Friday, December 28, 2012

Los giros del Yedioth Ahronoth – Dror Eydar – Israel Hayom



El Yedioth Ahronoth ha puesto en práctica toda clase de sofisticados y vergonzosos trucos, pero ha fracasado. El público israelí es más inteligente de lo que el periódico pensaba.

El periódico que tuvo una vez un país [un juego de palabras “periódico del país", que es el mensaje del marketing del Yediot] se ha quedado con un imperio en los medios de comunicación y la disminución de su audiencia. Su titular del martes fue: "Una muy relevante figura política realiza una crítica mordaz: Netanyahu lleva el país al desastre”. Dios mío, ¿no es eso lo que todos los partidos, periódicos e instituciones de la izquierda nos han estado pregonando en cada ocasión?

Esa "relevante figura política", quien con una valentía inusual no se ha dado a conocer, puede ser la líder de Hatnuah Tzipi Livni, o bien el ex primer ministro israelí Ehud Olmert, o el presidente Shimon Peres, o inclusive el editor del Yedioth Arnon (Noni) Mozes. ¿O quizás un popular actor, o el director Menashe Noy, o bien otra figura del mundo del espectáculo?

También puede ser una figura ficticia. ¿Cuál es la diferencia? ¿Importa realmente? Todas las afirmaciones realizadas en el artículo se han reciclado ad infinitum por esos que nos han llevado a la difícil situación en la que estamos con relación a las cuestiones políticas y de seguridad en nuestro país, una situación de la que el gobierno de Netanyahu está tratando de liberarse.

¿Quién trajo a una banda de terroristas hasta el corazón de nuestro país y los armó? ¿Quién nos convenció de cantar canciones acerca de hacer el amor y no la guerra, mientras que nuestros enemigos se preparaban para un perpetuo estado de guerra con nosotros? ¿Quién está promoviendo una base terrorista de Hamas a sólo unos pasos de distancia del Ben-Gurion International Airport? ¿Quién está difamando a Israel y a su gobierno ante los ojos del mundo? ¿Y quién está usando fondos extranjeros en un intento de disolver la sociedad nacional judía?

Parece que esa "relevante figura política" no ha estado viviendo en el país durante los últimos 20 años, o quizás solo haya estado escuchando al comentarista del canal 2 Amnón Abramovich o leyendo al columnista del Yedioth Nahum Barnea y a sus seguidores en los medios de comunicación israelíes, por lo que la realidad sólo juega un silencioso papel de mera estadística en sus evaluaciones políticas.

El presidente [de la Autoridad Palestina] Abu Mazen [Mahmoud Abbas] es el último líder palestino que será capaz de firmar un tratado de paz con Israel", decía el artículo. Y esto lo leemos una y otra vez, y aunque sea difícil de creer, la izquierda parece haber perdido su capacidad de raciocinio.

Entonces, ¿Qué ha pasado con los Acuerdos de Oslo? ¿Qué ventajas ha tenido la retirada de la Franja de Gaza después de todo? ¿Y en qué estaba pensando Olmert cuando sus concesiones a los palestinos llegaron a tal punto que hasta Livni no pudo estar de acuerdo?

Pero no importa Livni, e inclusive que el propio y valiente Abbas huyera de tales concesiones. Ellas representaban todo lo que se necesitaba para que Abbas firmara un acuerdo que pusiera fin al conflicto de su pueblo con los judíos. "Él estaba dispuesto a firmar el fin del conflicto", nos dice la "relevante figura política". Alguien tendría que recordarle el discurso de Abbas en árabe sobre dicho “acuerdo”, Están disponibles traducciones en Internet.

De hecho, nuestro hombre ha llegado hasta decir en inglés que “nunca reconocerá a Israel como la patria judía”. ¿Qué podemos entonces firmar con él? Y si además las encuestas palestinas muestran que el primer ministro de Hamas Ismail Haniyeh recaba más apoyo palestino que Abbas, ¿cómo podemos aventurarnos a suponer que un acuerdo con Abbas perdurará?

Esas fueron las mismas personas que trataron de vendernos un tratado de paz con Siria. Piensen en un millón de sirios mirando hacia abajo, es decir, hacia nosotros, desde los Altos del Golán, y todo ello en medio del caos sangriento que existe actualmente en ese país. ¿Lo entienden ahora? ¿Quién realmente está poniéndonos en peligro, a nosotros y a nuestro futuro?

Pero para un periódico que tuvo una vez un país y que hoy ha convertido a ese país en un blanco al que atacar, todo esto no tiene importancia. El problema no es Hamas, Irán o el invierno islámico que nos afecta a todos. El problema es Netanyahu. Lean el Yedioth Ahronoth y los artículos increíblemente llenos de odio en el Haaretz (y cómo los que aparecen en su edición en inglés son recuperados y citados por una gran cantidad de web antisemitas). Solo es necesario escuchar los comentarios en la radio y la televisión y podremos entender por qué este grupo ya no debe tener influencia sobre nuestro futuro.

Hace diez años, el Yedioth controlaba el 60% de los medios de comunicación en Israel. Piensen en eso un poco y se sorprenderán. Con un control tal, Noni Mozes y sus irresponsables compañeros podían presentar todas las terribles atrocidades en el mundo que nos rodea como nada más que hummus en Damasco, baklava en la Mukata y la celebración de la shuhada (suicidas) en Gaza, mientras que al mismo tiempo silenciaba todas aquellas voces racionales que se oponían a las desastrosas medidas de los denominados "movimientos por la paz".

Todavía recuerdo el titular engañoso en el Yedioth durante nuestra retirada unilateral de Gaza en 2005: "Un judío no derrama ácido sobre otro judío", lo que fue nada más que un vergonzoso intento de deslegitimación de los pioneros judíos, que por supuesto no hicieron tal cosa como  rápidamente se desveló después de que esos supuestos incidentes fueron divulgados. A la banda de Mozes no le importó verter ácido verbal sobre sus hermanos mientras que al mismo tiempo purificaba las atrocidades palestinas con una gran variedad de maneras. Y ahora acusan a Netanyahu de conducirnos a un estado al que ellos mismos han contribuido sino creado.

A los medios de comunicación le encanta hacer bromas acerca de las luchas de poder entre los ultra-ortodoxos. Pero esas “luchas religiosas” no son nada si las comparamos con el fervor religioso de los izquierdistas mesiánicos. Como si la realidad no hubiera cambiado ante nuestros ojos, como si ellos no lo hubieron intentado y nosotros pagado suficientemente las consecuencias,  estos delirantes “ultra-ortodoxos del la paz” siguen siendo inmutablemente leales a su sistema de creencias ampliamente desacreditado.

Después de que el plan para traer de vuelta a Olmert fracasara, al igual que el posterior retorno de Livni, recurren ahora a ayudar a cualquier otra persona que tenga la oportunidad de dañar la imagen del Likud-Beytenu. Un gran partido que no será excesivamente influenciado por otros partidos satélites sin tanta aprobación como él. En el Yedioth ya están anticipando la presión y las luchas que finalmente derrocarán al próximo gobierno. Y al diablo con la verdad.

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