Le Monde, otro "periódico de referencia" de la izquierda europea, tras los pasos de Der Stürmer

Las bellas almas de la izquierda celebran el Premio Nobel de Ohbama, y que mejor que dejando ver sus evidentes querencias.

Obama, el Premio Nobel de la Paz, Le Monde y Der Stürmer - Jean-Pierre Bensimon - Objectif-info

¿Sabían ustedes que existe un Premio IG Nobel, una parodia del Nobel, que premia de manera irreverente aquellas investigaciones que "hubiera sido mejor no haber emprendido". Han sido otorgados para el 2009, por verdaderos laureaos del Nobel, durante una ceremonia celebrada en locales de la Universidad de Harvard. Este año, por ejemplo, el Premio IG Nobel de investigación veterinaria ha sido concedido a los investigadores británicos Peter Douglas y Catherine Rowlinson, de la Universidad de Agronomía de Newcastle (Reino Unido), por demostrar de manera muy rigurosa que las vacas a quienes se les ha otorgado un nombre producen más leche que las otras. El Premio IG Nobel de la Paz recayó en Stephan Bolliger, Steffen Ross, Lars Oesterhelweg, Michael Thali y Beat Kneubuehl, de la Universidad de Berna (Suiza), que demostraron que una botella de cerveza vacía era más peligrosa que una llena en el caso de una pelea en un café.

El Premio Nobel otorgado a Barack Obama no es tan ridículo, pero se aproxima bastante. El nuevo presidente del Comité Noruego, Thorbjoern Jagland, habría hecho valor todo su peso en la balanza para esta atribución, hasta el punto que Siv Jensen, líder del partido de la oposición, ha solicitado su dimisión. El segundo partido conservador ha elevado la puja. En Suecia, país natal del Nobel, la prensa ha expresado su disgusto: el "diario de referencia", el Dagens Nyheter, ha hablado de "flaco favor a Obama", mientras que el Aftonbladet habla en voz en grito de vergüenza y el ridículo. El Premio Nobel de la Paz, ya bastante desprestigiado por contar entre sus laureados a Yasser Arafat, el más astuto de los terroristas modernos, ha vuelto a perder una credibilidad inevitablemente comprometida desde al menos una generación, según el Wall Street Journal.

Vayamos al grano. ¿Qué buscaba el Comité Noruego con esta nominación? En primer lugar, confirmar una vez más su rechazo de George W. Bush y todo lo que representa. Desde esta perspectiva, no hay una falta de coherencia, después de haber galardonado con este mismo premio al Anti-Bush (padre) Jimmy Carter, en el 2002, y Al Gore en el 2007.

Algunos creen que el Comité también quiso echar una mano a Obama, sobre todo cuando éste se encuentra con grandes dificultades para hacer aprobar por el Congreso la reforma del sistema de salud. Si es así, debemos pensar que el Comité del Nobel conoce bastante mal esa cuestión, ya que el Congreso funda su negativa en un amplio consenso del pueblo estadounidense, en líneas generales satisfecho con su sistema actual y ferozmente determinado a defenderlo, ya que experimenta una verdadera repulsión a la idea de confiar la salud nacional a una burocracia a la "francesa".

Otra motivación, más seria, la voluntad de obligar al presidente americano a renunciar a toda opción militar ante Irán. ¿Cómo imaginar a ese mismo presidente anunciando durante la ceremonia de entrega del premio en diciembre el lanzamiento de una operación aeronaval contra los muláhs?

Este premio va a colocar a Obama ante un dilema sobre toda decisión política que conlleve algún aspecto militar: ¿acaso la opinión pública no acusaría al laureado, convertido en una especie de portaestandarte del pacifismo internacional, de traicionar sus convicciones y la confianza de quienes le han aupado hasta ese premio? El premio condiciona evidentemente las manos del Presidente Obama y permitirá a los estados mayores "filantrópicos" de Corea del Norte, Irán, Sudán, Siria, Rusia, etc... ganar otro tanto más de libertad a la hora de realizar sus operaciones de desestabilización ante un presidente americano que no podría hacerles frente, al convertirse en rey y rehén de ese "poder blando o apaciguador"...

Obama tenía una manera de escapar a esa trampa y de recuperar su libertad de acción y su poder de disuasión ante los regímenes belicistas del mundo: simplemente podía haber rechazado el premio con el pretexto de que es prematuro, que los resultados de su alabada política no son aún realidad, que su justa recompensa podría ser entregada más adelante a la luz de los logros supuestamente indiscutibles de su política de diálogo político con todos. Bastante inexplicablemente, y demostrando una vez más que no tiene estatura de estadista, ha aceptado el premio y esbozado un agradecimiento avergonzado y alambicado. Y la nave va...

Pero una de las enseñanzas más importantes de este episodio viene de Francia, especialmente del diario Le Monde. Sus comentarios sobre el premio han sido banales y previsibles, sin ningún interés. Pero el diario parisino ha expresado su auténtica opinión con una viñeta de su principal caricaturista y en primera pagina.

La estrella de David (en el tanque conducido por Netanyahu), el símbolo inmemorial del judaísmo, y la acusación no menos inmemorial del asesinato de niños (el pequeño palestino debajo del tanque y agitando la bandera de Palestina), sacadas a colación de este affaire del Premio Nobel de la Paz en el que Israel, patria inmemorial de los judíos, no tiene nada que ver, es un modelo, un ejemplo-tipo de la incitación al odio antisemita. Este 11 de Octubre de 2009, Le Monde devino Der Stürmer