Friday, November 23, 2012

El atentado de Tel Aviv, un ataque terrorista anunciado – Guy Bechor - Ynet



"El gobierno socio-económico  del gabinete israelí aprobó 5.000 permisos de trabajo adicionales para los trabajadores palestinos en Israel, además de otros 3.000 permisos para la construcción y 5.000 para el sector agrícola".

El número de trabajadores palestinos que trabajan en Israel y en los asentamientos de Judea y Samaria se ha disparado en los últimos dos años, alcanzando la cifra de 100.000, además de los 50.000 inmigrantes ilegales que ya residen en Israel.

Las aldeas árabes de Israel están inundadas de extranjeros ilegales y de las armas que traen consigo. La Policía de Israel es muy consciente de este problema y de su extensión, pero por alguna razón no está haciendo casi nada para detenerlo. Para efectos de comparación, en el 2000, en vísperas de la Segunda Intifada y en plena etapa de fervor e ilusión por los tratados de Oslo, había unos 110.000 palestinos que trabajaban en Israel legalmente.

El motivo de todo esto es que el gobierno israelí actual tiene la ilusión de que si estos trabajadores e inmigrantes ilegales trabajan aquí, se evitará el colapso de la fallida Autoridad Palestina de Abbas. Pero ¿qué pasa con la seguridad de los israelíes? En el ámbito penal, el número de robos va en aumento y el gobierno israelí no está haciendo mucho al respecto, y ahora otro autobús acaba de explotar en el centro de Tel Aviv. ¿Acaso no se temían algo similar nuestros responsables en momentos de graves tensiones de seguridad con Gaza?

Esta política delirante resulta a veces asombrosa. Al termino del reciente mes de Ramadán (en agosto), la Administración Civil de Judea y Samaria permitió que cientos de miles de palestinos visitaran Israel. Miles de ellos ni siquiera se preocuparon de volver a sus casas, sino que se alojaron entre nosotros como residentes ilegales. El responsable de este asombroso permiso fue el ministro de Defensa, Ehud Barak, quien sirvió como primer ministro durante el inicio de la Segunda Intifada con un complaciente establishment de defensa detrás de él.

Las mujeres palestinas ya están cruzando libremente hacia Israel a través del puesto de control de Qalandiya, la edad de los hombres a los que se autoriza a visitar Israel ha caído significativamente, y un número significativo de checkpoint ha sido eliminado. La barrera de seguridad, esa que costó miles de millones, se fractura en importantes áreas de acuerdo con las instrucciones de la Corte Superior de Justicia, requerida para ello por las organizaciones de "derechos humanos",  ordenando al Estado desplazar la barrera  aquí y allí a un costo muy alto, dejándola sin presupuesto para proseguir con su instalación en el sur.

Y he aquí que volvemos a tener una imagen similar a la de 2000: Israel es transparente para los palestinos y el resultado volvió a experimentarse en Tel Aviv este miércoles. Y ahora también funciona la misma ilusión que teníamos entonces: en aquellos momentos se trataba de apuntalar al gobierno de Arafat, ahora se trata de reforzar al gobierno de Abbas. Entonces el concepto fracasó, y ahora está al borde del colapso simplemente porque es una ilusión.

En este Oriente Medio actual bañado por una ola de salafismo, Israel es un objetivo al que se converge desde todas las direcciones. Imagínense lo que pasaría si el ejército israelí no estuviera estacionado en Judea y Samaria. ¿Podríamos desarrollar una vida normal en Israel? Y con ello, la ilusión de un estado palestino al lado de Israel también se derrumbaría.

El gobierno de la Autoridad Palestino está empeñado en estos días en una campaña de ataque político contra Israel en la ONU y el gobierno de Gaza participa en una campaña de terror militar contra los ciudadanos de Israel. ¿Qué es peor? Israel cuenta con herramientas suficientes para defender sus fronteras. Después de todo, una gran cantidad de dinero se ha invertido en ello. La experiencia demuestra que un ataque terrorista atrae a nuevos ataques terroristas, ya que las organizaciones terroristas están compitiendo constantemente entre si.

Los permisos de trabajo concedidos a los trabajadores palestinos en Israel deberían ser cancelados de inmediato, y las decenas de inmigrantes ilegales que residen en Israel deberían ser localizados y deportados. La barrera de seguridad debería completarse de inmediato y también deberían finalizar esas políticas que no tienen en cuenta la vida de los ciudadanos israelíes.

Israel no debe ser ni el patrón ni el benefactor de la Autoridad Palestina, además sus trabajadores siempre han sido capaces de encontrar trabajo fuera de Israel. La agenda política que tiene como base la "protesta social " es importante para aquellos que pensaban o fingían creer que ya estamos viviendo en la Europa occidental, sin más peligros. La construcción y la agricultura son también importantes y respetables, ¿pero acaso no lo es más la existencia y seguridad de nuestros ciudadanos?

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