Sunday, October 27, 2013

Un poco de autorespeto, por favor - Rabbi Eric H. Yoffie - JPost



¿Qué significa, exactamente, que los palestinos deban reconocer a Israel como un Estado judío? El primer ministro Netanyahu ha expresado recientemente esta exigencia en varias ocasiones en sus más importantes discursos - en las Naciones Unidas, en la Universidad Bar-Ilan, y en la sesión de apertura de la XIX Knesset -. Pero simplemente no parece claro de lo que está hablando.

Esta ausencia de claridad se convirtió en un tema de interés público cuando el ministro de Finanzas, Yair Lapid, discutió la afirmación de Netanyahu durante una entrevista en Nueva York con Charlie Rose. Lapid declaró que "no siento que necesitemos una declaración de los palestinos reconociendo a Israel como un Estado judío. Mi padre no vino a Haifa desde el ghetto de Budapest con el fin de obtener el reconocimiento de Abu Mazen".

Los comentarios de Lapid provocaron las respuestas de los miembros de la Knesset, tanto desde la derecha como desde la izquierda, algunos de acuerdo con él y otros con el Primer Ministro.

Los judíos americanos, creo que es justo decirlo, están confundidos ante ese intercambio y desconcertados por las intenciones de quienes participen en él.

El argumento de Lapid parece mucho más convincente. Como innumerables comentaristas han señalado, Menachem Begin se asombraría y ofendería ante la idea de que el Estado-nación del pueblo judío requiera el reconocimiento de los árabes palestinos, o de cualquier otra persona. El sionismo es el movimiento de liberación nacional del pueblo judío. Surgió para devolver al pueblo judío a la historia. Es, sobre todo, una afirmación de la autodeterminación judía: el pueblo judío, mediante el establecimiento de un estado con una mayoría judía segura en la Tierra de Eretz Israel, determinará su propio destino, libre de los caprichos y los deseos de los demás.

Si el sionismo significa algo, significa que el carácter del Estado judío será determinado por los propios judíos, y por nadie más. Por lo tanto, ¿por qué los líderes de Israel juzgan que los palestinos deben intervenir, refrendando, su definición? ¿Dónde queda pues la autoestima sionista?

Y eso no es todo. A pesar de que pueda ser una táctica de negociación, la demanda de Netanyahu no tiene mucho sentido. El primer ministro parece estar pidiendo una proclamación de intenciones de los negociadores palestinos. Pero si la idea es asegurar la seguridad de Israel, las declaraciones retóricas de este tipo son de poco valor. Sería mucho mejor concentrarse en los aspectos prácticos, tanto militares y demográficos, que garanticen la seguridad de Israel.

Pero como se ha señalado, no siempre está claro lo que el Primer Ministro tiene en mente. A veces parece estar diciendo: mi verdadera preocupación aquí no son las palabras y declaraciones, sino que, los palestinos, abandonen el derecho al retorno.

Sobre este punto, creo que tiene toda la razón. Israel no debería firmar un acuerdo que permitiera a los palestinos que ahora viven fuera de Israel que se les conceda la residencia en el Estado judío. Una solución de dos estados significa que los judíos regresarán a Israel y los palestinos lo harán a Palestina, y este acuerdo sí garantizaría la mayoría judía que Israel, como Estado-nación del pueblo judío, debe tener.

A menudo se sugiere que "un derecho simbólico de retorno" debería permitir que un número limitado de palestinos viniera a Israel, pero el primer ministro parece haber adoptado una línea dura en este punto, y con toda la razón. El problema con un derecho simbólico de retorno es que establecería la legitimidad del argumento palestino en el mismo momento en que dicho "retorno" fuera legítimo para un pequeño número de palestinos. Y si Israel lo admitiera como un principio, no habría razón por la cual, en algún momento del futuro, no sería legítimo ese mismo derecho para muchos más.

Israel deberá realizar concesiones de largo alcance en materia de territorios, pero respecto al derecho de retorno no debe conceder nada. Así pues, el Primer Ministro debe ser aplaudido por traer este tema al primer plano. Aún así, la dificultad existente es que, en sus discursos, el Sr. Netanyahu parece haber fusionado dos argumentos relacionados pero fundamentalmente distintos. Ha exigido con razón que en un posible acuerdo la Autoridad Palestina renuncie a cualquier reclamación sobre un posible derecho de retorno a Israel. Pero ya que tal acuerdo proporcionaría a Israel la mayoría judía natural y segura que requiere, no habría necesidad de otro "reconocimiento" adicional por la parte palestina.

E Israel, una creación del movimiento sionista, no debe pedir ese reconocimiento. Después de todo, hay algunas cosas que los sionistas simplemente no hemos pedimos.

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