Wednesday, July 13, 2011

Psicología flotillera: florilogio de bellas almas y tontos útiles



- ¿Los barcos de los tontos útiles? - Margaret Wente - Globe and Mail

Lamento informar que la Flotilla de la Libertad II con destino Gaza es un desastre. La aguerrida banda de activistas - incluyendo a un par de docenas de canadienses y la conocida novelista Alice Walker – ha fallado a la hora de romper el brutal bloqueo de Israel y entregar su cargamento de ayuda humanitaria a los sufrientes habitantes de Gaza. De hecho, apenas lograron salir del puerto. El barco de los canadienses, el Tahrir (en árabe significa "liberación"), fue interceptado de inmediato por la guardia costera griega. Una alerta inicial de que el barco podría haberse hundido resultó ser una falsa alarma. Solamente sucedió que llegó la Guardia Costera y les obligó a darse la vuelta y volver al puerto.

Los canadienses no esperaban que su esfuerzo por romper el bloqueo tendría éxito. Tenían la esperanza de algo mejor, tal vez el martirio. Puede que se repitiera la debacle del año pasado, cuando las fuerzas israelíes mataron a nueve personas en el Mavi Marmara al hacerse cargo del barco. "Estamos esperando a ser neutralizados", dijo Kevin Neish, un activista de pelo blanco, que disfruta de este voluntariado como escudo humano. Mary Hughes Thompson, otra activista de pelo cano y co-fundadora del Movimiento Gaza Libre, permanecía serena. "Si algo me sucediera, si me asesinaran, no puedo pensar en una causa mejor", le dijo a la CBC. A pesar de sus esfuerzos, no pasó nada.

La mayoría de los otros barcos, incluyendo el de la Sra. Walker, también dieron marcha atrás, y la horda de periodistas que cubrieron desenfrenadamente el período previo al viaje se quedó sin historia. Así que muchos de estos periodistas fueron embalados a bordo del Tahrir, por lo que resulta increíble que aún hubiera espacio para los suministros de socorro. Estos suministros consisten en medicamentos y equipos médicos (unos suministros extremadamente reducidos) y cemento (para reconstruir hospitales y escuelas). Si usted considera que resulta extraño transportar cemento en un barco tan pequeño a través del océano, tal vez necesita recordar que el “simbolismo es lo que cuenta”.

Los tontos útiles de este año incluyeron los típicos pacifistas de la tercera edad, izquierdistas universitarios, unos pocos radicales judíos y el tipo de personas que se presentan para protestar contra la tala de árboles y los alimentos genéticamente modificados. No parece molestarles que Gaza esté controlada por Hamas, considerado por muchos como un grupo terrorista. Además, Hamas sólo aspira a la destrucción de Israel y suscribe Los Protocolos de los Sabios de Sión, una notoria falsificación antisemita que describe los planes judeo-sionistas para dominar el mundo (Lástima que los periodistas no preguntan sobre eso). Hamas está apoyado por Irán, su líder, Khaled Meshaal, está radicado en Siria, donde como se recordará el régimen de Bashar al-Assad está ocupado matando a su propio pueblo, y Hamas fue uno de los pocos grupos en el mundo que condenó el asesinato de Osama bin Laden.

El bloqueo de Israel existe para detener el creciente contrabando de armas hacia Gaza, pero los activistas se muestran tranquilos en lo referente a una conexión de su movimiento con Hamas. Para ellos, los terroristas están en Israel. Consideran el sufrimiento de los habitantes de Gaza como equivalente a los sufrimientos de los negros del sur de EEUU bajo la segregación, y la flotilla de Gaza como el equivalente moral de las marchas por la libertad en Alabama. Uno de los pasajeros a bordo del Tahrir, el profesor universitario David Heap, y cuyo padre participó en el movimiento de los derechos civiles, dice que su padre también fue "ridiculizado cuando fue a Selma para unirse a Martin Luther King".

Por desgracia, Khaled Meshaal no es Martin Luther King. Y Gaza no es la Alabama de 1960. Mientras que Israel no está exento de culpa por los problemas de Gaza, muchos de ellos también se deben a los propios dirigentes palestinos. Tomen la actual escasez de suministros médicos, de la cual los activistas culpan a Israel. Mahmoud Daher, el director de la oficina en Gaza de la Organización Mundial de la Salud, afirma que la escasez actual ha sido provocada por el fracaso de las autoridades palestinas a la hora de pagar a tiempo a sus proveedores, así como por la falta de cooperación entre las autoridades sanitarias de Cisjordania y Gaza.

