Wednesday, September 17, 2014

La actitud de los insumisos de la Unidad 8200 no es ni “vergonzosa ni valiente” - Shmuel Rosner - Israel Hayom



Israel es un hervidero - al menos hasta el próximo titular monopolice la atención popular – con la carta de 43 reservistas de la Unidad de Inteligencia Militar 8200 donde manifestaban su negativa a servir en el ejército debido a…, bueno, aquí comienzan las complicaciones. Hay toda una gama de razones que mencionan los reservistas [N.P.: Una aclaración inicial, el último de estos reservistas que cumplió con su servicio en la reserva lo hizo en el 2009. Es decir, no existe una “razón de urgencia” para anunciar la mencionada negativa a servir. Tras cinco años sin ser llamados a servir, el tono propagandístico domina sobre el “carácter moral”].

Naturalmente, esta historia es una gran ayuda propagandística para todos aquellos que se oponen a las acciones de Israel. Legitima muchas de las afirmaciones hechas en contra de Israel. También es el tipo de historia que tiende a ser tomada fuera de toda proporción. Estos 43 reservistas sirven en una unidad donde han servido muchos miles de israelíes [N.P.: de hecho, existe otra carta unos 200 reservistas de dicha unidad que critican las razones de sus ex compañeros y se declaran prestos a servir nuevamente cuando así sean requeridos].

Es bastante razonable esperar que dentro de una unidad militar tan grande exista un número de personas que se hayan sentido desilusionados con la misión que desempeñan o con su ejecución. Es razonable esperar que al menos esas personas que apoyan otro tipo de políticas para Israel, lo más probable es que puedan sentirse incómodas con su misión. Así, cuando Israel pondera la evacuación de colonos residiendo en puestos de avanzada, tiene que hacer frente a algunas negativas a la hora de colaborar en dicha evacuación. Y cuando Israel mantiene el control de los territorios ocupados, también tiene que hacer frente a la negativa de ciertas personas a la hora de servir allí.

Y cuando esa negativa proviene de los niveles más altos del ejército o bien de las unidades militares más prestigiosas, más ruido se hace. Una carta de rechazo firmada por oficiales y pilotos de la fuerza aérea – una de las “joyas de la corona - es más sexy que una negativa a servir de unos lugartenientes del Cuerpo de Blindados. La negativa a prestar los servicios por parte de antiguos miembros de la prestigiosa unidad 8200 es más sexy que una negativa de intendentes militares.

En medio de toda la publicidad (que pronto terminará), aquí hay algunos puntos a tener en cuenta acerca de la carta:

- Se trata de política

La recopilación de datos de inteligencia es un asunto sucio, y sin embargo se trata de un trabajo necesario. Se trata de decisiones dudosas y acciones moralmente cuestionables. Estos reservistas no pueden seguir con esa tarea porque se oponen firmemente a las políticas actuales de Israel. Si hubieran pensado que no hay otro camino que el de continuar con la ocupación, o bien pensaran que esos territorios son de Israel, su misión habría tenido más sentido para ellos y su conciencia se hubiera sentido menos contaminada por el tipo de cosas que tenían que hacer (invadir la privacidad de individuos palestinos, entregar información sobre objetivos de un posible asesinato, etcétera). La frustración que sienten es comprensible: es mucho más difícil hacer el trabajo sucio cuando el objetivo parece inmoral. El daño que pueden hacer puede ser real: puede ser que haya algunas unidades del IDF - no como una cuestión de inclinaciones políticas, sino por pragmatismo: ahorrarse escándalos o posibles dolores de cabeza posteriores – que empiecen a tener en cuenta las inclinaciones políticas de los candidatos que deseen servir en esas unidades.

- Se trata del uso adecuado del poder

Algunas de las afirmaciones realizadas por estos reservistas son preocupantes. Cuando los militares dan mucho poder a jóvenes de 18-19 años siempre existe el peligro de que estos jóvenes lo usen de manera inapropiada. Los reservistas afirman, por ejemplo, de grabaciones en secreto de actos sexuales de sospechosos palestinos, a los que algunos soldados de la unidad espiaban por diversión. Si eso es cierto, no resulta divertido y la gente involucrada debería ser disciplinada. Los reservistas también afirman que Israel utiliza la información sobre las necesidades médicas de los palestinos, o bien sobre su orientación sexual, para chantajearlos y obtener así información. Esto suena aún peor, pero en realidad es más fácil de defender como un medio muy desagradable, pero inevitable, de conseguir información de inteligencia crucial.

