Saturday, June 25, 2011

Thomas Friedman, uno de los periodistas de cámara de Obama, cosechando amistades

4
Obama y su publicista de cámara

¿Qué hacemos con Thomas Friedman? - Emmanuel Navon

Thomas Friedman tiene una peculiar manera de llamar la atención con declaraciones provocadoras y hechos inexactos. Su nueva receta para la solución del conflicto árabe-israelí ("¿Qué hacer con los limones?", en el The New York Times del 18 de junio de 2011) es un ejemplo de ello.

Cuando Friedman hablaba de que "El mundo es plano" en su libro del 2005 sobre la globalización, todo lo que buscaba, obviamente, era conseguir un título atractivo. El libro comenzaba con la historia de Cristóbal Colón, quien se puso a buscar la India (a través de una nueva ruta) sólo para acabar llegando a las Américas. Friedman sostiene que esa tesis (errónea) de Colón acabó demostrando que el mundo era redondo. En realidad, la prueba de que el mundo es redondo llegó más tarde, en 1522, cuando la única nave sobreviviente de la flota de Hernando de Magallanes volvió a España.

Sin embargo, cuando se trata del Oriente Medio la afirmación de Friedman de que el mundo es plano parece sincera. Ninguna cantidad de pruebas le hacen moverse del dogma de que el establecimiento de un Estado palestino a lo largo de la línea de armisticio de 1949 pondrá fin al conflicto con Israel. Razón por la cual retuerce los hechos a fin de que su teoría parezca correcta.

Para empezar, la Resolución 181 de la Asamblea General de la ONU (del 29 de noviembre de 1947) no ratificó la partición del Mandato Británico entre un Estado judío y un Estado árabe. Sólo hizo suya la recomendación del Comité Especial sobre Palestina de las Naciones Unidas (UNSCOP). Las resoluciones de la Asamblea General no son vinculantes para los miembros de la ONU. De todos modos, el carácter de la resolución 181 resulta discutible después de que los estados árabes la rechazaran y atacaran posteriormente a Israel.

En cuanto a volver a repescar la Resolución 181 en una nueva resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, tal como Friedman sugiere, no conseguirá nada. Tal resolución no se puede adoptar en virtud del Capítulo 7 de la convención internacional acerca de los actos de agresión. Pudiera ser adoptada en virtud del Capítulo 6, el cual trata de encontrar una solución pacífica a las disputas internacionales a través de negociaciones. Por lo que finalmente el Consejo de Seguridad volvería a pedir oficialmente a Israel y a los palestinos que negocien. ¡Qué gran logro!, lo que han estado haciendo precisamente, aunque en vano, durante las últimas dos décadas.

Además, ya hay una resolución del Consejo de Seguridad sobre el conflicto árabe-israelí: se trata de la resolución 242. Dicha resolución no exige a Israel la retirada a la línea de armisticio temporal de 1949. La futura frontera entre Israel y sus vecinos del Este ha de ser negociada. Cuando Friedman afirma que "la línea divisoria debe basarse en las fronteras de 1967", no sólo se inventa una frontera que nunca existió, también da la vuelta a la Resolución 242.

Consciente del hecho de que un regreso a la línea de armisticio de 1949 es técnicamente imposible, Friedman llama a un "intercambios de territorios" que permita que "un 5% de Cisjordania, donde viven el 80% de los colonos, sea intercambiado por partes del Israel anterior a 1967".

¿Por qué debería existir un "intercambio de territorios" a los que Israel tiene derecho, de acuerdo con la Resolución 242, para retener una pequeña parte de Cisjordania en el marco de un acuerdo de paz? En su reciente discurso ante la AIPAC del 22 de mayo, el presidente Obama afirmó que las líneas de 1967 con un intercambio de territorios "siempre han sido la base para las discusiones entre las partes, incluidas los anteriores administraciones de EEUU". Esto no es cierto. El único Gobierno de los EEUU que mencionó el intercambios de territorios fue el gobierno de Clinton durante las negociaciones de Camp David en julio de 2000.

Friedman concluye su artículo citando la sombría predicción de Gidi Grinstein de que "septiembre puede ser una confrontación de suma cero con consecuencias potencialmente desastrosas". En realidad, Abbas está lanzando un farol. "Palestina" ya había sido reconocida por la ONU como un estado en el 1988. Además, una de las condiciones para el reconocimiento de un Estado dentro del derecho internacional es tener un gobierno. Esa es la razón por la que Abbas trató de llegar a un acuerdo con Hamas para poner fin a la dicotomía Franja de Gaza/Cisjordania. Con este acuerdo cayéndose a pedazos, todavía hay dos gobiernos, no uno, palestinos.

El mundo no es plano, pero Thomas Friedman funciona de una manera equivocadamente plana con respecto al Oriente Medio. "¿Saben lo que se dice que se debe hacer con unos limones?", y él mismo nos responde: "Hacer limonada". Bien, les formuló ahora otra pregunta: "¿Saben lo que se debe hacer con una prima donna cuyo juicio está empañado por un ego descomunal? No hacerle ningún caso".


El Plan de Partición de Thomas Friedman - Eli. E. Hertz - Myths and Facts

El 18 de junio de 2011, el New York Times publicó un artículo de opinión de su columnista Thomas Friedman titulado "Qué hacer con los limones", sugiriendo que se actualizara la Resolución 181 "y se volviera a llevar" al prestigioso Consejo de Seguridad. La idea de Friedman es sumamente sesgada al prescindir e ignorar la agresión y el terrorismo árabe como si fueran "irrelevantes para la búsqueda de la paz". Al retorcer de esta manera la historia, las "soluciones de Friedman" sólo pueden producir más incitación, más agresión y más hostilidad.

