Thursday, December 29, 2011

Escupir a las niñas no es el principal problema – Rav Natan Slifkin – Racionalist Judaism


Beit Shemesh y las chicas Orot

El fanatismo haredi ha sido un tema candente en Israel durante las últimas semanas, y Rav Natan Slifkin es el punto caliente de esta semana. Hoy, una gran manifestación tendrá lugar provocada por una entrevista que se emitió por TV la semana pasada. Presentaba a una niña de ocho años que fue traumatizada por ir a una escuela Orot (sionista-religiosa) por unos extremistas haredi que se pusieron a gritarla e inclusive la llegaron a escupir. Ahora bien, no quiero ni por un momento reducir al mínimo la terrible situación de las chicas de la escuela Orot. Estoy muy molesto con todo ello, y he participado en varias manifestaciones de protesta por lo ocurrido allí. Sin embargo, me preocupa que haya un énfasis excesivo en ese suceso en particular que nos distraiga de un problema mucho mayor y que pone en evidencia. La gran mayoría de los haredim están horrorizados y disgustados ante la idea de gritar a las niñas y de escupirlas – a ellas y a cualquiera -. Estas son las acciones de un grupo de lunáticos que son detestados por todo el mundo. Sin embargo, como tal, es fácil para los haredim, incluyendo al alcalde Abutbol, dar entrevistas por televisión protestando por dicho comportamiento. Esto, obviamente, les permite evitar un problema más general que es el siguiente: en cada nivel de la sociedad haredi hay un cierto grado de intolerancia hacia los no haredim, lo cual nunca es denunciado por aquellos que abandonan la sociedad haredi.

Esta formulación es un poco técnica, por lo que me gustaría ilustrarla. Los rabbonim y los residentes de RBS-B (el área donde viven estos hooligans), y algunos extremistas haredi rabbonim y residentes de RBS-A (por ejemplo, Rav Perlstein, y algunas personas de la Tzedaká Kupa Shel en RBS-A), no apoyan estos actos de vandalismo contra las mujeres y las niñas. Sin embargo, no creen que sean tan terribles, ya que en definitiva están de acuerdo con los objetivos que persiguen, por ello no son activos protestando en su contra. Además, ellos sostienen otras formas menos extremas de oposición físico/verbal a los no haredim - por ejemplo, "fomentar" la colocación de señales de tzniyus (avisos de modestia) en las tiendas, e incidentes como el protagonizado por el Rav Perlstein cuando llevó a un grupo a romper un concierto en el RBS-A debido a que existía un mezcla de población haredi y no haredi.

La corriente haredi rabbonim y los residentes de RBS-A, como Rav Kornfeld y el diario Chadash, se ven tan ajenos y se muestran tan disgustados ante la idea del uso de la violencia física o de la intimidación verbal contra los no haredim por parte de estos fanáticos, que ni siquiera ven la necesidad de evidenciar que se oponen a ella, y que ellos no son compatibles con el enfoque de los rabbonim de RBS-B y del extremismo haredi rabbonim. Pero a la vez tampoco hablan claramente en contra de ellos, ni muestran ningún tipo de apoyo a las chicas Orot. Ellos apoyan los intentos “más suaves” de imponer las costumbres de los haredim al resto de la ciudad, oponiéndose así a los no haredim (como cuando los no haredim fueron expulsados de Betar). Los ejemplos incluyen la firma de avisos contra las mujeres que se visten de una manera no tzniyus (falta de modestia), la prohibición de recaudar fondos en sus sinagogas por parte de la organización de caridad LeMaan Achai (sionista-religiosa, y esto es muy anterior a las disputas actuales), la hostilidad hacia el TOV (el partido neo-haredi no Daas Torah), y las muestras ocasionales de oposición a los achdus con los no haredim - cuando algunas personas trataron de organizar un Shiur achdus después de algunas trágicas muertes de niños, pero estas sinagogas sólo cooperaban si los portavoces eran haredi y al evento no se le llama achdus -.

A los haredi rabbonim moderados y a los residentes de RBS-A no les gusta cualquier forma de oposición a los no haredim. Pero tampoco protestan contra las acciones de los grupos extremistas porque consideran que, en general, buscan los mismos objetivos. Además, debido a su interés en promocionar sus propios objetivos para la ciudad que habitan, votan a los partidos haredi más a la derecha al ser los que más ponen en práctica los cambios que desean los haredim (como la destrucción de áreas verdes para dar cabida a viviendas baratas), consiguiendo así finalmente alejar a los no haredim.

Y estos haredim moderados, en líneas generales, ni siquiera protestan públicamente por las acciones de estos locos. Prácticamente ninguno asistió a las manifestaciones de simpatía por las chicas Orot. Un Rav, por el que por lo general tengo el mayor respeto, afirmó que protestar por las acciones de esto locos reforzaría la impresión equivocada de que su comunidad y estos locos forman parte de alguna manera de la misma comunidad. Pero no es una impresión totalmente equivocada. Hay un continuum en la comunidad haredí.

Un rav haredi de línea moderada debería estar obligado a protestar por las acciones de estos locos ya que al no formar parte de esa corriente extremista, le resulta más perentorio demostrar su desacuerdo con esas acciones que inclusive las personas no haredim. El resultado final de todo esto es que mientras estos locos extremistas son realmente elementos marginales, hay un problema mucho más amplio de intolerancia haredi hacia los no haredim en muchos niveles, y su actitud habitual de no protestar ante dicha intolerancia la permite prosperar y proliferar.

Además, existe una creencia general dentro del ámbito haredi de que una vez que son mayoría, el barrio debería adaptarse totalmente a la sensibilidad haredi, por lo que por general trabajan para incrementar el porcentaje haredi dentro de la población (para que la ciudad esté de acuerdo con sus ideales espirituales). Jonathan Rosenblum afirmaba en el JPost que "no hay lugar para los intentos de imponer las costumbres haredi a los demás". Pero para alguien que dice hablar en nombre de la corriente principal de la población haredi - y un discípulo de Rabí Aharon Feldman - esto resulta falso. Muchos haredim pueden no ser conscientes de tener la intención de imponer sus costumbres a los demás, pero esto ciertamente resulta inevitable y es lo que sucede. Sucedió en Beitar y está sucediendo aquí.

Como residente en Ramat Bet Shemesh desde hace más de una década, puedo dar fe de su intento continuo de "haredizar" la ciudad, lo que ha llevado a muchos no haredim lejos de Modiin y de otras ciudades. Quienes se dedican a utilizar medios violentos para lograrlo, son una minoría marginal detestada por muchos haredim, pero también existe un esfuerzo general haredi para lograr esos mismos objetivos a través de medios no violentos.

El destino de la ciudad se determinará en las próximas elecciones, dentro de dos años. Cualquier persona que vote por partidos políticos como Gimmel y por candidatos a la alcaldía como Abutbol, serán parte del problema.

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