Sunday, June 09, 2013

Europa bajo ataque, ergo que Israel tenga cuidado - Dror Eydar - Israel Hayom


Muy recomendable su lectura: "El mundo entero nos odia y nosotros nos lo merecemos..." Pura vanidad progre.

1.- Europa está en llamas. Eso ha sido así durante algún tiempo. Aproximadamente cincuenta años después de la Segunda Guerra Mundial, está siendo conquistada, poco a poco, sin batallas. El último y terrible conflicto bélico destruyó la idea nacional y convirtió a la democracia al estilo occidental en vulnerable a los peligros que amenazan su existencia y sin capacidad real para hacerlos frente.

La élite intelectual que una vez lideró esas sociedades está ahora mismo trabajando duramente para destruirlas. Formas sofisticadas de pensamiento se utilizan para evitar que estas sociedades se defiendan. Europa no sabe cómo hacer frente a los millones de musulmanes que no desean integrarse en la sociedad occidental y no aceptan los códigos occidentales, y algunos de los cuales declaran abiertamente que su objetivo es la derrota de Europa.

Suecia es quizás el caso más interesante de todos. Es allí donde el liberalismo occidental alcanzó su nivel máximo en su voluntad de adoptar a millones de inmigrantes (casi 2 millones en menos de 10 millones de habitantes), la mayoría de ellos musulmanes. El sistema legal, los medios de comunicación y el sistema de asistencia social, entre otros, se han movilizado para promover la aceptación del otro, del diferente, de los perseguidos. Pero la revuelta sangrienta que se ha desarrollado en Estocolmo en las últimas semanas, da la impresión de que todo ese deseo de aceptación ha sido en vano. La situación en Francia, donde las zonas suburbanas son descritas como polvorines, es mucho peor.

2.- En 2005, durante los disturbios en Francia, el filósofo Alain Finkielkraut comentaba en una entrevista con el Haaretz, "En Francia, les gustaría mucho poder reducir estos disturbios a su dimensión social, contemplarlos como una revuelta de los jóvenes de los suburbios contra su situación, en contra de la discriminación que sufren, del desempleo que padecen... El problema es que la mayoría de estos jóvenes son negros o árabes, y con una identidad musulmana. Miren, en Francia también hay otros inmigrantes cuya situación es difícil - chinos, vietnamitas, portugueses... -, pero ellos no están tomando parte en los disturbios, por lo tanto es evidente que se trata de una revuelta de carácter étnico-religioso".

Finkielkraut agregó que contemplar ese odio y violencia sólo como una reacción al racismo francés era "cerrar los ojos ante un odio más amplio: el odio a Occidente, al que se considera culpable de todos los problemas". Francia fue expuesta a esa violencia por aquel entonces. Suecia y Londres están expuestos a ella ahora o bien anteriormente. ¿Quién se acuerda?

La gente estaba horrorizada por la decapitación de un soldado británico a plena luz del día en una calle de Londres. Pero ¿qué van a hacer al respecto? Los asesinos se convirtieron al Islam hace varios años y fueron sometidos a una rápida transformación. Pero esto último nunca debe mencionarse, cualquiera que hable de ello será tildado de racista. Por cierto, la izquierda francesa atacó a Finkielkraut después de sus declaraciones al Haaretz, lo que le obligó a retractarse de sus declaraciones. Incluso se unió a la iniciativa de paz de Ginebra. Tal vez es por eso que muy pocos intelectuales repiten sus precisas observaciones abiertamente. Nadie quiere meterse en problemas con la policía del pensamiento.

Así que si el motivo de la violencia en Francia no tiene nada que ver con la religión, la etnia o las diferencias nacionales, sino sólo cuestiones de justicia social, ¿fue por eso por lo que fue decapitado aquel soldado británico? Los comentaristas británicos ofrecieron un posible motivo: la intervención del ejército británico en los estados musulmanes. En otras palabras: Es culpa nuestra.

En los países occidentales, cualquier figura pública que advierte que los disturbios no son solamente obra de problemas económicos, sino también una amenaza existencial, es atacada por los guardianes de los políticamente correcto y acusado de xenofobia, extremismo, racismo y otros delitos merecedores de la marca de Caín.

3.- En la primera mitad de la década de 1980, el periodista y filósofo francés Jean-Francois Revel publicó su libro, "Cómo perecerán las democracias". Mientras Revel se refería al conflicto entre Occidente y el régimen soviético, sus declaraciones también son apropiados para cualquier tipo de totalitarismo, incluyendo la versión islámica.