Hechos Históricos: En 1947, los británicos ponen el futuro de Palestina occidental (dejando en paz a la Transjordania) en manos de las Naciones Unidas, la organización sucesora de la Sociedad de Naciones, la cual había establecido el mandato "para Palestina". Una Comisión de las Naciones Unidas recomendó la partición de lo que quedaba del mandato original - la Palestina occidental - en dos nuevos estados, uno judío y otro árabe. El resultado fue la Resolución 181 [conocida como el Plan de Partición de 1947], una recomendación no vinculante de una partición de Palestina y cuya aplicación dependía de su aceptación por ambas partes, árabes y judíos.

La resolución reconocía la necesidad de la creación inmediata de un Estado judío (y de un Estado árabe en paralelo), pero este "modelo" para la paz se convirtió en un tema discutido cuando los árabes se negaron a aceptarlo. Posteriormente, de facto sobre el terreno, a raíz de la agresión árabe (y de la supervivencia de Israel), se convirtió en la base para los esfuerzos de la ONU para lograr la paz. La Resolución 181 posteriormente perdió su validez y relevancia.

Consciente de las pasadas agresiones árabes, la Resolución 181, en el párrafo C, pide al Consejo de Seguridad "determinar como una amenaza a la paz, como su quebrantamiento o como un acto de agresión de acuerdo con el artículo 39 de la Carta, cualquier intento de alterar por la fuerza el arreglo previsto por la presente resolución".

Los que trataron de alterar por la fuerza el arreglo previsto en la Resolución 181 fueron los árabes, quienes amenazaron con el derramamiento de sangre si las Naciones Unidas adoptaban la resolución:
"El Gobierno [británico] de Palestina teme que los conflictos en Palestina se intensifiquen enormemente cuando el mandato se termine, y que el estatuto internacional de la Comisión de las Naciones Unidas signifique poco o nada para los árabes en Palestina, para quienes el asesinato de judíos trasciende ahora todas las otras consideraciones. Por lo tanto, la Comisión se enfrenta con el problema de cómo evitar unos derramamientos de sangre a una escala mucho más grande de la que prevalece en la actualidad. Los árabes han dejado muy claro y le han dicho al gobierno de Palestina que no tienen la intención de cooperar o asistir a la Comisión, y que lejos de ello, se proponen atacar e impedir su trabajo de todas las formas posibles. No tenemos ninguna razón para suponer que no vayan a cumplir lo que amenazan hacer".
La Comisión de la ONU sobre Palestina, en el informe del 16 de febrero 1948 (A/AC.21/9), señalaba al Consejo de Seguridad como los árabes lideraban los esfuerzos para desatar las hostilidades:
"Para evitar la puesta en práctica del plan de Partición de la Asamblea General, y para frustrar sus objetivos por medio de amenazas y actos de violencia, incluidas incursiones armadas en el territorio palestino" [Lo que demuestra que los territorios palestinos a que se refiere serían los futuros territorios que le corresponderían al Estado judío]
Por los acuerdos de armisticio que se alcanzaron en 1949 entre Israel y sus vecinos árabes inmediatos (Egipto, Líbano, Siria y Transjordania), con la asistencia del mediador de la ONU el Dr. Ralph Bunche, la Resolución 181 se convirtió en irrelevante y los acuerdos de armisticio abordaron las nuevas realidades creadas por la guerra.

En los años siguientes, las Naciones Unidas abandonaron simplemente las recomendaciones de la Resolución 181 ya que sus ideas fueron privadas de toda relevancia por los acontecimientos. Por otra parte, los árabes continuaron rechazando la Resolución 181 después de la guerra, cuando ellos controlaban Gaza y la Ribera Occidental (1948-1967), ocupada esta última por Jordania en el curso de la guerra y anexionada ilegalmente.

El intento por parte de Thomas Friedman de "hacer retroceder el reloj de la historia" y reanimar a la Resolución 181 más de seis décadas después de que los árabes la rechazaran "como si no hubiera pasado nada", es una táctica más que evidente de utilizar la Resolución 181 como instrumento para lograr una mayor retirada de Israel de partes del oeste de Palestina y así poder disponer de una base más amplia desde la que poder seguir atacando a Israel con fronteras aún menos defendibles.

La metáfora de un Israel con la espalda contra el mar Mediterráneo refleja la imagen diseñada por la retórica de los líderes políticos y religiosos árabes y de su incitación. Hubo 6.000 muertos israelíes como resultado de esa guerra de una población de unos 600.000 habitantes. El 1% de la población judía desapareció. En términos estadounidenses, el equivalente serían más 3 millones de ciudadanos estadounidenses asesinados en un período de unos 18 meses. Tanto los palestinos como sus hermanos árabes en los países vecinos dictaron al plan nulo y sin efecto por sus propias acciones agresivas posteriores.

El profesor Julius Stone, una autoridad sobre el Derecho de las Naciones Unidas, escribió acerca de esta "novedad" denominándola "la resurrección de los muertos". La Resolución 181 había sido arrojada al cubo de la basura de la historia junto con los planes de partición que le precedieron.

Sólo un recordatorio más al Sr. Friedman: La resolución no instaló la partición, sólo la recomendó.

Labels:

0 Comments:

Post a Comment

<< Home