Sunday, January 26, 2014

Ariel Sharon: 1928-2014 - Benny Morris- Tablet



Hace algunos años, un fotógrafo le propuso a Ariel Sharon fotografiarlo sosteniendo una oveja. Como el fotógrafo confesó más tarde, uno de los hijos de Sharon, Gilad, quién por entonces le asesoraba, le aconsejó en contra de ello. Pero Sharon, entonces de 70 años, lo pensó por un momento y se mostró de acuerdo. La imagen se convirtió en emblemática: el político flanqueado por los animales, de pie ante el heno y con unas ásperas botas marrones, y con una oveja sobre los hombros.

Sharon aceptó porque le gustaba la imagen de los agricultores en general, a la Cincinnatus, el romano del siglo V a. C. que abandonó el arado para dirigir a las legiones en defensa de la república y luego regresó a su humilde arado. (el “arado” de Sharon, por cierto, no era tan humilde, una finca de mil hectáreas, Havat Shikmim, en el sur de Israel, prácticamente la única de tal envergadura en Israel). También lo hizo porque David Ben-Gurion, el primer ministro fundador de Israel y su gran líder, se fotografió una vez, como es bien sabido, sosteniendo un cordero. Y, por supuesto, porque Sharon era una especie de showman. Durante sus ya legendarias hazañas militares, él se encargó de que le fotografiaran desde todos los ángulos (las fotografías del general Sharon durante la guerra de Yom Kippur de 1973, con una venda blanca enrollada alrededor de la cabeza, también son icónicas).

Pero mientras Sharon se crió en el pueblo agrícola de Kfar Malal, al noreste de Tel Aviv, y le encantaba correr hacia Havat Shikmim, que compró en 1972, la cría de ovejas supuso realmente un pasatiempo, como lo fue la estancia de Ben-Gurion en la zona rural de Sdeh Boker. Las pasiones que consumieron a Sharon a lo largo de sus 85 años de vida fueron el ejército, en el que participó de manera más o menos continua desde 1947 hasta 1973, y la política, que desempeño a partir de 1973 hasta 2006, cuando sufrió una hemorragia cerebral y cayó en coma durante su servicio como primer ministro.

Sharon, tal vez, tenía la esperanza de seguir a Ben Gurion en el rango de los más "grandes entre los grandes", y lo podría haber sido si una enfermedad no hubiera acortado su carrera política. Pero para estar seguros, manifestó su grandeza en el ámbito militar durante sus años en las Fuerzas de Defensa de Israel. Es cierto que en la década de 1970, los cálculos políticos, las faltas disciplinarias y personales habían bloqueado su nombramiento como jefe del Estado Mayor del IDF, ya que siempre fue visto como incontrolable y algo así como un inconformista, suscitando la desconfianza de los poderes fácticos. Pero en sus décadas de servicio, demostró claramente su valía como el mejor comandante de campo del ejército israelí. De 1953 a 1955, primero como líder de la Unidad 101 y luego de los Paracaidistas del Batallón 890, Sharon formó el ethos y la táctica de operaciones de los comandos del IDF. En el 1967, en la Guerra de los Seis Días, Sharon, por entonces un comandante de la división, conquistó brillantemente la compleja fortificación egipcia Umm Katef-Abu Agheila en el Sinaí. En 1970 y 1971, como jefe del  Comando Sur del OC, desarraigó con éxito a los guerrilleros-terroristas palestinos de la Franja de Gaza, una campaña que a menudo involucraba tácticas brutales. (Un jefe de la policía israelí ya retirado me dijo una vez que había sido testigo de cómo Sharon ejecutó personalmente a un terrorista capturado en el patio de la prisión de Gaza). En 1973, superando algunas dudas entre sus superiores, Sharon dirigió el asalto a través del Canal de Suez que cambió el destino de la guerra y que obligó a Egipto, que había puesto en marcha la Guerra de Yom Kipur junto con Siria, a pedir un alto el fuego.

En la política, también, exhibió en varias ocasiones tanto su vertiente inconformista como sus credenciales de bulldozer. Se pusieran las cosas como se pusieran, fueran los que fueran los obstáculos jurídicos y prácticos, a menudo consiguió  hacer las cosas a su manera. Pero su legado político sigue siendo ambiguo en un buen número de niveles.

Un producto del movimiento Laborista, Sharon era un Mapainik de corazón: el Mapai fue el partido socialista pragmático, dirigido por Ben Gurion, que había llevado a la empresa sionista a la condición de Estado y que gobernó a Israel entre 1948 y 1977. Pero en 1973, Sharon abandonó el barco y ayudó al líder del Likud - entonces llamado Gahal - Menachem Begin al poder. Desde finales de 1970 hasta 1990 jugó un papel decisivo en la expansión de los asentamientos israelíes en Cisjordania y Gaza, aunque en el año 1982, como ministro de Defensa de Begin, supervisó eficazmente desarraigo de los asentamientos en el Sinaí como parte de los compromisos israelíes en el tratado de paz Israel-Egipto.

