Mientras el Haaretz celebra su pretenciosa "conferencia por la paz", más de la mitad de Israel bajo la amenaza de los cohetes de Hamas, desde Beersheba al Gran Tel Aviv. De momento sin bajas civiles - Debka

Los primeros cohetes de Hamas fueron despedidos o interceptados la noche del martes, 08 de julio, sobre Jerusalén, Tel Aviv, Rishon Lezion, Guivatayim, Raanana, Cesárea y Yavne, así como del sur de las ciudades israelíes. No hubo víctimas, pero una casa fue alcanzada en el norte de Jerusalén. Más allá de disparar docenas de cohetes, Hamas también hizo varios intentos este martes 08 de julio de introducir a terroristas dentro Israel para que realizarán ataques. Un comando naval de Hamas intentó en la tarde llegar a tierra desde el mar cerca de la playa de Zikkim, en Ashkelon, pero fueron repelidos por un guardacostas del IDF. Más tarde, otro grupo de terroristas intentó colarse en Israel a través de un túnel que pasaba bajo el cruce de Kerem Shalom. Fueron descubiertos cuando hubo un estallido en el túnel cerca de un puesto militar israelí. Una gran unidad del ejército israelí apoyada por tanques pasó todo el área bajo fuego para derruir la red de túneles ocultos que sirven a Hamas para transportar secretamente a terroristas a lugares civiles en Israel. A las personas que viven allí se les dijo que se quedaran en casa y cerraran sus puertas.

Una amplia búsqueda continúa en la zona costera de Ashkelon por si algunos de los terroristas de Hamas llegaron a tierra. Las carreteras locales están bloqueadas.

Durante el día, el primer cohete de Hamas sobre Tel Aviv fue destruido en el aire por una batería del Cúpula de Hierro tras recorrer el sur y el centro de Israel.

Preveyendo estos ataque, los refugios públicos se abrieron en Tel Aviv, las playas a lo largo de la costa sur mediterránea y hacia el norte fueron limpiadas de bañistas, y el aeropuerto Sdei Dov se ha cerrado. Las llegadas y salidas de vuelos internacionales en los aeropuertos de Ben Gurion y Eilat fueron llevados fuera de horario para privilegiar los vuelos de la Fuerza Aérea de Israel contra Hamas en la Franja de Gaza.

El IDF ha convocado a otros 40.000 reservistas este martes 08 de julio, después de que el primer ministro Binyamin Netanyahu ordenara la ampliación de la Operación Roca Solida contra los ataques palestinos con cohetes, unos 100 a media tarde. Esto fue después de que Israel llevara a cabo decenas de ataques aéreos durante la noche del lunes, que culminó durante el día en los ataques en los que murieron cinco miembros principales de Hamas: su jefe del Comando Naval Mahmoud Shaaban, de 24, y tres pasajeros que murieron cuando su coche fue golpeado desde el aire. Otra incursión aérea bombardeó la casa en Rafah de Abdul Rahman Juda, la cual servía como centro de mando y control. Treinta palestinos resultaron heridos.

La Magen David Adom ha tratado en Israel a nueve personas por heridas leves y ataques de ansiedad de los centros de llamadas de emergencia de las regiones del sur y del centro de Israel, tras el ataque de cohetes.

La alta intensidad de cohetes ofensiva procedentes de Gaza, ahora en su cuarta semana, ha perturbado gravemente la vida normal para millones de israelíes en las regiones que sufren principalmente dichos cohetes, especialmente en un radio de 40 kilómetros desde Gaza. El puerto de Ashdod ha dejado de funcionar, las principales rutas de transporte como el ferrocarril Ashkelon-Sderot se ha detenido, los exámenes finales en los colegios de la zona han sido postergados, y los niños han sido enviados a casa desde los campamentos de verano y los eventos sociales son trasladados fuera.

