Wednesday, October 26, 2011

La Palestina de Wafa al-Biss – Petra Marquardt-Bigman



En junio de 2005, cuando Wafa al-Biss captó los titulares por primera vez, los optimistas tenían la fervorosa esperanza de que la retirada inminente de Israel de la Franja de Gaza no sólo promovería la paz, sino que además los palestinos aprovecharían esa oportunidad para convertir ese territorio que se les propircionaba en el Singapur del Mediterráneo.

Si quieren entender por qué los optimistas se equivocaron entonces, y por qué van a seguir haciéndolo en un futuro previsible, la historia de Wafa al-Biss es muy instructiva. La joven de la Franja de Gaza fue reclutada para la Brigada de los Mártires de Al-Aqsa de Fatah para inmolarse en un hospital israelí, ese mismo hospital donde estaba siendo tratada de unas graves quemaduras ocasionadas por un accidente casero. Pero ese diabólico plan fracasó porque Biss despertó sospechas cuando estaba a punto de cruzar hacia Israel para acudir a su cita con el médico, y aunque ella trató de hacer explotar los explosivos que llevaba cuando fue detenida, su detonador falló.

Después de su arresto, al-Biss presentó dos caras muy diferentes: a veces era una llorosa y confundida joven con la esperanza de provocar misericordia, mientras que en otras ocasiones declaraba que su sueño era ser una "mártir" y matar judíos. Cuando la periodista estadounidense Judith Miller la entrevistó en la cárcel, dos años después de su fallido ataque terrorista, Miller también se preguntó: "¿Quién es la verdadera Wafa al-Biss: la atacante orgullosa y patriota que se jacta de su deseo de masacrar judíos, inclusive bebés, en el hospital que le había salvado la vida, o bien la víctima llorosa reclutada para una sofisticada operación de martirio que no había logrado quitarse la vida, y la de sus objetivos, al fallar un detonador defectuoso?"

Miller señaló que al-Biss nació "en un ambiente misero en el campo de refugiados de Jabalya, en Gaza, en una familia con 12 hijos". Durante la entrevista, al-Biss describió a su padre como un hombre "primitivo" que rara vez permitió que su hija saliera de casa excepto para ir a la escuela o a la mezquita. Al-Biss también afirmó que "su padre y sus hermanos solían golpearla, y que estaba tan desesperada que años antes ya quiso suicidarse, antes incluso de que su accidente casero la desfigurara”.

Al-Biss también hizo un relato escalofriante de las cínicas tácticas utilizadas por su mentor terrorista, el cual le recordaba que a causa de su desfiguración causada por su accidente nadie se casaría con ella, y que por lo tanto no tenía futuro. De hecho, su novio había roto su compromiso, y de acuerdo con la información que al-Biss reveló cuando fue interrogada por las fuerzas de seguridad israelíes, incluso sus padres finalmente la animaron al "martirio". Su video clip de “despedida" fue grabado en su propia casa con el consentimiento de sus padres, y cuando llegó el momento de ponerse las prendas cargadas de explosivos y que pesaban 10 kg, su propia madre la ayudó a vestirse y le fijó una cremallera rota.

Unos seis años después de su intento fallido de atentado suicida, al-Biss es ahora uno de los más de 1.000 presos palestinos que fueron canjeados por el soldado secuestrado Gilad Shalit. Ella ha regresado a la casa de sus padres, esos que esperaban que su hija "mártir" se matara mediante la detonación de los explosivos que portaba, además de los pacientes y el personal del hospital israelí donde estaba siendo tratada.

A su regreso a casa, fue visitada por un gran grupo de niños, y según los informes de prensa, ella les dijo: "Espero que podáis recorrer el mismo camino que nosotros hemos tomado, y si Dios quiere, veremos a algunos de vosotros como mártires". Los niños la respondieron con aplausos y con el ondear de banderas palestinas mientras cantaban: "Vamos a dar nuestra alma y nuestra sangre para redimir a los prisioneros. Vamos a dar nuestras almas y sangre por ti, Palestina".

Esta es la Palestina de Wafa al-Biss: la del culto a la muerte, donde a una joven mujer desesperada se la dice que su vida sólo tendrá sentido si la pone fin en un atentado terrorista suicida, algo que ella trataba de inculcar a un grupo de niños enviados de visita - unos niños ya sabían cómo responder convenientemente a ese mensaje que reivindicaba un sangriento y violento "martirio" como uno de los más nobles objetivos al que se podría optar -.

Wafa al-Biss está viva porque fue salvada gracias al tratamiento médico que se le dispensó en Israel, sin embargo, ella es una heroína palestina y un modelo a seguir porque estaba dispuesta a acabar con su joven vida en ese mismo lugar donde se la trataba, y así matar a cualquiera que estuviera por allí.

La Palestina de Wafa al-Biss quizás no es aceptada con entusiasmo por todos los palestinos, no obstante, es oficialmente aprobada por todas las facciones palestinas y el culto a la muerte que desprende está por todas partes: en los carteles omnipresentes que glorifican el éxito de los "mártires" que se quitaron la vida para matar judíos; en las plazas públicas, las instalaciones y las calles que llevan nombres de "mártires" y terroristas; en el "ethos" de los funcionarios palestinos que se enorgullecen de los pagos regulares a los terroristas y a sus familias; y en los medios oficiales que proporcionan programas regulares donde se glorifica el terrorismo.

Se trata de esa Palestina de Wafa al-Biss cuya solicitud de estatalidad está siendo considerada actualmente por los miembros de la ONU, y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) no ha sido tímida en esto, como es ampliamente ilustrativo el hecho de que la ANP eligiera a la madre de cuatro convictos terroristas y asesinos para ir a la cabeza de una delegación que llevó la solicitud de un estado palestino a las oficinas de la ONU en Ramallah. El mensaje es claro: los palestinos quieren que la comunidad internacional apoye un estado donde los terroristas que atacan a los civiles israelíes son festejados como héroes nacionales, y quieren ese estado con el fin de proseguir sus esfuerzos coronados por el éxito para que la comunidad internacional de validez a la opinión de que un palestino muerto en una operación defensiva o preventiva israelí es un crimen de guerra, mientras que un israelí asesinado por un terrorista palestino es consecuencia de una "resistencia legítima", algo que el gobierno palestino ha convertido en el núcleo de la identidad nacional palestina.

Todos los críticos foráneos que están advirtiendo a Israel que está alentando al terrorismo al liberar a más de un millar de presos palestinos por Guilad Shalit, harían bien en considerar el efecto de esa doble moral, tan ampliamente aceptada cuando se trata del único Estado judío del mundo.

Sin menoscabo de la responsabilidad palestina por su glorificación del terrorismo, resulta más que evidente que, debido a ese doble rasero internacional tan de moda, los palestinos se han enfrentado a muy pocas críticas por dicha glorificación, por no hablar de sus graves consecuencias en el desarrollo de un ethos nacional despreciable que se refleja en el hecho de que Wafa al-Biss, y tantos otros como ella, son aún más fanáticos al verse celebrados abiertamente como héroes palestinos y modelos a seguir.

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