Sunday, May 25, 2014

Los corruptores de entre nosotros - Dror Eydar - Israel Hayom



1.- Un hombre y sus debilidades: A veces leo el Haaretz por curiosidad. Ciertas partes del periódico poseen un elitismo cultural que me atrae. Otras partes, sin embargo, contienen puntos de vista que deben ser debatidos. Pero, con mucho, las partes más interesantes son sus artículos y reportajes que revelan cuán loco ha sido el pueblo judío a lo largo de los siglos. Con cada generación y con sus respectivos “auto-odiadores”.

Como firme creyente en la libertad de expresión sostengo que el Haaretz tiene todo el derecho a existir y difundir sus puntos de vista, incluso los puntos de vista de Sefi Rachlevsky, por ejemplo, que bien podría ser un miembro de la fanática secta ultra-ortodoxa de los Naturei Karta, eso sí, vestido con ropa secular. Él utiliza las mismas expresiones santurronas de superioridad, y al igual que ellos, rechaza la democracia y la libertad de expresión como una prioridad de la mayor importancia. Uno podría suponer que, llegado al poder, nos colocaría a la mayoría de nosotros en campos de reeducación.

Por lo tanto, no me sorprendí al leer como Rachlevsky atacaba a otro columnista del Haaretz, Gideon Levy (de entre toda la gente) por escribir un artículo de opinión en defensa del derecho del Israel Hayom a existir. Para descrédito de Levy, lo hizo con los labios fruncidos y con una expresión de disgusto, como esa gente tan moral de su especie suele hacer. Pero él al menos tuvo la amabilidad de permitirnos continuar existiendo. Muchas gracias por eso. Me he enterado de que Levy está suscrito a Israel Hayom, y se le ha oído decir que nos prefiere al Yedioth Ahronoth.

En caso de que usted no lo sepa, Rachlevsky se ha nombrado a sí mismo el defensor del periodismo libre, y se describe como "la última defensa contra el fascismo racista y el canibalismo capitalista" (uno de los mantras que tan a menudo repiten los fanáticos de izquierda). Por lo tanto, apoya la legislación dirigida a silenciar al Israel Hayom. Qué sorprendente.

Afortunadamente para Gideon Levy, él no fue criado en los campos fragantes donde el asno del falso profeta Rachlevsky [N.P.: alusión a un libro de Rachlevsky donde, simulando un conocimiento de la erudición religiosa judía que como se demostró no poseía, trataba de avisar del peligro que conllevaba para los seculares israelíes el incremento del sector religioso, el cual utilizaría al sector secular como ese asno sobre el cual entraría en Jerusalén el Mesías]. En el caso de Levy, el principio de la libertad de expresión parecía dominar su tendencia natural a silenciar las voces que difieren de la suya, una tendencia tan común entre los miembros de la clase socio-político que también representan Levy y Rachlevsky. Pero la libertad de expresión no podrá ganar con Rachlevsky. Es un miembro más de ese grupo de charlatanes pomposos de la izquierda, tan lleno de veneno que le corroe desde dentro, cuyos artículos proporcionan una excelente información sobre el discurso de esos archiconocidos progres ociosos que se sienten dramáticamente superiores al israelí de la calle.

2.- Y aun así, valdría la pena traer a colación de nuevo el tema de los ataques de “price tag”. Justamente entre nosotros (habla del sector favorable a los asentamientos). A pesar de que los ataques de “price tag” no constituyen terrorismo estrictamente hablando, y consisten principalmente en daños a la propiedad y nada más, el daño público e internacional que causan es inconmensurable. Hasta ahora la mayoría de los autores de estos ataques no han sido capturados. ¿Y por qué sucede eso? Soy muy consciente de las evidencias y de que algunas de ellas parecen indicar que algunos de estos ataques contra propiedades palestinas parecen ser obra de los propios palestinos, pero también sé que hay figuras corruptas entre nosotros.

En mis artículos anteriores he argumentado que, además de la injusticia moral, el supuesto básico que motiva los ataques de los “price tag” es la idea equivocada de esa población marginal del movimiento pro-asentamientos de que así podrá lograr un equilibrio de disuasión con el Estado. Obviamente esta idea es un caso de estúpida arrogancia, tal como la destrucción y evacuación de Gush Katif en 2005 demostró. Si el Estado debe decidir, Dios no lo quiera, evacuar más asentamientos, su decisión se llevará a cabo sin remedio.

Otro punto importante fue señalado por Amnón Lord en Makor Rishon. Él escribió que los incidentes de “price tag” no sólo no genera disuasión, sino que en realidad tienen el efecto contrario: vuelve la idea de evacuar asentamientos más aceptable para el público israelí. Amnón Lord ha apodado a estos perpetradores de los “price tag” como el sobrenombre de "vándalos útiles" que sirven los intereses de fuerzas externas. Cada ataque de “price tag”, que por cierto no podría preocupar menos a los palestinos, se hincha hasta alcanzar proporciones gigantescas en los medios israelíes y globales, lo que socava la legitimidad de la empresa de los asentamientos y sabotea su imagen como un cinturón de protección física y moral que protege el corazón de Israel.

Es gracias a este condicionamiento de la opinión pública israelí que el escritor Amos Oz fue capaz de realizar ese despreciable comentario que equiparaba a "estos autores de crímenes de odio" a "hebreos neo-nazis". Muy mala elección. Todos hemos condenado a Oz por decir eso, y lo hemos reprobado con nuestras palabras habladas y escritas. Pero gran parte de los medios de comunicación que desprecian los asentamientos en Judea y Samaria, y que están ansiosos por deslegitimarlos (y existe una correlación clara entre la deslegitimación de Israel en los medios de comunicación mundiales y la deslegitimación de los asentamientos en ciertos medios israelíes), han dado la bienvenida a estos arrebatos de Amos Oz con los brazos abiertos. Estas observaciones anidan profundamente en la conciencia del público y legitiman la próxima evacuación calamitosa. Que se lo piensen dos veces.

3.- Esta semana Israel celebra el 47 aniversario de la liberación de Jerusalén. No hace mucho tiempo visité el Santuario del Libro (un ala del Museo de Israel en Jerusalén). Me puse delante de los manuscritos del Libro de Isaías junto a unos cristianos estadounidenses que tienen un amor especial por Israel. Ellos se sorprendieron de que yo fuera capaz de leer un pergamino de 2.000 años de antigüedad. Ellos me pidieron que les leyera algo para ellos.

Un verso en particular se destacó para mí: "Alegraos con Jerusalén, y gozaos con ella, todos los que la amáis; llenaos con ella de gozo, todos los que estáis afligidos por ella" (Isaías 66:10). Después de traducidas estas palabras, pronunciadas en el siglo VIII a. C., les expliqué que nuestros sabios, que vivieron después de la destrucción del Segundo Templo, entendieron este versículo en el sentido de que "todos los que lloran a Jerusalén llegarán a ver su alegría".

¿Durante cuánto tiempo se ha mantenido este voto de los judíos: "Si me olvidare de ti, oh Jerusalén, que pierda mi diestra su destreza, que mi lengua se pegue a mi paladar, si de ti no me acuerdo" (Salmos 137:5)? Y somos nosotros los que vivimos para ver la realización de las palabras de consuelo de Zacarías: " Los ancianos y las ancianas se sentarán de nuevo en las plazas de Jerusalén, cada uno con su bastón en la mano, a causa de sus muchos años. Y las plazas de la ciudad se llenarán de niños y niñas, que jugarán en ellas" (Zacarías 8:04).

Feliz Día de Jerusalén.

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