Saturday, June 07, 2014

¿Existe alguna posibilidad de defender el desafortunado discurso de Yehoshua? - Shmuel Rosner - Jewish Journal


Krauss, Rosner y Yehoshua (demostrando que, de los "tres tenores" (Grosman, Oz y Yehoshua), es el que más cosas tiene que decir, y el más políticamente incorrecto por fortuna)

Yo no tenía la intención de escribir sobre mi evento nocturno con los escritores AB Yehoshua y Nicole Krauss. Mi papel durante esa noche fue secundario. Me pidieron que moderara una conversación entre estos dos escritores como uno de los aspectos más destacados del Festival de Escritores en Jerusalén la semana pasada. Y estaba muy claro que yo no estaba allí por mis excepcionales habilidades literarias - yo no soy ni un novelista (todavía no), ni un editor de prosa, ni siquiera un crítico -. Yo estaba allí para hablar sobre el mundo judío, o más bien hacer que los dos distinguidos escritores hablaran de sus visiones del mundo judío.

Yo no tenía la intención de escribir sobre esta noche porque me sentía incómodo. No es que la gente no hubiera estado afortunada - a juzgar por el número de risas y aplausos, y por el número de personas que se dirigieron a mí por teléfono o correo electrónico para comentar ciertos aspectos, habría sido una noche de éxito -. Una noche inolvidable. Sin embargo, no estoy seguro de que fuera memorable por las razones correctas: Tengo la sensación de que la mayoría de los asistentes la recuerdan como una "demostración de la combativa y violenta franqueza israelí". Tengo la sensación de que la mayoría de los asistentes la recordarán como una noche donde hubiera sido mejor que dicha franqueza hubiera estado ausente. Algunos de los israelíes me dijeron que se avergonzaron.

Así que iba a dejarlo pasar, pero me di cuenta de que pasar de lado no sería posible. Había demasiados periodistas y escritores en el acto - era realmente una gran tienda de campaña - que iban a escribir sobre lo sucedido de todos modos. Dos de ellos me llamaron en los últimos días para hacerme preguntas. Otro, Reuven Namdar, escribió sin llamar.

En el Tablet, apareció una corta descripción del "drama" acontecido. He aquí una descripción de lo que Yehoshua le dijo a Krauss y cómo ella esquivó elegantemente sus provocaciones:
"Lo que está pasando aquí en Israel es el judaísmo real. Ya no vivimos más a través de los textos, los textos no tienen ningún significado" comentó Yehoshua. "Nosotros sí vivimos en la realidad". Krauss, sorprendida, culpó al traductor: "Estoy segura de que en realidad no dijo textualmente que los textos no tienen ningún significado. La traducción debe haber sido equivocada. No creo que eso sea realmente lo que haya dicho". Más tarde se negó a morder el anzuelo explicando pacientemente a Yehoshua que hay más judaísmo que sólo el sionismo. 
Namdar también estuvo en el acto de los escritores. Puedo dar fe de ello porque hablamos brevemente justo minutos antes de que comenzara. Namdar es un escritor israelí con sede en Nueva York y cuyos detalles biográficos podrían ser relevantes. La última novela de Namdar cuenta la historia de un profesor judío americano que está atormentado por las visiones de Jerusalén y del Templo sagrado. El carácter que Namdar describe, un tal Andrew Cohen, es, también el de un Cohen, es decir, un descendiente de la clase sacerdotal de Jerusalén. En definitiva: Namdar es una persona que vive entre los mundos de Israel y de la Diáspora, y es un autor preocupado por temas como la nacionalidad judía, la religiosidad, la continuidad. Que su juicio sobre la actuación de Yehoshua en el Festival de Escritores haya sido muy duro no es una gran sorpresa:
Entre los numerosos encuentros agradables entre escritores israelíes y sus homólogos en el extranjero, una interacción desagradable se destacó. Fue una conversación protagonizada por A.B. Yehoshua y la joven y exitosa escritora judía estadounidense Nicole Krauss. Yehoshua desencadenó, sin ninguna provocación de la sonriente y afable Krauss, un fanfarrón ataque frontal sorprendentemente grosero con su interlocutora.
Namdar tiene razón: Yehoshua fue agresivo. Y llegó a ser también irrespetuoso. No creo que fuera su intención ser grosero. Pero, teniendo en cuenta que este incidente fue precedido por otros incidentes similares, probablemente hay algo que simplemente no entienda Yehoshua acerca de la forma correcta de comportarse en tales ocasiones. Mientras él hablaba con una elegante y muy americana autora más joven - es decir, una contraparte mucho más cortés -, Yehoshua le dijo directa y bruscamente a la cara que la verdad no estaba ni mucho menos de su parte. Y esta es una forma suave de retratar su conducta.