Gaza puede ser un lugar miserable. Pero los habitantes de Gaza no son los más miserables de la Tierra. Televisiones de pantalla plana, coches nuevos, bodas fastuosas, y agua mineral israelí circulan abundantemente. Si los activistas realmente se preocuparan por la gente que realmente necesitan de ayuda humanitaria estarían navegando a Corea del Norte o Sudán. Si realmente estuvieran en contra de las dictaduras asesinas, estarían protestando en contra de Bashar al-Assad. En su lugar, prefieren hacerse los mártires ellos mismos para ayudar a los terroristas. No sería la primera vez ni la última.

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- La Flotilla de Gaza: embarcados en una ola de narcisismo – Nathalie Rotschild

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Por supuesto, estos viajes marítimos de los activistas pro-Gaza de los últimos tres años siempre han tenido una intención política. Sin embargo, también se decía que la entrega de la carga era una parte importante de la misión. Así que cuando las autoridades israelíes negaron a las tripulaciones el derecho a entregar dicha carga en persona, dieron a los activistas la oportunidad de gritar a los medios de comunicación del mundo que Israel era un poder inhumano que impedía que los palestinos reciban sillas de ruedas, juguetes, medicinas.

Este año, sin embargo, la atención se centra de una forma más abierta en el mensaje. La Flotilla de la Libertad es de hecho "una provocación política. ¿Por qué no habría de serlo?" dice un miembro estadounidense del Movimiento de Solidaridad Internacional. Este año, el buque de los EEUU que participa en la flotilla, llamado The Audacity of Hope, está literalmente cargado de mensajes; se está llevando lo que ha sido denominado como "cartas de amor" de los estadounidenses a los habitantes de Gaza.

Los organizadores de la flotilla siguen promoviendo la idea paternalista de que los habitantes de Gaza están sufriendo una aguda crisis humanitaria y están herméticamente aislados, incluso que corren más peligro que cualquier otro pueblo del mundo de padecer hambre y de ser gueotizados. Irónicamente, esta argumentación ha sido muy útil a Israel, ya que ha permitido al gobierno israelí centrarse también en ocasiones en la mera "asistencia humanitaria" a los palestinos, en lugar de cuestiones políticas más urgentes y difíciles, como el levantamiento de las restricciones a la libre circulación de las mercancías y de las personas, lo cual realmente impide la prosperidad económica en Gaza. La ONG con sede en Israel, Gisha, la cual hace campaña por esa libertad de movimientos, con razón expresó su frustración con la “piedad” demostrada por los miembros de la flotilla, ya que reducen a los palestinos a nivel de meros receptores pasivos de las ayudas occidentales o israelíes.

Sin embargo, bajo las afirmaciones de los activistas de la flotilla "de que están ayudando a liquidar el asedio a Gaza", ya sea mediante la entrega de productos esenciales en años anteriores, o bien este año convirtiéndose en carteros y en amigos por correspondencia, en realidad su verdadera motivación es el deseo de imbuir a sus propias vidas de un sentido o propósito moral.

Los organizadores de la flotilla dicen estar actuando en solidaridad con los palestinos, y sin duda hay muchos palestinos que dan la bienvenida a la atención de los medios globales y a la presión que se ejerce sobre Israel para aliviar el bloqueo de Gaza. Pero es un curioso tipo de solidaridad repleto de un singular narcisismo y de autosatisfacción.

Por ejemplo, Alice Walker, la autora de “El color púrpura” y uno de los miembros de más alto nivel dentro de la tripulación del buque americano. Ella ha afirmado: "¿Qué por qué voy en la segunda Flotilla de la Libertad de Gaza? Yo también me lo pregunto a pesar de que la respuesta es: ¿qué otra cosa puedo hacer?”. De 67 años, Walker al parecer ha encontrado un nuevo propósito en su vida, es decir, llevar las cartas de amor “a los niños de Palestina". Ella se contempla a si misma como una anciana con experiencia, alguien que puede dar palabras de sabiduría y consuelo a los niños de Gaza.

Su enfoque con respecto a los niños palestinos no es simplemente un estúpido cliché, es una manera de colocarse a sí misma en el papel de una especie de madre. Ella y sus compañeros del barco quieren cuidar y proteger a los habitantes de Gaza, ser una madre que les alimente y les de su "amor". A los palestinos se les considera indefensos, y no sólo porque “vivan de facto bajo una ocupación”, sino porque a juicio de los activistas de la flotilla son incapaces de garantizar sus propios derechos sin contar con el beneficio de las experiencias vitales de gente de la talla de Walker.

Otro pasajero de la flotilla, Robert Naiman, de Just Foreign Policy, dice que los palestinos necesitan a los occidentales "para beneficiarse de nuestra influencia y privilegios". Para Naiman, esto no sólo significa actuar como un escudo humano que proteja a los palestinos del mal, sino también señalar a los palestinos cómo deben llevar a cabo su lucha política. "No es tanto enseñarles lo que deben hacer", afirma, "sino más bien mostrárselo con buenos ejemplos" (que serían los suyos).

