Wednesday, February 22, 2012

Enemigos, una historia inventada - Hasan Afzal - Harry's Place



Siempre he pensado que los editoriales y los artículos de opinión del Haaretz son la prueba, si ustedes requieren algo más que los estudios empíricos, de que Israel es una democracia. El desprecio vil que la mayoría de sus columnistas y escritores de centro-izquierda y de izquierdas expresan hacía el Israel actual es un verdadero tributo a la piedra angular de cualquier sociedad civilizada: la libertad de expresión.

La noticia de que ocho niños palestinos han fallecido a causa de un accidente de autobús es una tragedia para cualquier persona decente. Una triste pérdida de vidas que se debe a las condiciones adversas de conducción del vehículo.

Pero Gideon Levy [N.P.: el profeta preferido de la izquierda israelí y de gente como Mario Vargas Llosa cuando dice ser de izquierdas], en lugar de compartir la tragedia acontecida ese día, observó que era una oportunidad de oro para mirar en su bola de cristal. Todo el artículo de Levy es una condena crasa de una supuesta reacción generalizada de la sociedad israelí ante mencionado accidente de autobús.

En lo que más bien parece propio de las habilidades exploradoras de un adolescente, Levy se sumerge entre los más locos comentarios que aparecen en Facebook y Twitter con motivo del mencionado accidente, y todo para escupirnos su propia intolerancia. Él escribe:
"Tranquilos, se trata de niños palestinos", escribió Benny Dazanashvili en Twitter. A lo que respondió Tal Biton, "Parece que son palestinos... por fortuna".
Son comentarios muy desagradables, pero las personas intolerantes, como es lógico, lo son tsnto abiertamente como las redes sociales. Pero eso es sólo el inicio. La mayor condena de Levy se dirige contra la sociedad israelí en general:
Ya no se puede decir que esos comentarios son espantosos con el argumento de que fueron las respuestas de un puñado de locos que no reflejan a la sociedad en general. Tal vez también deberíamos dar gracias porque la democracia nos permite que estos comentarios puedan publicarse, para así inundar la conciencia pública. Pero hay que reconocer que el sentimiento que expresan es bastante común y que está profundamente arraigado en la sociedad israelí. 
Enemigos, una historia de odio. En los últimos años, el odio y el racismo anti-árabe han alcanzado proporciones monstruosas y ya no se limita a una minoría insignificante. Muchas personas ya se atreven a expresarlo, y muchos más están de acuerdo con ellos. Todas las leyes discriminatorias, separatistas de los últimos años son una auténtica expresión de ese odio.
Pero parece ser que Gideón, el profeta de la izquierda, no vio esto (la fotografía del post):

Algunos israelíes del asentamiento cercano colgaron ese cartel en el lugar del accidente de autobús en el que murieron 8 niños palestinos. Dice (en hebreo, y luego en árabe): "Los residentes del asentamiento de Adam comparten el sufrimiento de las familias en su profundo dolor por la muerte de sus seres queridos, y deseamos una pronta recuperación de los heridos".

Esta es una muestra conmovedora de solidaridad, en la que los "odiados" colonos [N.P.: tanto por Gideon como por una gran parte del Haaretz] expresan su tristeza y dolor. Ese cartel donde expresan su solidaridad no ha sido colocado por el típico grupo de activistas izquierdistas y defensores de los derechos humanos de la cosmopolita Tel Aviv, sino por un grupo de colonos que comparten su dolor con el pueblo palestino.

Si alguna vez necesitan pruebas de que la comunidad de colonos no son un montón de "matones sionistas" sedientos de sangre, aquí está una.

PD. Si necesitan alguna prueba adicional de que Gideón es un falso profeta y un demagogo, aquí la tienen.
En un comentario al post una tal Sarah AB comenta:
Los comentarios eran horribles, pero resulta difícil no recordar como una encuesta realizada a los palestinos tras los asesinatos de Itamar mostraba como un tercio de los palestinos toleraba dichos ataques.

Harry's Place

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