Sunday, May 29, 2011

(La opinión del sector duro) Incluso la ineptitud de Obama no puede ocultar su profunda hostilidad - Melanie Phillips



En un análisis particularmente autorizado, Charles Krauthammer identifica la magnitud de la amenaza planteada por Obama a los intereses de Israel con su discurso sobre "las líneas de 1967" y los comentarios posteriores:
Tengan en cuenta que Obama ha socavado la posición negociadora de Israel. Se está exigiendo que Israel entre en las conversaciones de paz perdiendo sus demandas sobre el territorio ganado en la guerra del 67, su única moneda de cambio. Recuerden: las "líneas de 67" pasan justo por Jerusalén. Así, el punto de partida de las negociaciones sería que el Muro Occidental e inclusive el barrio judío de Jerusalén son palestinos, es decir, territorio ajeno por el que Israel ahora debería negociar.

La idea de que el santuario más sagrado del judaísmo le es ajeno a Israel, o que el barrio judío de Jerusalén es legítima, histórica y demográficamente árabe, son un absurdo. Y la idea de que, con el fin de retenerlos, Israel tiene que renunciar a partes de su territorio es una farsa.
Mientras tanto, el igualmente muy autorizado Khaled Abu Toameh nos informa:
Los palestinos están furiosos con el presidente Barack Obama. Abbas, por su parte, ha rechazado la oposición de Obama a su plan de pedir a las Naciones Unidas que reconozcan un Estado palestino en septiembre, y dice que seguirá adelante con sus esfuerzos (...)

Tanto Fatah como Hamás han condenado a Obama por "sucumbir a la presión del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y a la del 'lobby judío' pro-Israel en los EEUU". Obama, que hasta hace poco era visto como un "amigo" de los palestinos, está siendo catalogado, en privado, por los representantes de Al Fatah como un "agente sionista" y un "peón" en manos de Israel y del "lobby judío".
Sin duda, hay que tener un tipo particular de genio político para alterar a ambos lados en una intervención totalmente innecesaria en su disputa.

Abbas y los suyos están molestos porque Obama no jugará al lado de ellos en su táctica de un reconocimiento de la ONU. He leído dos explicaciones contradictorias sobre ello: (a) Obama puede ver esa táctica unilateral como un peligroso callejón sin salida para los palestinos, y él quiere advertirles de que por ese camino no deben ir porque él está de su lado, y (b) Obama está horrorizado por la táctica de utilizar las Naciones Unidas porque piensa que será peligroso para Israel, y él está de su lado.

Esta segunda explicación se ha atribuido a un Tony Blair. Incluso dada la inclinación de Blair por el autoengaño, es difícil para cualquiera darle crédito. Para empezar, si Obama coloca los pulgares hacia abajo en la ONU será el final de la declaración unilateral. Más significativamente, la idea de que Obama esté dispuesto de una manera benigna hacia Israel es totalmente absurda. Incluso Krauthammer lo menciona:
"si esta política perversa, y en última instancia autodestructiva, nace de una verdadera antipatía hacia Israel o de la arrogancia de un torpe aficionado..."
Pero como he escrito una y otra vez desde que surgió en el escenario político, la evidencia del pasado de Obama, de sus amigos y de sus mentores, muestran que compartía la antipatía profunda y el prejuicio constante contra Israel de la izquierda radical americana. Desde que asumió el cargo, ha reducido esta hostilidad únicamente por necesidades políticas. Como Stanley Kurtz lo mencionaba esta semana, volviendo a rescatar esas pruebas para aquellos que lo hayan olvidado o nunca fueron conscientes de ello:
Tomado en su contexto, y siguiéndolo a través de los años, las evidencias sugieren poderosamente que los sentimientos pro-palestinos mostrados por Obama desde hace mucho tiempo son sinceros, mientras que su postura después de 2004 a favor de Israel ha sido dictada por la necesidad política.
El hecho es que la negativa de Obama a colaborar con el ordago palestino en la ONU no es más que - y por la razón que sea - una decisión táctica. Lo importante es que en sus últimos discursos, Obama ha demostrado que no sólo sigue negándose a criticar a Abbas y a darse cuenta de su hostilidad sin vacilaciones a la existencia de Israel - y los actos de incitación que favorece contra él -, sino que sigue siendo su intención recompensarlos, al tiempo que propone poner de rodillas a su víctima potencial, Israel.

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1 Comments:

Blogger Hasbarats said...

Me pregunto cómo es posible que ningún estado democrático, empezando por EEUU, caiga en la cuenta del "pequeño detalle" que supone que el Presidente de la Autoridad Palestina se mantenga en su cargo fuera de plazo. ¿Acaso es imaginable que un presidente estadounidense o europeo prorrogue su mandato uno o dos años sin convocar la elección preceptiva?

¿Qué legitimidad se desprendería de una negociación con una contraparte representada por un Presidente desautorizado y por un grupo terrorista que niega el derecho a existir a Israel?

2:44 AM  

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