Sunday, March 24, 2013

Obama conecta con la juventud israelí - Mazal Mualem - Al Monitor



(Artículo edulcorado, pero que pone de manifiesto de manera muy notable el sentir de una parte del espectro político israelí,  el que conforman las élites, TA, los próximos al Partido Laborista y la izquierda. De alguna manera, a quien iba dirigido el discurso de Obama).

 El poder del discurso pronunciado por el  Presidente de EEUU Barack Obama  radicó no solamente en las palabras cuidadosamente elegidas que tocaron con el acorde correcto la experiencia israelí-judía en todo su patetismo, sus temores, triunfos y esperanzas. Quizás lo mejor fue la explosión de calor que irradiaba del público joven hacia el podio del presidente americano, incluso cuando tocó el tema del sufrimiento de los palestinos y su "justa" aspiración a la condición de Estado.

Lo que sucedió en la audiencia fue tan fascinante como el propio discurso. Aunque estaba claro que ese público joven invitado ya le era favorable y había sido seleccionada a priori, los asistentes podían sentir que había mucho más que un sentimiento de cariño y respeto por el presidente. Tal como estaba previsto, Obama fue capaz de hacer frente a la opinión pública israelí de maneraa directa, pasando hábilmente de una figura casi hostil a un verdadero y cariñoso amigo.

Los frecuentes aplausos fueron la expresión emocional de la simpatía y el calor de miles de jóvenes que, sólo dos días antes, no había contado con Obama entre los amigos de Israel. Y sin embargo, casi al instante, ya que ganados y enamorados.

Aun a sabiendas de que se trataba de un evento bien orquestado que no dejaba lugar a sorpresas, no disminuyó la sensación de una auténtica calidez entre el presidente y la audiencia. Esta es el tipo de energía difícil de falsificar. Era completamente espontánea y radical. Se pudo sentir desde el momento en que Obama puso el pie en el escenario y como él se mantuvo de pie frente al público, acariciándolo ingeniosamente con sus palabras y ofreciéndose a ellos. Y se entregaron voluntariamente.

El mayor logro de Obama fue ser capaz de traer de vuelta al primer plano las negociaciones diplomáticas con los palestinos, después de cuatro años de estancamiento y de falta de interés por parte de los israelíes. Además, fue capaz, como él hubiera querido, de "hablar con los israelíes" pasando por encima de su primer ministro Benjamin Netanyahu, dando prioridad al conflicto israelí-palestino sobre la amenaza iraní, que en los últimos cuatro años ha privilegiado como un todo el primer ministro israelí.

Sin embargo, por trivial que pueda parecer, esto no puede ser ignorado: el público israelí necesita la atención y el abrazo del líder del mundo libre para saber que su compromiso con su seguridad es tan firme como lo fue el de sus predecesores, si no más.

Una dirección amorosa hizo lo que no pudo hacer el sistema de baterías del Iron Dome durante la operación Pilar de Defensa. Y esa es la razón por la que ayer aún pareciera ser duro dejar de lado la sensación de que cuatro años se habían ido a la basura, los años de la animosidad y la desconfianza entre israelíes y el hombre en la Casa Blanca.

En ningún momento, durante esos cuatro años, el presidente Obama fue capaz de fomentar una relación íntima con los israelíes. Esto es algo que recuerda a la famosa cercanía entre los israelíes y el ex presidente Bill Clinton. Tres palabras de Obama en hebreo, "Atem lo levad" (No están solos), evocaron la memoria colectiva de las palabras que Bill Clinton eligió para despedirse del difunto primer ministro Yitzhak Rabin, "Shalom, Haver" (Adiós, amigo ), que están grabadas en el ethos israelí.

Casi 20 años separan el asesinato de Rabin, en noviembre de 1995, y el "Discurso a los jóvenes" de Obama de esta semana. Habían sido años difíciles de sobriedad, con una segunda Intifada, con la desconexión de Gaza y con el terror de los cohetes Qassam cayendo sobre las ciudades del sur de Israel. Fueron años en los que el público israelí y sus líderes habían renunciado a la esperanza de una paz con los palestinos, tanto es así que en la reciente campaña electoral, el Partido Laborista - el partido de Rabin -, escondió la agenda diplomática de la vista. Y fue simplemente porque los políticos israelíes asumieron que la paz "ya no vende" entre los israelíes.

Es en estos momentos de los anales del conflicto cuando Obama "habló en Jerusalén", un hito muy importante. Ha logrado que el proceso diplomático sea relevante nuevamente, creando, por lo menos en el lado israelí, el ambiente adecuado para su reanudación, no con un ambiente de euforia, sino con el entendimiento de que enterrar la cabeza en la arena no puede durar para siempre.

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