Thursday, July 23, 2009

La embarazosa oferta de Jabotinsky - Shlomo Avineri - Haaretz



La semana pasada el Haaretz informó de que Kiev planeaba dar el nombre de una calle a Symon Petliura, quien encabezó el efímero estado ucraniano fundado tras la Primera Guerra Mundial. Ante los ojos ucranianos, Petliura es uno de los fundadores del nacionalismo ucraniano, al igual que el líder de la rebelión de los cosacos del siglo XVII, Bohdan Khmelnytsky. Para la narrativa judía, a Petliura se le identifica con los pogromos donde decenas de miles de judíos fueron masacrados.

En 1926, Petliura fue asesinado en París por Sholom Schwartzbard, el cual estaba tratando de vengar el asesinato de su familia. Schwartzbard fue absuelto por el tribunal y, posteriormente, falleció en Sudáfrica. Durante años, constituyó un símbolo de orgullo para los judíos sionistas de extrema derecha, y en 1967 su cuerpo fue exhumado y transportado a Israel para su entierro en una ceremonia oficial de estado presidida por Menachem Begin.

Petliura es un nombre apenas conocido hoy en día en Israel, pero él representa previamente a los nazis el ascenso al poder de un antisemitismo asesino. Los pogromos de Ucrania fueron uno de los factores que impulsaron a los judíos a enrolarse en las filas del Ejército Rojo en la guerra contra el nacionalismo ucraniano. En cambio, para los nacionalistas ucranianos, el acto de Schwartzbard es contemplado como parte de una conspiración judeo-bolchevique.

Lo que es menos conocido es que después de la caída del régimen del Petliura, nada menos que Ze'ev Jabotinsky firmó un acuerdo con él en 1921. Se trata de un complicado y vergonzoso episodio que envía ondas de estupor al gran movimiento sionista, del que Jabotinsky era entonces un líder.

Después de que la Ucrania independiente fuera derrotada por el Ejército Rojo, Petliura encontró refugio en Polonia, la cual también había luchado contra la Rusia soviética. Petliura tenía previsto regresar a Ucrania a la cabeza de un ejército de exiliados expatriados. Jabotinsky sugirió a Petliura que tuviera en cuanta a unidades de soldados judíos. Es evidente que el rabioso anticomunismo de Jabotinsky fue una de las razones que estaban detrás de esa propuesta. Esta oferta se racionalizó públicamentese alegando que las divisiones judías del ejército de Petliura defenderían a la población judía de posibles pogromos. La oferta permitió que Petliura afirmara que no era un antisemita, y que los pogromos eran sencillamente "acontecimientos lamentables" producidos en el fragor de la batalla.

El acuerdo nunca se materializó, pero sí provocó serias controversias durante el XII Congreso Sionista celebrado en Carlsbad. Se creó un profundo cisma entre Jabotinsky y el liderazgo encabezado por el sionista Chaim Weizmann, y fue una de las razones para el establecimiento del movimiento revisionista, el cual se escindió de la Organización Sionista Mundial. No es de extrañar que los miembros del nuevo movimiento hicieran todo lo posible por barrer el asunto bajo la alfombra.

Esta historia nos enseña de las complejidades que surgen en cada movimiento nacionalista, ya sea judío o ucraniano. Por otro lado, no debería sorprender a nadie familiarizado con la filosofía adoptada por Jabotinsky, quién albergó a lo largo de toda su vida cierta afinidad con el nacionalismo ucraniano a pesar de las sombras del antisemitismo. En 1911, cuando Ucrania celebra las bodas de oro de la muerte del amado poeta e icono cultural, Taras Shevchenko (otro notorio antisemita), Jabotinsky publicó un ensayo en el que, si bien reconoce la actitud de Shevchenko contra los judíos, añadió que "más importante es el hecho de que él proporcionó a su pueblo, en el mundo entero, una prueba clara y sólida de que el alma de Ucrania fue bendecida con el talento de una creatividad cultural independiente que se elevaba a las más altas esferas".

La historia es compleja, y sería útil hacer frente a esta complejidad de una manera directa. Quizás podamos aprender algo acerca del futuro.

Labels: ,

0 Comments:

Post a Comment

<< Home