Hay muy poca humildad en la supuesta solidaridad de los flotilleros con respecto a los palestinos. Por el contrario, se trata del típico truco de los medios de comunicación que disfrazan un acto atrevido en un ejemplo de autosacrificio. Esto se hace más evidente ante su insistencia de que están exponiendo sus vidas “por los palestinos”. En un artículo de la web de la CNN, Alice Walker especulaba sobre lo que ocurriría si "los soldados israelíes insisten y los atacan, incluso les hieren o asesinan", mientras que Naiman escribía en el Huffington Post que él “está arriesgando su vida en este viaje".

Ciertamente el año pasado, tras el fracaso inicial del IDF a la hora de detener la flotilla, se vio enredado en violentos enfrentamientos que llevaron a la muerte de “nueve pacíficos activistas”. Sin embargo, el IDF no planea anotarse nuevamente otro gol en propia meta. Al pintar a Israel como la escoria de la Tierra y a los palestinos como la sal de la Tierra, la tripulación de la flotilla sólo remite a una publicidad narcisista que les pinta como "nobles salvadores de Palestina". Ellos también esperan relegitimarse y revitalizarse moralmente ante el público occidental tras haber actuado como salvadores heroicos en el Oriente Medio. De hecho, a pesar de todos aquellos que alaban la predicada resistencia no violenta de la flotilla y su apoyo ostensible al derecho de los palestinos a la autodeterminación, de hecho, la tripulación de la flotilla es un grupo intervencionista con sed de camorra.

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Hoy en día, denunciar y atacar a Israel parece ser una apuesta segura para crear un sentido de consenso, más en un momento en que hay pocos temas que unan a la gente en Occidente. Así que cada individuo que busca éxitos rápidos, desde políticos en busca de credibilidad a premios Nobel e islamistas, desean un pedazo de acción anti-Israel. Se ha convertido en una insignia de honor para los miembros más respetables de la sociedad occidental, que así pueden reclamar que luchan contra el malvado Israel y en defensa de los niños de Palestina, y que no dudan en convertirse en nativos durante una temporada e ir a vivir con las familias a Cisjordania, colocándose la prenda política de moda, la keffiyah, o partir hacia alta mar formando parte de una flotilla donde los periodistas casi superan en número a los miembros de la tripulación, lo que significa que su nombre y su fotografía puede salir en la prensa internacional.

Hoy en día, después de las revueltas árabes, muchos radicales occidentales sienten envidia ante estos extranjeros que parecen expresar sus pasiones políticas de una manera que les ha convertido a ellos en una especie de alien en su propia casa. Así, para algunos, la flotilla se ha convertido en la gran oportunidad de jugar un papel en la puesta en marcha del cambio en el Oriente Medio. Pero esto no es solidaridad política, al menos tal como podríamos haberla entendido en el pasado. Más bien esta flotilla navega sobre las olas del narcisismo occidental.


- Boat 2.0 - Emmanuel Navon

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El que la división Hamas-Europa organice una flotilla para ayudar a Hamas y a Gaza tiene sentido. Son, después de todo, compañeros de trabajo y hermanos de armas. En cambio, el apoyo de los autoproclamados judíos progresistas y de los liberales occidentales a este grupo de misóginos que abrazan un antisemitismo medieval parece algo inexplicable. Pero hay una explicación.

Entre los cruzados de la flotilla hay personas como Adam Shapiro y Feiler Dror. El primero es un judío de Brooklyn que dice que no se considera judío, que se casó con una chica árabe y que visitó a Arafat en su cuartel general en marzo de 2002, en el apogeo de la guerra terrorista de la Autoridad Palestina contra Israel.

El segundo fue criado en un kibbutz comunista, se trasladó a Suecia, y renunció a su ciudadanía israelí. Si gente como Shapiro y Feiler hablan tanto de la libertad y de los derechos humanos, ¿por qué no organizan flotillas a Siria y Libia, donde la gente está siendo masacrada por sus tiranos? La respuesta es que Shapiro y Feiler tienen una obsesión con Israel porque Israel actúa como un espejo de lo que ellos quisieran enterrar: su identidad judía

Algo similar sucede con los izquierdistas europeos y americanos apuntados a la flotilla. Israel es un doloroso recordatorio de su fallido intento de hace cuatro décadas de erradicar la sociedad occidental de su base judeo-cristiana. "Palestina" se ha convertido en la mítica tierra prometida del nihilismo occidental. A diferencia de los auténticos refugiados del mar, los aspirantes a luchadores por la libertad procedentes de Europa y América no están huyendo de las masacres y del hambre. Pero ellos también esperan que vagando por el mar y ante las cámaras, eso les salvará de su miseria diaria.

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