activistas comunistas a los soldados egipcios, jordanos y árabes del Ejército de Salvación - quienes ataron a Israel a partir de mayo de 1948 - y en donde se les exhortaba a deponer las armas y volver a casa. Y hay más, tiene información acerca de los árabes que se ofrecieron como voluntarios para servir en el IDF y además afirma que una de las razones por las que el IDF no expulsó a los habitantes de Nazaret y de las aldeas de los alrededores fue la buena relación existente entre los comunistas y las autoridades estatales. Maná cita un documento de inteligencia que se encuentra en el Central Zionist Archives ( Archivo Sionista Central), el cual establece que la Palestinian National Liberation League no debería ser vista como una amenaza militar. "Nuestros enemigos son sus enemigos", dice entre otras cosas.
Naturalmente, los miembros del Partido Hadash están ahora escandalizados. Maná se ha convertido en el objeto de un creciente número de artículos llenos de odio, además de haber sido vilipendiado en la red. Afirma que le resulta más molesto por el hecho de que sus críticos - de los cuales el ex diputado Issam Makhoul es uno de los más duros - distorsionan sus palabras. Makhoul, un comunista orgulloso, afirma que Maná "sirve a los intereses del imperialismo, el sionismo y la reacción árabe" y se opone a una solución de dos Estados. Traducción: Maná sirve a los intereses del partido nacionalista árabe Balad. (Como asegura el propio Maná, él es favorable actualmente a una solución de dos Estados).
En concreto, Makhoul afirma que no hay motivos para acusar a los comunistas de traicionar a su nación (que, por cierto, no lo afirma Maná). Los habitantes de Nazaret y los pueblos vecinos permanecieron en sus casas porque los comunistas les dijeron que se mantuvieran en sus tierras y no huyeran. Makhoul está orgulloso de ello. (Maná no niega esto, pero asegura que la historia es más complicado que todo eso.)
Makhoul también tiene una explicación de por qué los comunistas trataron de impedir que los ejércitos árabes invadieran al joven Estado de Israel: los países árabes no venían a ayudar a los palestinos, sino al contrario. Ellos querían evitar que los palestinos fundaran su propio Estado. Además, Makhoul no está impresionado por las evaluaciones de inteligencia conservadas en el Centro de Archivos Sionista.
Todo este debate está dirigido por un poderoso impulso: para los árabes israelíes, también la historia es parte de la política contemporánea, por lo tanto resulta bastante difícil ser un "nuevo historiador" entre ellos.
Makhoul ahora dirige el Emil Touma Institute for Palestinian and Israeli Studies, llamado después Touma, quien era conocido por sus esfuerzos para promover la convivencia entre los judíos y árabes en Israel. De hecho, Touma fue uno de los dirigentes comunistas árabes que hicieron lo que predicaban: se casó con Chaya, una artista judía. Se conocieron en una clase de baile de la Communist Youth Alliance , y estuvieron juntos hasta que murió hace 25 años. Chaya Touma falleció esta semana. Fue enterrada con ritos funerarios laicos junto a la tumba de su esposo, en el cementerio cristiano ortodoxo de Haifa.
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