DEBKA informaba a principios del martes que Israel finalmente había lanzado su operación militar contra Hamás (Operación Roca Solida) la noche del lunes 07 de julio, después de que los palestinos dirigieran un flujo constante de 100 cohetes desde Gaza hacia objetivos ampliados israelíes como Rehovot, a 50 km. La mayoría de los ataques de los 50 ataques del IDF se llevaron a cabo desde el aire y dos del mar. 10 de ellos destruyeron instalaciones de infraestructura de Hamas, además de 4 edificios privados que, de acuerdo con los palestinos, incluían los hogares de un comandante de Hamas y un operativo de Frente Democrático en Jan Yunis, después de que Israel les diera una advertencia previa. Hamas informó de 17 heridos, pero siguió disparando cohetes a lo largo de la noche y la madrugada del martes, amenazando con ampliar aún más el alcance de su lanzamiento de cohetes.

El gobierno y el ejército israelí han catalogado su operación como a largo plazo, una ofensiva que buscará destruir la infraestructura logística y estratégica de Hamas, que será escalonada etapa por etapa, según sea necesario, hasta una incursión terrestre limitada, lo que requeriría un llamamiento adicional de reservistas y asesinatos selectivos. Esta progresión se ajustará a la respuesta del enemigo y a la prontitud "con que se restaure la tranquilidad en el sur".

La población ha sido advertida de que la operación puede ser prolongada y pidió que se abstengan de actos públicos en un radio de acción de 40 kilómetros desde Gaza.

Las baterías de la Cúpula de Hierro ya están en su lugar.

El gabinete de seguridad de Israel y el comando deI IDF están contando con la posibilidad de golpear duramente su infraestructura para disuadir a Hamas y persuadirle de detener su guerra con cohetes contra Israel.

Pero Hamas tiene su propio libro de jugadas y es poco probable que asuma las reglas del juego impuestas por Israel.

Por ello, ambas partes han entrado en una zona oscura en el que los dos adversarios tratan de superarse los unos a otros en daños. Israel comenzó limitándose a los ataques aéreos. Hamas respondió con una poderosa andanada de 100 misiles y la ampliación de su gama de objetivos.

Las reglas de la Operación Roca Solida ahora requiere que Israel amplíe su respuesta a la siguiente etapa, en respuesta a la cual Hamas, sin duda, atacará Tel Aviv. Nadie parece saber cómo acabará este duelo.

La debilidad inherente en la idea que sostiene la operación militar israelí es que requiere que el IDF se ponga al día y deshaga el daño causado por la pasividad de Israel después de que los tres chicos, Gil-Ad Shaer, Naftali Fraenkel y Eyal Yifrach, fueran secuestrados y asesinados. La campaña del ejército israelí contra sus instalaciones en Cisjordania dejó a Hamas más segura que nunca. En el espacio de un mes, los islamistas palestinos han manipulado a Israel para que tuviera que lanzar no una, sino dos grandes operaciones: Guardián de nuestros Hermanos, para encontrar a los adolescentes secuestrados y a sus secuestradores (que todavía están en libertad) y ahora la Operación Roca Solida, y donde Hamas todavía parece mantener la iniciativa contra Israel, así como la sartén por el mango dentro del ámbito palestino.

Ciertamente deben su ventaja en parte al atroz asesinato por un puñado de jóvenes israelíes del adolescente palestino Muhammad Abu Khdeir en Shuafat, Jerusalén. Este fue un regalo con el que Hamas nunca había soñado. Los islamistas han sido capaces de ejercer su control para calibrar la furia palestina en todos los ámbitos, en Gaza, la Ribera Occidental y la comunidad árabe-israelí. Un segundo frente contra Israel
Con todas estas cartas en su contra, la Operación Roca Solida del ejército israelí tendrá que hacer un gran trabajo para reparar los daños y tener una conclusión exitosa.

En el frente diplomático, Israel sufrió otra decepción cuando el presidente egipcio, Abdel-Fattah El-Sisi, decepcionó las esperanzas del primer ministro Binyamin Netanyahu, que le confirió a interceder poderosamente con Hamas para un alto el fuego. El-Sisi decidió que el conflicto entre Israel y Hamas era un episodio menor en términos regionales y que no era una amenaza real para los intereses nacionales de Egipto, y dejó caer su papel como agente de paz.

Esta fue una amarga decepción para Jerusalén. No sólo dejó a Israel frente al agresor palestino, sino ante los europeos. Los europeos están dispuestos y deseosos de asumir este papel, pero también están buscando restaurar la reconciliación palestina de corta duración y un gobierno de unidad, que es precisamente lo contrario que desea Netanyahu.