Thursday, February 25, 2010

Los disturbios anti-judíos en Oslo - ZWord



Se trata de un post de Christian Tau de NIJ.

La mayoría de los libros en Noruega son muy caros y no contribuyen demasiado, salvo al prestigio de sus autores, pero aún así logran captar la atención del público. Mientras tanto, Erik Eiglad, quien ha publicado recientemente un libro titulado "Los disturbios anti-judíos en Oslo" no ha conseguido ningún tipo de publicidad del suyo. Quizás por el pecado de contrastar muy descaradamente con "Goody, la noruega de los dos zapatos"(imagino que será un best-seller autolaudatorio), una especie de reivindicación de Noruega como superpotencia humanitaria, el libro de Eiglad está siendo silenciado a muerte.

En marzo de 2009, el JPost publicó un artículo sobre el antisemitismo en Noruega que contenía varias hechos con información errónea (y que fue retirada inmediatamente). En esa época, la experta noruega sobre el Oriente Medio, Hilde Henriksen Waage, afirmó que algo "parecido a una campaña de desprestigio" se está llevando cabo contra Noruega por parte de la "extrema derecha de Israel". A pesar de que Ms.Waage no podía aportar ninguna prueba de ningún tipo de sus sospechas, su afirmación logró encontrar un suelo fértil. Sólo diez meses más tarde, el alegato de una "conspiración israelí" había crecido hasta el punto de que podría recogido nada menos que por el ministro de Asuntos Exteriores de Noruega, Jonas Gahr Støre, quien en enero dijo al Haaretz: "Hay referencias a sentimientos (en Noruega) anti-Israel en la prensa israelí, y lo veo como parte de una campaña que está siendo organizada y orquestada por círculos que apuntan a los enemigos de Israel [en este caso, Noruega]".

Noruega, al parecer, no tiene por su parte ningún tipo de problemas. Jonas Gahr Støre fue a Israel a criticar al propio Israel, pero él (o sea, Noruega) no podía ser criticado a su vez. Y así, las voces críticas en el Haaretz y el Jerusalem Post se encogieron de hombros como si todo se tratara de otro affaire provocado por los extremistas israelíes en un episodio esta vez de difamación anti-noruego. Ahora bien, en el futuro, a Jonas Gahr Støre le resultará más complicado hacer caso omiso de las cuestiones que relata el libro de Erik Eiglad "Los disturbios anti-judíos en Oslo".

Eirik Eiglad no es ni israelí ni de derechas, sino una izquierdista noruego. Su libro, "Los disturbios anti-judíos en Oslo", provoca enormes agujeros, no sólo en la historia de una campaña de desprestigio anti-Noruega por parte de la extrema derecha israelí, tan ansiosamente vendida y propagada desde en enero por Ms.Waage, simplemente porque tal complot no lo podría "orquestar" un activista noruego de extrema izquierda, tal como Eirik Eiglad, que se niega incluso a ser manipulado por el movimiento al que pertenece, la izquierda noruega. Sin embargo, el valor del breve tratado de Eiglad va más allá del desmantelamiento de una teoría de la conspiración. Atraviesa el núcleo mismo de la autopercepción que impera en Noruega de sí misma como una nación justa, cuya crítica de Israel está total y exclusivamente motivada por meras preocupaciones humanitarias.

Las 103 páginas largamente espaciadas de "Los disturbios anti-judíos en Oslo" conforman una narración de los disturbios de enero del 2009, cuando los manifestantes, bajo el pretexto de manifestarse contra la guerra de Israel contra Hamas, convirtieron el centro de Oslo en una zona de guerra durante cuatro días. Eiglad relata mensajes y apelaciones a "matar a los judios", carteles conmemorando Khaybar (la conquista de Mahoma y su gente de Khaybar en el año 628, residencia de un clan judío), ataques a instituciones que los antisemitas perciben como representaciones del poder judío (Logia de los Francmasones, McDonald's, etc), violencia física, y durante todo ese tiempo la falta de capacidad de la izquierda de Noruega para discriminar entre la crítica legítima de Israel de la desproporcionada, por no hablar de la conjunción entre antisionismo y antisemitismo.

