Sunday, September 25, 2011

El punto de inflexión de 1993 - Shraga Blum - Israel7


Para la izquierda del Estado de Tel Aviv la defensa de los derechos históricos judíos es una antigualla reaccionaria, impropia del individuo post-nacional y progresista que quiere ser, un moderno "judío no judío" como el preconizaba Isaac Deutscher, y para ello solo necesita que le garanticen la seguridad de su burbuja en Tel Aviv


Zeev Jabotinsky, el nieto del fundador del movimiento sionista revisionista, afirma que un punto de inflexión tuvo lugar en 1993 en la visión y el discurso israelí respecto al conflicto con los árabes palestinos.

"Hasta el año 1993", dice Jabotinsky, "todos los líderes israelíes, de izquierdas y derechas, hablaban de los derechos históricos y jurídicos del pueblo judío a la Tierra de Israel. Pero Rabin, Peres y los Acuerdos de Oslo rompieron esa visión, y desde entonces todas las reivindicaciones se han reducido a las "necesidades de seguridad de Israel". La "justificación histórica y jurídica de nuestra presencia en esta tierra ha desaparecido del consenso israelí", prosigue el análisis de Jabotinsky, quien señala que "este abandono ha creado un vacío" que han aprovechado los árabes palestinos para imponer al mundo el concepto de los "derechos históricos del pueblo palestino y dañar la legitimidad del Estado de Israel".

Las consecuencias y resultados obtenidos con este cambio son muy peligrosos, tanto externa como internamente. Externamente, cada propuesta de solución del conflicto se refiere a los "derechos" de los palestinos y a las "necesidades de seguridad" de Israel, y así en cualquier confrontación legal sería difícil probar los derechos legales de los judíos (ante su propio abandono). La dicotomía que se ha favorecido es la de unos "derechos" contra unas "necesidades".

A nivel nacional, este cambio ha significado que los que ahora hablen de los "derechos históricos del pueblo judío a la Tierra de Israel", como lo hicieron antes y de manera totalmente natural sionistas socialistas como Katznelson, Ben-Gurion y Golda Meir, son hoy en día "acusados de ser intransigentes nacionalistas" en el mejor de los casos, sino de "fascistas" en el peor.

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