Tuesday, August 27, 2013

¿Por qué el mundo piensa que la sangre de los israelíes es tan barata? - Evelyn Gordon - Commentary



Durante su visita a Israel esta semana, el canciller noruego de Exteriores Espen Barth Eide admitió a regañadientes que el compromiso del primer ministro Benjamin Netanyahu con las negociaciones entre israelíes y palestinos "suena cada vez más creíble". Como prueba, citó la liberación de Israel de 26 terroristas palestinos a principios de este mes. Pero inmediatamente minimizó la importancia del movimiento: Si bien es una "primera señal", dijo, "no representa un gran sacrificio".

Este comentario contrasta con las reacciones acontecidas en Noruega y Suecia hace dos semanas después de que el embajador israelí en Suecia comparara los sentimientos suscitados en Israel por liberar a esos asesinos a los que suscitaría entre los noruegos una posible liberación de Anders Breivik, quien en el 2011 asesinó a 69 noruegos, en su mayoría adolescentes. Los escandinavos, muy indignados, se unieron para denunciar dicha comparación afirmando que mientras Breivik era un asesino de masas, los palestinos eran luchadores por la libertad. Como Jonathan Tobin escribió en su momento, el sentimiento general parece ser que los asesinos de noruegos merecen un castigo sin paliativos, mientras que los asesinos de israelíes "deben poder ser puestos en libertad y con honor". Y esa parece ser también la opinión de Eide: la liberación de crueles asesinos que mataron a personas mayores sobrevivientes del Holocausto o ancianos que estaban sentados en los bancos de un parque no representa "un gran sacrificio", sin duda nada como comparado con una posible liberación de Breivik.

Sin embargo, aunque estoy de acuerdo con Jonathan que este doble rasero es antisemita, no creo que los escandinavos sean los únicos culpables. Si gran parte del mundo ha llegado a la conclusión de que la sangre (judía) israelí es barata, y que sus asesinos no merecen el mismo castigo que los que matan, por ejemplo, a noruegos, una gran parte de la culpa es de los sucesivos gobiernos israelíes. Y es que liberando repetidamente a asesinos palestinos en circunstancias que ningún otro gobierno contemplaría, los gobiernos israelíes han demostrado que ellos también consideran barata la sangre de los ciudadanos israelíes. Y si ni siquiera el gobierno de Israel considera que asesinar a israelíes es un delito que merezca una pena de cadena perpetua, ¿por qué alguien debería hacerlo?

No estoy hablando aquí de intercambios desiguales como los 1.027 terroristas palestinos que Israel liberó para rescatar al soldado secuestrado Gilad Shalit. Aunque opuesto sistemáticamente a dichos canjes por otros motivos, en estos casos no se considera que la vida de los israelíes sea barata, al contrario, reflejan hasta qué punto para Israel salvar al menos una vida es importante.

Pero lo mismo no vale para otras excarcelaciones. En el 2008, por ejemplo, Israel negoció la liberación de cinco terroristas incluyendo a un asesino particularmente cruel, Samir Kuntar, entre cuyos asesinatos se incluía romper el cráneo de una niña de 4 años de edad contra una roca junto a otros dos cadáveres. ¿Qué otro país trataría el asesinato de estos ciudadanos a tan bajo precio como para liberar a sus asesinos a cambio de cadáveres?

Israel también ha liberado a miles de presos en los últimos años como "gestos de buena voluntad" hacia la Autoridad Palestina, y aunque la mayoría no eran en realidad asesinos, por lo general, estaban involucrados en una lucha terrorista contra Israel. Otros países liberan a terroristas sólo en virtud de acuerdos formales de paz, y no como meros "gestos de buena voluntad" para facilitar las negociaciones, por lo que nuevamente se demuestra al mundo que los gobiernos israelíes no consideran al terrorismo anti-Israel tan terrible.

Pero el punto más bajo fue el acuerdo de Netanyahu para liberar a 104 palestinos, casi todos ellos asesinos despiadados, en cuatro etapas (los 26 liberados este mes fueron los primeros), únicamente para obtener que los negociadores palestinos hablen con sus homólogos israelíes. ¿Qué otro país liberaría a asesinos que han matado a cientos de sus ciudadanos solamente para sobornar a un tercero para que acuda a unas conversaciones cuyo único objetivo es proporcionar a ese tercero el territorio y la soberanía que dice anhelar?

Noruega seguramente no liberaría a Breivik en tales circunstancias. Y esa es precisamente la razón por la que los noruegos consideraron como ridícula la comparación de Breivik con los asesinos palestinos: Si los israelíes realmente consideraran que los crímenes de los palestinos liberados están a la par con los de Breivik, entonces Israel tampoco los pondría en libertad.

Así, mientras que hay muchas razones para oponerse a la decisión de Netanyahu, ésta puede ser la de mayor peso de todas: al liberar a esos asesinos, Israel ha enseñado una vez más el mundo que la sangre judía sigue siendo muy barata.

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