Saturday, March 01, 2014

Sorpresa, sorpresa: El editor de Economía del Haaretz dice que los "boicot son fruto de la imaginación de los medias" - Algemeiner



En una reciente artículo de opinión en el Wall Street Journal, David Rosenberg, editor de economía y columnista de la edición en inglés del diario Ha'aretz, afirmó que el actual boicot de Israel "no es más que una criatura de la imaginación de los medios de comunicación".

"La verdadera historia es que después de casi 10 años de campaña, el movimiento global BDS ( boicot, desinversión y sanciones) no ha tenido el más mínimo impacto económico", escribe Rosenberg.

"Sus victorias han consistido engatusar a un puñado de estrellas del rock y del pop y a algunos académicos para que cancelen sus apariciones en Israel, además de obtener unas vacías y santurronas declaraciones de apoyo de gobiernos estudiantiles, de cooperativas solidarias y de grupos religiosos izquierdistas".

"A pesar de los gritos de boicot, las exportaciones de Israel siguen creciendo y el país está atrayendo una gran inversión extranjera", continua Rosenberg.

"En las semanas en las que Israel estaba supuestamente bajo el asedio de los boicot, Japan's Rakuten acordó comprar la start-up Viber por 900 millones de dólares y Ireland's Covidien sellaba un acuerdo para comprar Given Imaging por 860 millones de dólares".

"China Bright Food está en conversaciones para comprar y controlar al mayor fabricante de alimentos de Israel, Tnuva, e IBM, Lockheed -Martin y ERM han anunciado planes para abrir centros de investigación y desarrollo en Israel. El Estado judío se ha convertido en el primer miembro no europeo del consorcio de investigación nuclear CERN y ha sido admitido como observador en la Alianza del Pacífico, una organización de libre comercio de los cinco países de América Latina" .

En su artículo de opinión, Rosenberg explicaba que gran parte del reciente ruido producido por los partidarios del BDS proviene de su extrapolación a supuestas posiciones "anti-Israel" de unas decisiones lo más mundanas posibles por parte de empresas europeas, ya que esos supuestos "boicot de Israel" fueron en realidad más bien ajustes de carteras o bien la limitación de su interacción con Israel en una actividad determinada, mientras aún se mantienen activos en otras.

"La emoción, sin embargo, provoca más emoción, y para Israel, que ya soportó auténticos boicots en la década de 1970, el fantasma de que eso pueda regresar es lo que le lleva a centrarse en los medios de comunicación, y a dar más bombo al asunto".

"Para los medias occidentales, el boicot y toda la carga ideológica que lleva consigo, hace que sea un tema irresistible", afirma Rosenberg. "Incluso en Israel, el boicot es una historia demasiado persuasiva y atractiva para que los hechos se interpongan en su camino".

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