Friday, October 29, 2010

Un mar haredí de mediocridad - Aviad Kleinberg – Ynet



La insensatez de la idea de una ley que permitiría a una parte creciente de la población de Israel eludir trabajar es más que manifiesta. La estúpida ley de subsidios para los estudiantes de yeshiva (Ley de complemento de los ingresos) es mala tanto para los laicos (porque es discriminatoria con ellos, y porque aumenta su carga, ya de por si grande) como para los haredim, ya fomenta al mismo tiempo en su seno la pereza y la mediocridad.

La comunidad académica haredí es una sociedad en la que quienes quieren ganarse la vida trabajando son condenados a no formar parte del proyecto colectivo, es decir, el estudio sin fin de la Torá (y de hecho, de todo el Talmud). Sin embargo, el estudio intensivo de la Torá y el Talmud sólo resulta adecuado para unos pocos.

Piensen por un momento sobre lo que les sucedería a todos los ciudadanos israelíes si fueran obligados a estudiar día y noche las teorías de los grandes filósofos franceses. Podemos suponer que un pequeño grupo de estudiosos serían muy capaces de extraer beneficios de estos estudios: nuevas y más complejas interpretaciones, nuevas sensibilidades y nuevos y originales puntos de vista. Sin embargo, la mayoría de las personas perderían su tiempo y su energía para nada. Ellos no se beneficiarían demasiado de sus estudios ni producirían algo de valor. En suma, se aburrirían.

El estudio de textos complejos, tales como el Talmud, no es para todos. No es de extrañar pues que la comunidad académica haredí haya producido muy pocos textos valiosos a pesar de su inversión masiva en el estudio. En lugar de escuelas o centros de admisión de difícil acceso debido a unas estrictas exigencias, estas instituciones educativas haredís se han convertido en unos centros sin ningún tipo de criterios de admisión, aptas tanto para las personas con talento como para aquellas que carecen de él, accesibles tanto para los interesados en los estudios como para los desinteresados.

Por lo tanto, incluso los estudiantes con talento se encuentran sumidos en un mar de mediocridad, donde la motivación es más importante que el resultado.

Sin embargo, si estas yeshivas no generan importantes conocimientos espirituales, ¿por qué mantener esos enormes centros de producción de títulos cuyo número aumenta según disminuye su valor intelectual? Pues porque producen complacencia y asentimiento y refuerzan a las jerarquías. Fortalece el poder de una comunidad – una peligrosa alianza de rabinos y funcionarios – que refuerza su voluntad de cara a los demás.

En la comunidad ultraortodoxa, donde sus miembros tienen estrictamente prohibido adquirir las herramientas que les permitirían estar libres del abrazo del oso de sus jerarcas y maestros, la gran mayoría ve deteriorada su situación al verse forzada desde la infancia a una situación de dependencia económica, social y espiritual con sus líderes espirituales.

El resultado de este tipo de dependencia nunca podrá ser la creatividad y la vitalidad. En su lugar, emite un olor a miedo y mediocridad. Y si ustedes me lo preguntan, considero que esta comunidad académica constituye un peligro real para el desarrollo espiritual del judaísmo más allá del peligro que representa para el bienestar del Estado de Israel.

Por supuesto, nadie en el sector haredí se preocupa por mis puntos de vista. Ese paciente no está interesado en su cura. Lo que sí resulta indignante es que el primer ministro Benjamin Netanyahu sea tan consciente como yo de los graves daños que esta ley va a causar. Y es que un aumento inmenso de la ociosidad pública es una amenaza económica. La creación de un inmenso sector donde domine la frustración y donde la desesperación sea la norma es una amenaza social.

Netanyahu demostró que era consciente de todo esto cuando cortó los subsidios del gobierno durante su mandato como ministro de Finanzas en el gobierno de Sharon. Es poco probable que haya cambiado sus puntos de vista desde entonces. De hecho, las personas de 61 años de edad no suelen cambiar fácilmente de opinión. Sin embargo, Netanyahu teme por su puesto, y por ello está dispuesto a actuar de una manera que pone en peligro la seguridad de Israel.

Labels: ,

0 Comments:

Post a Comment

<< Home