- La acción de estos reservistas no es ni "vergonzosa" ni "valiente"

El líder laborista opositor, Yitzhak Herzog, quien es un oficial de la reserva de la Unidad 8200, ha usado unas palabras muy duras en su reacción de rechazo a la carta. "Me opongo a la negativa a servir y estoy totalmente indignado por ella". Esto demuestra cuan lejos están de la corriente principal de la opinión pública israelí están los firmantes de la carta. Sin embargo, no encuentro su acción repugnante o vergonzosa. Creo más bien que resulta una acción infantil e idiota. De hecho, no va a contribuir demasiado en hacer avanzar cualquiera de los objetivos de los firmantes - si es que realmente tienen alguna meta y no se trata solamente de provocar el escándalo y favorecer las críticas a Israel. Por lo tanto, la mayoría sana de Israel se opone claramente al sentido de la carta, sin reaccionar histéricamente al respecto [N.P.: ¿Una búsqueda de popularidad o “prestigio” dentro de los círculos izquierdistas con acciones a la moda al estilo Wikileaks o Snowden?]

La minoría que les apoya, por el contrario, debería dejar de llamar a los firmantes unos "valientes" por su acción. Ya fuera su intención o no, la carta alimentará la patología de los críticos y enemigos de Israel. Y en cualquier caso, a juzgar por lo sucedido con anteriores cartas similares, resulta bastante dudoso que los firmantes vayan a pagar cualquier precio por su acto: ser “liberados” de servir como reservistas en su unidad no puede ser denominado un "precio a pagar".

- No es convincente

Si el objetivo es que Israel ponga fin a la ocupación a causa de una carta firmada por 43 reservistas, su objetivo no es muy realista. Si los israelíes - por razones buenas o malas - creen que su seguridad depende de controlar los territorios (o si creen que los territorios deben formar parte de un Gran Israel), las acusaciones presentadas no son lo suficientemente convincentes como para cambiar su punto de vista. El hecho de que el mantenimiento de la ocupación no sea ni fácil ni color de rosa, no supone para nadie una gran sorpresa. Que Israel utiliza toda una variedad de medios para prevenir el terrorismo palestino - y posiblemente también en su lucha política contra los dirigentes palestinos - es también algo que se sobreentiende, aún si resulta desagradable.

Si el objetivo es hacer que la unidad 8200 revise sus procedimientos, la carta podría tener cierto éxito, pero esto podría haberse logrado con mejores y más discretas maneras.

Es por eso que muchos israelíes parecen sospechar que la motivación detrás de la carta es en realidad buscar el “desprestigio de Israel” [N.P.: para por esa vía provocar una reacción contraria interna, pero sobre todo externa] -, y que incluso si los firmantes tuvieran otras motivaciones, el impacto más probable de la carta es manchar a Israel.

- Mata a la izquierda israelí

La semana pasada escribí mucho sobre las razones por las que la "izquierda" israelí tiene auténticos problemas en Israel. Su incapacidad para conectar con la mayoría de la opinión pública de Israel se ha visto demostrada una y otra vez en las elecciones y en los debates sobre las políticas de Israel.

La carta de rechazo es a la vez una consecuencia de este problema - los reservistas, frustrados, han sentido que no tenían más remedio que negarse públicamente a servir -, por lo que era necesario crear nuevamente otro incidente que perpetuará el problema - los israelíes realmente no aprecian los llamamientos a negarse a servir -.

Lo que la carta dice en realidad es lo siguiente: "nosotros, reservistas con una agenda política de izquierdas, ya no creemos en nuestra capacidad de cambiar las políticas de Israel a través del proceso democrático. De ahí nuestro intento de crear un escándalo que haga que sea más difícil para Israel seguir con sus políticas actuales (esas refrendadas en las urnas)".

La mayoría de los israelíes, que todavía creen en el proceso democrático, tendrán todo el derecho a resistirse a tal intento.

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