Como el autor estuvo presente durante los acontecimientos más importantes de los disturbios, puede recurrir a una gran cantidad de experiencias de primera mano, y lo hace con un nivel altamente satisfactorio literariamente. La masa de detalles que ofrece va más allá de la narración, al igual que el nivel de análisis y reflexión. Con respecto a la cadena de acontecimientos y su desarrolló durante esos cuatro días, será difícil para cualquiera demostrar que el autor se equivoca.

Erik Eiglad es el editor de Communalism, una revista que informa de su propósito de "proporcionar un foro para la exposición del comunalismo como una alternativa política viable", y sus perspectivas políticas sobre la vida saltan a la vista en casi cada página de "Los disturbios anti-judíos en Oslo".

Mientras contempla las agresiones de los pro-palestinos contra los pacíficos participantes de una marcha pro-Israel por la paz, Eiglad se encuentra atrapado entre "el infierno y un lugar muy cálido, entre los partidarios de Hamas y los de la derecha cristiana". Al final del libro, Eiglad y un amigo recuerdan los buenos viejos tiempos de la Intifada pre-Hamas, cuando la lucha de los palestinos podría ser percibida como una causa noble. Sin embargo, la derecha política (israelí) es sistemáticamente presentada como conformada por agitadores xenófobos, y cuando se encuentran detrás de una "máscara humanitaria" (Ed: Manfred Gerstenfeld, JCPA, y la ONG Monitor), aunque recomienda su lectura, avisa del "enfoque conservador de muchos de sus colaboradores". En un apéndice, este tipo de advertencia es rara.

Para el autor no deja de mostrar y exponer sus colores (creencias), al punto incluso de admitir haber participado en "movilizaciones de Blitz y AFA contra los neo-nazis". Pero esto es lo menos sabroso. Primeramente, Blitz y AFA aplicaron indiscriminadamente la tarjeta de identificación de neo-nazis a cualquiera al que tomaran aversión. Para, posteriormente, durante los disturbios en Malmö en el 2009, luchar la propia AFA hombro con hombro con similares neo-nazis que proclamaban luchar en contra de cualquier ciudadano israelí que pretendiera jugar al tenis (Malmö fue designada sede del match de la Copa Davis entre Suecia e Israel). En lugar de ser anti-fascistas, la AFA se convirtió básicamente en un grupo rival, sin más. Para Eiglad, que lo admite sin asomo de vergüenza, tal tipo de contactos con esos grupos son muy preocupante y reveladores de la situación moral desesperada en que se encuentra la izquierda noruega.

"Los disturbios anti-judíos en Oslo" es un libro importante por varias razones diferentes. En primer lugar, es el testimonio de un testigo convincente de los peores disturbios que Oslo ha sufrido durante décadas, si los hubo peores alguna vez. En segundo lugar, proporciona detalles precisos y fiables sobre la manera flagrante en que se produjeron los incidentes antisemitas durante dichos disturbios. En tercer lugar, el libro examina la relación entre el antisionismo y el antisemitismo, un gran tabú en la Noruega contemporánea. Además, "Los disturbios anti-judíos en Oslo" atribuyen la responsabilidad de los disturbios a la izquierda noruega - a la cual pertenece -, y alienta al movimiento a movilizarse contra el antisemitismo y el islamismo de la misma manera que se moviliza en contra de los restantes tipos de fascismo. Con todo ello, esto debería convertirlo en el tipo de libro indicado para una superpotencia humanitaria, esa que Noruega debe aparentar. Algo que no está sucediendo.

Y es que en lugar de apoyar al libro, la izquierda de Noruega (que abarca la parte mayoritaria de los medios de comunicación) ha recibido al libro de Eiglad con un silencio glacial. Y esta reacción (esta falta de reacción), nos está diciendo que el libro plantea una serie de graves preguntas para las que la izquierda de Noruega no tiene respuestas preparadas, y ello tiene que resultar extremadamente preocupante. Y esta vez, la opción de encogerse simplemente de hombros y descalificarlo como otra maquinación de la extrema derecha israelí, simplemente ya no funcionará, así que la única opción que queda en la caja de herramientas es pretender que el libro no existe.

Labels: , , ,

0 Comments:

Post a Comment

<< Home