Pero 1982 fue decisivo para la carrera política de Sharon de otra manera. Él planeó y luego llevó a cabo la invasión del sur de Líbano por parte de Israel que culminó con el sitio de Beirut, el desalojo de la Organización de Liberación de Palestina del Líbano y la masacre, por parte de milicianos cristianos libaneses, de varios cientos de palestinos en los campamentos de refugiados de Sabra y Shatila. Sharon fue encontrado en parte responsable de la masacre por una comisión de investigación israelí, siendo expulsado del Ministerio de Defensa y siendo demonizado por la prensa y la opinión pública en Occidente, así como por muchos israelíes.

Sin embargo, durante los años 1980 y 1990, Sharon avanzó en su camino de regreso a la respetabilidad política. Para el año 2001, cuando fue elegido primer ministro al frente del Likud, había reconstruido su imagen que emergía como la de un estadista responsable, con un fondo de experto en seguridad en el que la mayoría de los israelíes podían confiar. Al igual que el ex general Yitzhak Rabin, con quien Sharon disfrutó de muy buenas relaciones a través de las décadas, aquí había un hombre que podría con cautela avanzar hacia la paz, pero del que se podía confiar que salvaguardaría la seguridad de Israel. Su aspecto, sonriente, con sobrepeso, de pelo blanco, una especie de oso de peluche, un hombre que fue fotografiado con sus ovejas, sin duda ayudaba. Lo mismo hicieron las revelaciones ocasionales de ex asesores y secretarios sobre su abundante sentido del humor, su calidez, y sus muchas atenciones personales
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Desde el momento en que asumió la presidencia en el 2001, Sharon mostró la promesa de la grandeza política. A partir de 2002, orquestó la supresión eficaz por parte del ejército israelí de la Segunda Intifada palestina, una rebelión contra la ocupación israelí de los territorios pero también una guerra terrorista contra el propio Israel, que comenzó en septiembre de 2000. Y lo hizo con un coste relativamente bajo en términos de vidas de árabes civiles, ya que mientras que la mayoría de los israelíes asesinados en la Segunda Intifada fueron civiles, la mayoría de los árabes que murieron en la Segunda Intifada fueron militantes y terroristas.

Pero Sharon procedió a continuación - con cierto retraso, según decían los izquierdistas - a girar hacia una conciliación, al parecer bajo la influencia de la Intifada y del reconocimiento de que continuar con el control israelí sobre Cisjordania y la Franja de Gaza conduciría inexorablemente a la aparición de un único estado con una mayoría árabe entre el Jordán y el Mediterráneo, un resultado que necesariamente significaría el final del sueño sionista de un Estado judío democrático.

En el verano de 2005, orquestó la retirada unilateral israelí de la Franja de Gaza, lo que significaba no sólo la retirada de todas las tropas, sino también el desarraigo políticamente desafiante y psicológicamente traumático de una docena de asentamientos judíos. (además, cuatro asentamientos del norte de Cisjordania fueron evacuados). Sharon perdió abruptamente su base de apoyo en el Likud por lo que en noviembre de ese año, al tiempo que ejercía de primer ministro, creó un nuevo partido político centrista, el Kadima. La mayoría de los observadores, y sus opositores de derecha, creían que Sharon también pretendía, en ausencia de un acuerdo de paz con los palestinos, realizar una completa separación de los palestinos mediante la retirada unilateral de la mayor parte de Cisjordania.

Sharon creció con una instintiva y esencial desconfianza hacia sus vecinos árabes de Kfar Malal, después de todo, en 1921, unos años antes del nacimiento de Sharon, quemaron ese moshav. Como adulto, Sharon extendió poco a poco esta desconfianza hasta abarcar a "los árabes" en general. De hecho, en 1978, votó en contra del gabinete en los preliminares del acuerdo de paz entre Israel y Egipto, un acuerdo negociado entre el primer ministro Menachem Begin - con la ayuda de los ex generales Moshe Dayan y Ezer Weizmann - y el presidente Anwar Sadat. (En el voto decisivo, en la Knesset, en 1979, Sharon votó ""). Y en la década del 2000 tenía pocas esperanzas de que los árabes palestinos bajo Yasser Arafat, y luego bajo Mahmoud Abbas, consintieran jamás la existencia de Israel o firmaran un tratado definitivo de paz con el Estado judío.

Por lo tanto, como parte de su política de "separación", procedió a construir una barrera de seguridad entre la "vieja" Israel - es decir, el Israel de antes de 1967 - y la Ribera Occidental. Tal retirada detrás de la barrera de seguridad habría dejado a los palestinos en posesión de aproximadamente el 90% de Cisjordania, aunque también habría dejado el problema de decenas de asentamientos israelíes "varados" dentro de territorio palestino. No está claro cómo Sharon pretendía hacer frente a este problema o cómo pensaba que iba a vencer la resistencia inevitable del sector derechista. En cualquier caso, su ataque cerebral dio al traste con esta posibilidad.

Cuando Sharon desapareció de la arena política, en enero de 2006, ambos, extremistas palestinos y judíos se regocijaron. Pero hubo un sentido real de shock, de tristeza y de pérdida entre la mayoría de los israelíes, que sentía - probablemente con razón - que era la única figura política dispuesta y capaz de sacar – liberar – a Israel de Cisjordania, y por lo tanto capaz de cambiar el curso de la historia del país, y que esa posibilidad había desaparecido. Su fallecimiento real, después de ocho años en coma, se da en una situación de anti-climáx. Lo que viene a continuación, para israelíes y árabes, y para todos los demás, incluyendo a los estadounidenses, es una incógnita.

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