Saturday, October 17, 2009

¿Quién perdió Turquía? - Ed. JPost

¿Israel podría haber hecho algo más para evitar la aparente ruptura de sus relaciones con Turquía? ¿Podríamos haber hecho algo que hiciera inconcebible para los turcos que en su televisión estatal una serie retratara el conflicto palestino-israelí como una lucha entre los sociópatas sionistas y los sanos palestinos?

Sin duda, si Israel hubiera reaccionado a la violenta "resistencia" palestina no con la Operación Plomo Fundido, sino con una pasividad al estilo Gandhi, con una declaración de que mientras haya mujeres y niños en Gaza nuestro ejército no dispararía de nuevo y en lugar de imponer un "asedio" - respondiendo a la toma del poder de Gaza por Hamas -, hubiera proporcionado una pista de aterrizaje donde pudieran descargar los aviones de carga iraníes, sin lugar a dudas los aviones israelíes y turcos podrían ahora, suponemos, llevar a cabo maniobras conjuntas.

Pero vayamos más allá.

Si mañana Israel se retirara a las Líneas de Armisticio de 1949, dividiera Jerusalém, abandonara Judea y Samaria, los bloques de asentamientos estratégicos, el valle del Jordán, en una palabra todo, en nombre del "fin de la ocupación"; si además Israel entregara los Altos del Golán y aceptara el ingreso de millones de palestinos que "retornarían" a nuestro nuevamente truncado estado de 15 Km de ancho; si inclusive Israel se comprometiera a no impugnar la extradición del Estado Mayor del IDF a La Haya para hacer frente a las falsas acusaciones de crímenes de guerra y los judíos permanecían mudos mientras su estado era desmantelado y las facciones palestinas luchaban entre ellas por el poder, sin lugar a dudas la cortesía reinaría probablemente en las relaciones entre Turquía-Israel. Podemos incluso imaginar a la Asamblea General de la ONU aplazando el debate sobre la "la cuestión de Palestina".

Evidentemente, lo que inhibe todo esta especie de nirvana es la terca insistencia de Israel en utilizar el mismo derecho a la autodefensa del que gozan otros Estados soberanos.

La verdad: el giro de Turquía en contra de Israel se entiende mejor en el contexto de su transformación y evolución desde el ethos secular, nacionalista y occidental de Mustafa Kemal Ataturk a las actitudes dogmáticas, radicales, pan-islámicas y pro Oriente Medio de sus gobernantes actuales. Esto se refleja más claramente en la aparente decisión de Turquía de no proseguir activamente con la adhesión en la Unión Europea (UE) ya que parece haber renunciado a tratar de conciliar lo que quiere para ella misma con lo que Occidente requiere.

El miércoles pasado, Olli Rehn, responsable de la UE a cargo de la ampliación de la comunidad, criticó duramente al gobierno islamista de Ankara por la imposición de sanciones a los medios de comunicación críticos con el régimen. Pero a día de hoy parece que la EU necesita más a Turquía que a la inversa.

En cuanto a los militares, los cuales históricamente han cumplido una función homeostática cada vez que los gobiernos turcos se han desviado del camino de Ataturk, han sido políticamente neutralizados y subordinados al régimen.

No tiene sentido pues que los israelíes nos preguntemos qué hemos hecho para que ahora los gobernantes árabes, persas y turcos nos atribuyan las más viles de las intenciones - por ejemplo, conspirar para destruir los santuarios musulmanes en el Monte del Templo, o saborear el asesinato sistemático de niños árabes -. En resumen, sin desear hacer caso omiso de los posibles daños causados por tal o cual política israelí por comisión u omisión, en el análisis final Israel no pierde Turquía más de lo que perdió Irán o ha perdido a los palestinos "moderados".

El movimiento nacional palestino, con toda su obstinación autodestructiva, pareció que con Mahmoud Abbas y Salam Fayad avanza lentamente hacia la aceptación a regañadientes de una solución de dos estados. Pero han sido desbordados por Hamas. Cualquier iniciativa que ahora emprenda Abbas en dirección a la moderación - acordar temporalmente dejar de lado el repudiable informe Goldstone, por ejemplo - es denigrado como perfidia. Este entorno ha llevado incluso a un hombre sensato como Fayad a que su gabinete realizara deliberaciones sobre si los soldados israelíes están robando los órganos a los jóvenes palestinos. Esta semana, se refirió a una Palestina fruto de un compromiso territorial como un potencial estado de "Mickey Mouse".

La explicación fundamental de lo que está sucediendo en Turquía y entre los palestinos (y hace décadas que pasó en Irán) es que estas organizaciones políticas no pueden hacer la paz con la modernidad. En cambio, en diversos grados, están girando hacia el Islam radical, el cual ha prometido poner fin a las rivalidades étnicas y nacionales y promocionar una igualdad socioeconómica.

Estas sociedades fragmentadas han sucumbido a los opiáceos del Islam radical, ya que proporciona respuestas absolutas acerca de lo correcto y lo incorrecto, e instaura distinciones entre creyentes e infieles. Pero a la vez asegura que nunca terminará el distanciamiento con aquellos que han elegido otro camino.

Dado que esta situación proviene del seno de la civilización musulmana, de ella también debe proceder la solución.

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1 Comments:

Blogger Unknown said...

http://oneworldcorrespondence.blogspot.com/2009/10/turquia-esto-de-islamista-moderado.html

12:46 AM  

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