El calentamiento que nos deja helados - Pascal Bruckner - Liberation

©Pascal Rossignol/Reuters
La naturaleza a veces juega extrañas pasadas a sus defensores. En las últimas semanas, Europa, América del Norte y China sufrieron los embates de un invierno glacial. El termómetro cayó a - 20° cerca de París, a - 41° en Noruega, a - 21° en Escocia, a - 45° en los Estados Unidos, Florida se estremece de frío, el Reino Unido está paralizado por nevadas que no se han visto desde hace treinta años, por todos los lados el transporte está paralizado y/o funciona con retraso, muchas personas mueren, y las redes de electricidad luchan para proporcionar energía. En resumen, nunca hemos tenido tan frío desde que nos han alertado sobre los efectos dramáticos del calentamiento global.
En esta situación tiene una explicación según los expertos: a causa de que el globo se está calentando ustedes están helados. El Niño, elevando la temperatura de las aguas del Pacífico, altera la circulación atmosférica sobre el Atlántico y el Pacífico Norte y crea unos vientos oceánicos débiles que dejan pasar el aire polar. Al Gore había dicho en su película "Una verdad incómoda": el deshielo de los glaciares, precipitando enormes bloques de hielo en los mares, aniquilaría los efectos moderadores de la Corriente del Golfo y provocaría inviernos más severos. Así pues, tenemos un clima glacial porque el clima se recalienta: lógica impagable. Los científicos serían más creíble si reconocieran la fragilidad de sus estimaciones y que su conocimiento revela, en gran parte, especulación.
Más generalmente, un nuevo oscurantismo se propaga y avanza bajo la máscara de la ciencia: un sitio consagrado a denunciar los males de comer carne nos explicaba que "producir un kilo de carne de ternera emite tantos gases de efecto invernadero como las emisiones de un viaje en coche de 220 km". Nos gustaría conocer el proceso matemático que ha conducido a un resultado de una precisión tan formidable.
Más aún, una cierta ecología combate la civilización tecnológica a través de la ideología de la técnica: la doble creencia en la virtud del cálculo, genera estadísticas fantásticas y la omnipotencia de la humanidad. Atribuyendo exclusivamente los males de la tierra a la única especie humana, nos muestra el rostro de un antropocentrismo desorbitado, confirmando nuestra estatuto de "amo y destructor de la naturaleza". Creer que mañana, por medio de una nueva frugalidad, de un cambio de civilización, lograremos cambiar el tiempo y salvar así al planeta, es caer en la misma fantasía prometeica de los adeptos más fanáticos del progreso. Una cosa es exagerar la amenaza de la catástrofe para así evitarla, y otra caer en un nuevo milenarismo jugando inútilmente con el miedo. Utilizando el útil de terror, una tribu de pitias, magos y utopistas vaticina y amenaza. Es necesario que esos profetas se sometan al beneficio de la duda y que incluyan en sus predicciones el principio de incertidumbre. Mientras tanto, hermanos míos, prepárense para estremecerse: el calentamiento está en marcha, el termómetro está todavía bajo cero.
Fuente: Liberation
Labels: Cambio climático, PBruckner
2 Comments:
http://littlegreenfootballs.com/article/35605_Video-_How_Can_There_Be_Global_Warming_When_Its_Snowing_Outside#rss
Mirá este video, José.
Aca
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