Yehoshua, en algún momento, le dijo a Krauss que estaba utilizando "clichés", y esa fue la única ocasión, según creo, en la que ella se mostró realmente sorprendida por su estilo brutal. Pero en realidad, todos estábamos utilizando algún cliché, y para el caso, bastantes viejos y obsoletos clichés. Ese cliché de "un israelí que se reúne con un judío americano”. De haber sido una parodia humorística sobre los israelíes y los judíos estadounidenses de los años setenta, todos podríamos habernos reído con ella, sintiéndonos mejores y más sofisticados que nuestros antiguos yo. Si hubiera sido una descripción satírica de la clase dirigente israelí en su intento de convertir a los judíos estadounidenses para que fueran más sionistas, todavía podríamos sentir alegría mientras secretamente teníamos la esperanza de que, incluso hoy en día, el establishment de Israel tenía una comportamiento más elegante (lo que de hecho es cierto).

Pero ese no era el contenido de la sátira. Ésta fue la de un gran autor israelí metiendo la pata, y no porque él no expresara algunas verdades dignas de consideración. Sin embargo, Namdar y otros no han juzgado a Yehoshua con justicia, ya que han mezclan su estilo y el contenido.
El ataque de Yehoshua estaba errado y sus argumentos eran infundados... Él rechazó totalmente la posibilidad de llevar una auténtica y significativa vida judía fuera de las fronteras de este país (Israel), aferrándose al paradigma bengurionista sionista. Él rechazó de un manotazo toda la literatura judía no israelí... 
No estoy de acuerdo. El ataque de Yehoshua fue demasiado agresivo y por eso resulta indefendible. Pero no se confundan. De hecho, él tiene una visión del mundo bien elaborada. Y no es una visión del mundo que Namdar pueda aceptar. Tampoco es una visión del mundo que aprecie realmente la multitud sofisticada en Mishkenot Shaananim. Pero es una visión del mundo. Yehoshua cree que "vivir la judeidad en Israel significa vivir el judaísmo más completamente", una idea que ha estado defendiendo desde hace bastante tiempo, y de una manera que parece molestar a esa audiencia a la que no les gusta lo que dice:
La identidad judía en Israel, lo que llamamos la identidad israelí (a diferencia de la ciudadanía israelí, que es compartida por los ciudadanos árabes que también viven en la patria común, a pesar de que su identidad nacional es palestina), esta identidad judeo-israelí, tiene que lidiar con todos los elementos de la vida a través del marco vinculante y soberano de un Estado territorialmente definido como judío. Y por lo tanto, la extensión del alcance de la judeidad en su vida es infinitamente más pleno, más amplio y más significativo que la judeidad de un judío americano, cuyas más importantes y significativas decisiones diarias y vitales se realizan dentro del marco de su nacionalidad o ciudadanía estadounidense (y de una cultura no judía). 
Su condición judía (la de judío americano o de la díaspora) es voluntaria y deliberada, pudiendo calibrar su tono de acuerdo a sus necesidades (su judeidad no es tanto vital sino interesada o delimitada por las circunstancias). 
Muchos israelíes estarían de acuerdo con Yehoshua. Muchos judíos estadounidenses no lo estarían. Eso es obvio. También es obvio que ningún israelí debe realizar esa afirmación de una forma que resulte agresiva e irrespetuosa. Cuando Yehoshua defiende su visión de una manera maleducada no sirve a un objetivo que yo pueda entender o pueda identificarme con él. Se aleja de los judíos estadounidenses, y también de paso, de un buen número de israelíes, en lugar de tener una conversación fructífera con ellos. Eso es indefendible.

Pero también voy a tratar de decir algo en defensa de Yehoshua.

Cuando gente que sostiene la visión de Krauss y Namdar critican a Yehoshua, "su tarea siempre será la más fácil, ya que su visión del mundo es la que está de moda". Yehoshua suena como una voz del pasado, mientras que el sonido de las voces de Krauss y Namdar "aparenta ser la voz del futuro". Yehoshua suena como una especie de dinosaurio, mientras que el sonido de Krauss y Namdar resulta "urbano y elegante". Da la casualidad de que yo tiendo a estar más de acuerdo con su punto de vista sobre muchas de las cuestiones objeto de controversia, y me siento más incómodo con el "sionismo con esteroides" que despliega Yehoshua.

Tal vez por eso siento el deseo de utilizar unas cuentas buenas palabras en defensa de Yehoshua aún cuando se portara mal: "Porque él ha tomado sobre sí la tarea más chirriante y menos urbana y elegante de expresar, una visión del mundo que ni siquiera está un poco de moda. Él es el que ahora corre el riesgo de convertirse en blanco de burlas y escarnio, y sin embargo, él no está dispuesto a dejar que eso disminuya su pasión por su punto de vista. Esta es una posición muy encomiable para un autor".

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