Friday, November 09, 2012

Muy divertido: "Las 15 horas de fama de Mahmoud Abbas" - Gonen Ginat - Israel Hayom



Algo así como 15 horas transcurrieron entre la declaración de Mahmoud Abbas ante los telespectadores israelíes de que "había renunciado al derecho de retorno" y su posterior declaración a un canal árabe de que "el derecho al retorno era sacrosanto" y que "no tenía intención de renunciar a él".

Fueron 15 horas de placer y deleite ininterrumpido, de gafas de color de rosa y de la mayor cantidad posible de satisfacción que algunos israelíes pudieron sintetizar en la siguiente frase: "Miren, tenemos un socio, es el rechazo de la derecha israelí la causa de que no tengamos paz". Incluso después de que Abbas dijera ante una cadena de televisión árabe que les había engañado a todos, esos israelíes se dijeron ¿por qué no continuar? Después de todo, ¿de cuántas cosas maravillosas podemos disfrutar? Y aunque aún permanezcan algunos - por ejemplo, los adeptos al sushi -, ninguno de ellos podrá sostener orgullosamente la sentencia "es culpa de Bibi".

Y es que como los expertos en quinoa quiche con algunos toques de queso ricotta tienen tan pocos placeres en la vida, el deleite promovido por la primera declaración de Abbas tiene que ser estirada en el tiempo como si fuera un chicle. Incluso después de la entrevista al canal árabe en la que explicó que no se le había entendido bien y que el "derecho de retorno se mantendría sacrosanto", cada posible telespectador israelí era entrevistado para que explicara qué era exactamente lo que Abbas había dicho a puerta cerrada - eso de que había renunciado al derecho de retorno -.

Pero bueno, ¿cuántas horas más tarde dijo todo lo contrario?: "Ah, bueno, eso lo dijo en árabe. Además, ¿quién entiende el árabe de todos modos?".

Desde el día en que los constructores de la Torre de Babel se sumieron en una crisis idiomática, bastantes pocos malentendidos pueden ser atribuidos a las dificultades con el idioma. Por ejemplo, en el pasado, las Fuerzas de Defensa de Israel cambiaron algunos de los términos que se emplean en la comunicación por radio. Si la persona en el otro extremo no entendía correctamente lo que le comunicaban, no se le permitió decir "hazor" (que quiere decir "repite", pero también "vuelve atrás"). En cambio, tenía que decir, "Emor shenit" (dilo de nuevo). La explicación más frecuente para esta decisión era que en un momento dado, durante la guerra de Yom Kippur, un oficial que no había entendido lo que le decía otro oficial por la radio le dijo "hazor". Pero en lugar de repetir su declaración, el segundo oficial hizo exactamente lo que daba a entender el otro significado de la palabra, es decir, se dio la vuelta y se retiró varios kilómetros.

Pero desde que Mahmoud Abbas reiteró su declaración, esta vez en árabe, es mejor concentrarse en la necesidad de evitar las dificultades que se derivan de la utilización de una lengua extranjera. La siguiente historia puede servir de inspiración.

Un joven sefardí deseaba aplicarse en el estudio en una yeshiva haredi ordinaria - en otras palabras, una yeshiva que acepta a uno o dos estudiantes sefardíes, pero no más -.

Cuando el joven fue ante el decano de la yeshiva para su entrevista, el decano se dio cuenta de que el joven sefardí era verdaderamente piadoso, por lo que no podría ser capaz de rechazarlo por no ser lo suficientemente devoto. Así pues, el decano le hizo una serie de preguntas bastante difíciles con la esperanza de minar la confianza del joven sefardí y que se desilusionara. Pero, para desgracia del decano, el joven se sabía todas las respuestas.

Al darse cuenta de que iba a tener que encontrar una excusa diferente para rechazar al joven, el decano le dijo: "Escúcheme, me encantaría aceptarle, pero no tengo una sola cama vacía en el dormitorio".

"Voy a traer un colchón de mi casa y usare eso", le contestó el joven.

"Pero tampoco tenemos suficiente comida", le informó el decano.

"No hay problema", contestó el joven, "voy a traerme la comida de casa".

El decano insistió: "Pero vas a tener un tiempo muy duro porque aquí todo el mundo habla yiddish, incluso en clase".

"No hay problema",  le dijo el joven, "yo también sé yiddish". Y comenzó a hablar con el decano en perfecto yiddish.

El decano finalmente perdió la paciencia y le dijo: "¿Cómo es que usted sabe yiddish cuando ni siquiera entiende el simple hebreo?" (En otras palabras: he estado tratando de decirle que no le queremos, y parece no entenderlo).

Así que pensándolo bien, tal vez haya una fácil explicación para el giro de 180 grados que Mahmoud Abbas dio en el plazo de 15 horas: "Debido a la huelga en las pollerías, no tenemos suficientes huevos". [En hebreo, el término coloquial de "huevos" es equivalente a la expresión inglesa "pelotas" y a la castellana "cojones"]

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