Se podría parafrasear las declaraciones de Revel diciendo que el conflicto entre el Islam  Occidente es como un partido de fútbol en el que un equipo se descalifica a sí mismo al no tratar de ir más allá de la línea del medio campo, mientras que el otro juega libremente dentro de tofo el campo. Mientras que el Islam trata a sus rivales (incluyendo a esos que no representan ningún peligro activo por si mismo) como una amenaza para su propia existencia y trabaja para su destrucción, las elementos subversivos que ponen en peligro la existencia activa de Occidente son tratados como meros rivales con los que existe un simple desacuerdo, nada más .

El resultado de esta diferencia esencial entre estos sistemas es que, en comparación con los regímenes totalitarios, las democracias son mucho menos capaces de defenderse contra los enemigos de dentro. El Islam está explotando esto al máximo, tanto en la difusión del terrorismo global como en la adquisición progresiva de Occidente.

Las democracias tienden a ignorar, e incluso negar, las amenazas a su existencia, ya que son reacios, en realidad no quieren, hacer todo lo que es necesario para hacer frente a esas amenazas. En otras palabras, las democracias, para calmar la situación y no despertar al demonio de su guarida (a pesar de que el demonio se despertó hace mucho tiempo y les ha estado amenazando desde hace algún tiempo), tratan sobre todo de justificar y fomentar a los elementos "moderados" sobre los "radicales". ¿Les suena familiar, aquí, en Israel?

4.- En septiembre de 1938, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia firmaron el acuerdo de Munich, el cual otorgaba a Alemania la región de los Sudetes de Checoslovaquia. El acuerdo, que fue considerado como un acto de apaciguamiento de la Alemania nazi, es considerado como uno de los principales responsables del estallido de la Segunda Guerra Mundial un año más tarde. También aceleró la caída de Checoslovaquia, ya que fue desmantelada seis meses antes de que estallara la guerra.

Tras la firma del acuerdo, Chamberlain regresó a Londres con su famoso paraguas, agitando el papel firmado por Hitler y proclamando la vigencia de la "paz para nuestra época". Inmediatamente después de la firma del acuerdo, el cuerpo diplomático francés describió a Hitler como atrapado entre los "radicales" Goebbels y Himmler y el "moderado" Goering. El tirano, dijeron, tenía que ser apoyado para que no cayera en manos de los radicales. Reconociendo el carácter débil de Occidente, Stalin también exigió concesiones de la administración Roosevelt, alegando que el Politburó le criticaba por su tendencia hacia las reformas liberales.

Así, en su búsqueda de paz y de tranquilidad, las democracias occidentales creen - incluso después de haber hecho innumerables concesiones que no han traído ni paz ni tranquilidad - que si hacemos más gestos, la situación terminará calmándose, aunque solo sea por unos pocos años.

Las democracias tienen una evidente tendencia a la amnesia selectiva cuando se trata de la historia. "Tal como están las cosas ahora ... solamente los fracasos, los crímenes y los puntos débiles de Occidente merecen ser registrados por la historia", mientras que los regímenes totalitarios siempre están a punto de experimentar "reformas", "cambios" o "primaveras", y así la paz siempre estará a la vuelta de la esquina.

Debido a esto, muchos historiadores de Occidente sólo documentan, y parecen interesados, en las atrocidades cometidas por Occidente. Su ecuanimidad hacia las atrocidades cometidas por el Islam crea la impresión de que Occidente ha perdido del todo su instinto de supervivencia.

Uno de los mecanismos que hicieron posible la pérdida de este instinto es lo que Revel llamó "la industria de la culpa". Un gran sistema formado por intelectuales, académicos y medios de comunicación (entre otras cosas), fomentan la idea de un solo lado tiene toda la culpa histórica. La cultura occidental de autoinculpación no permite poner ningún tipo de responsabilidad en las otras partes, aun cuando el abismo se abre bajo sus pies. Cualquier intento activo de resistir los peligros que el Islam plantea al mundo libre trae consigo una confusión intelectual rayana en la parálisis.

En una situación como ésta, todo lo que les queda a las débiles élites de Europa por hacer es lo que ya hizo hace 75 años, cooperar con las fuerzas que les ponen en peligro y sacrificar su democracia en el altar de una paz ficticia. ¿Entienden ahora por qué los disturbios en Europa no están despertando a Occidente, sino fortaleciendo sus ataques y antipatía hacia Israel?

Labels: ,

0 Comments:

Post a Comment

<< Home