Friday, May 10, 2013

Restaurando la "pasada gloria" del (Partido) Shas en Israel - Mazal Mualem - Al Monitor



"Quiero devolver el Shas a los ciudadanos", proclamó el nuevo-viejo presidente del partido ultra-ortodoxo sefardí Shas, Aryeh Deri, la mañana posterior a la salida oficial del ex ministro del Interior Eli Yishai como cabeza del movimiento, el pasado 2 de mayo.

En una entrevista con la emisora de Radio del ejército, Deri sonaba feliz y seguro de sí mismo, como corresponde a alguien que persiguiera un sueño a pesar de todos los impedimentos y ahora emergiera dispuesto a desempeñar el papel de su vida.

Pero es probable que Deri descubra muy pronto que su objetivo de "restaurar la pasada gloria” - el eslogan de la pasada campaña electoral del Shas - no sea una tarea fácil de lograr. Quizás tenga que descubrir que sus aspiraciones de convertir al Shas en una gran partido, una vez más, y a él mismo como un líder social frente al gran público, no estén de acorde con su estrategia de colocar ce manera preferente en su agenda los conflictos étnicos. Mientras Deri prefiere llamar a esto "luchar contra la exclusión sefardí", no resulta más que un eufemismo de las cosas que él mismo práctica: estimular intencionadamente un discurso público diseñado para causar conflictos de tipo étnico, para así conseguir sus fines políticos, por supuesto.

De esta manera Deri actúa cínicamente. Él declara su deseo de devolver el Shas a los ciudadanos, cuando en realidad habla de un determinado tipo de ciudadanos israelíes. En efecto, a la luz de las provocaciones étnicas que ha generado desde su regreso a la vida política, no puede ser - y no quiere ser – el hogar político de todos los israelíes.

Pero Deri no es ingenuo. Tomemos, por ejemplo, la reciente tormenta pública desatada en los medios de comunicación  motivada por el "genio étnico". Se trata de las protestas desatadas por la ausencia de intelectuales sefardíes o mizrahim en los nuevos billetes de banco emitidos por el Banco de Israel. Todas las figuras estampadas en los nuevos billetes son poetas ashkenazis procedentes de la Europa del Este.

"Es imposible que no pudieron encontrar ni siquiera el perfil de un poeta sefardí o mizrahim para los nuevos billetes", dijo Deri en la apertura de una reunión del Gobierno que discutía la autorización de los nuevos billetes, el pasado 28 de abril. "El dinero con una figura sefardí no vale menos. Hago un llamamiento a los ministros del gobierno para que no levanten su mano para aprobar los nuevos billetes".

Cuando Deri habla de "la exclusión de los judíos sefardíes o mizrahim" de los billetes, creando una marejada en los medios de comunicación y en el público general, está tratando de atraer a los elementos más débiles de los partidos Likud, Shas y Partido Laborista, junto a los judíos sefardíes y a los árabes israelíes,  como inequívocos objetivos políticos.

La cuestión es si de ese “genio étnico” podrá Deri obtener la suficiente mercancía. En las recientes elecciones hizo un uso extensivo y ruidoso de ese argumento pero sin éxito. El Shas obtuvo 11 escaños en las elecciones, el mismo número que logró obtener en las elecciones anteriores sin recurrir al “genio étnico”.

Ahora, a pesar del fracaso de su “campaña étnica” en las elecciones, Deri vuelve a la "escena del crimen". La pregunta es, ¿por qué? Parece que Deri cree que los resultados de las recientes elecciones crean una excelente oportunidad para que él pueda encabezar el campo de lo que él llama "el segundo Israel".

De acuerdo con la visión del mundo de Deri, el concepto "sefardí" es un nombre en clave que identifica a un campo más amplio: incluye a los más necesitados, a las poblaciones menos desarrolladas de la periferia e inclusive a los pueblos árabes israelíes (Deri, cuando era ministro del Interior, era conocido por sus estrechos contactos con los dirigentes del sector árabe). En efecto, Deri quiere crear una dirección alternativa de carácter ideológico, político y social enfrentada a la alianza entre el ministro de Finanzas, Yair Lapid y el ministro de Comercio e Industria, Naftali Bennett, los cuales están emergiendo como los nuevos líderes de la clase media israelí, y que se planta en el corazón de la llamada "tribu blanca de Israel". Es por eso que Deri cree que tendrá éxito a la hora de conseguir un aumento del poder del Shas en las próximas elecciones.

A su favor, podemos decir que Deri identifica correctamente el gran potencial electoral de esas poblaciones que se encuentran en su punto de mira. Él también ve correctamente la opción de unirlos en un campo enfrentado a esa “tribu blanca”. El problema es que Shas no es la plataforma adecuada y Deri no es la persona adecuada para esta batalla.

El Shas es un partido sectario ultra-ortodoxo sefardí, cuyo anterior líder, Eli Yishai, negó la discriminación contra las niñas sefardíes en las instituciones educativas ashkenazis, arrodillándose sistemáticamente ante el liderazgo político ultraortodoxo ashkenazi. Por lo tanto, incluso para su base social más directa, la sefardí, el Shas no contribuyó en la lucha contra la exclusión de los judíos sefardíes (cuando implicaba al poder ultraortodoxo ashkenazi), dañando en realidad dicha lucha de la forma más grave y vergonzosa.

Deri, por supuesto, puede afirmar correctamente que esto sucedió cuando él no era el líder del partido, pero la carga de la prueba recae sobre él en primer lugar.

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