Saturday, September 20, 2014

Prensa e Israel: (La controversia acerca de 'La historia más importante en la Tierra” - Matt Friedman - Tablet)



Mi ensayo "Guía de un iniciado a la historia más importante en la Tierra" tocó un nervio mucho más allá de mis expectativas pues no pensé que en nuestros tiempos un ensayo de 4.000 palabras pudiera ser compartido más de 750 veces en Facebook, y mucho menos 75.000 veces.

El artículo ha provocado una serie de respuestas interesantes. Richard Miron, un veterano de la BBC y de las Naciones Unidas, publicó una reflexión sobre sus propias y similares experiencias. En Jerusalén, el historiador israelí Gershom Gorenberg, desde el lado izquierdo del espectro político local, lo recomendó - "debe leerse, debe hacer pensar" -, y Rick Santorum lo respaldó en Twitter desde Pennsylvania. Algunos me han acusado de ser un apologista de la derecha israelí, y cosas peores. Unos pocos antiguos colegas piensan que ejercitar el periodismo sobre los periodistas es una especie de traición; otros se mostraron discretamente encantados. He hecho amigos y enemigos que no estoy seguro de necesitar.

No ha habido una respuesta pública seria al artículo, sin embargo, desde el interior del sistema que estoy criticando, no se han negado los ejemplos que proporcioné, tampoco ha habido explicaciones para los números que cité ni razones alternativas para los problemas que describí. Este incómodo silencio se parece a una admisión.

Aquí me gustaría responder brevemente a lo más cercano a una explicación oficial que ha surgido hasta ahora. Ha sido un breve ensayo publicado por Steven Gutkin, el ex jefe de la oficina de la Associated Press (AP) en Jerusalén y que trabaja actualmente en Goa, India, y que publicó aquí en Tablet la semana pasada. El artículo es importante precisamente por unas razones que creo que el autor no tenía la intención subrayar.

Steve, que optó por identificarse como uno de los editores que se presentaron de forma anónima en mi cuenta, responde a mis ejemplos concretos con generalidades, reflexiones sobre la condición humana, anécdotas y mucha discusión sobre su propio judaísmo. Parece creer que esto es acerca del carácter - él es un periodista experimentado, escribe, y un judío, aunque él cree más en la "humanidad" (en contraposición a los que, ya saben ustedes, no lo hacen) -.

Nosotros, por lo tanto, debemos creerle cuando dice que mi ensayo es "una tontería", incluso si en realidad no se molesta en desmentir nada. Yo era un joven miembro del personal, debemos comprenderlo, y he pasado menos tiempo en la prensa internacional que él, y además soy israelí. Por supuesto todo esto es cierto. Pero ¿y qué?.

Yo estoy cuestionando la cobertura periodística. Cualquier persona con la esperanza que trate de disputar o negar lo que escribí tendrá que ofrecer, como yo, información concreta sobre la mencionada cobertura periodística.

Lo que quiero, piensa él, es que Israel sea "dejada en paz y solo", que es la respuesta habitual de esas personas que se destacan por su obsesión con Israel. Pero por supuesto yo no quiero tal cosa: Yo quiero que Israel sea cubierto por la prensa, "tan críticamente como cualquier otro lugar, y se entiende que con el debido contexto y proporción", tal como escribí.

Steve quiere hacernos creer que mi argumento es que la prensa es "lleno de antisemitas" porque así mis argumentos son más fáciles de ignorar. Pero de ninguna manera es ese mi argumento. Lo que yo creo, y lo que escribí, es que los viejos patrones de pensamiento centrados en los judíos se están volviendo a imponer en Occidente. Yo no creo que nadie sensible a los acontecimientos de este verano, sobre todo en Europa, pueda creer lo contrario. Creo que la prensa es central en todo esto, consciente o inconscientemente, y se demuestra con ejemplos cómo funciona.

A Steve le gustaría que los lectores pensaran que mis críticas al sesgo de los medias tiene algo que ver con mi "ceguera" ante los palestinos, y escribe (incorrectamente) que ni una sola vez me refería a la ocupación de Cisjordania en mi artículo. De hecho, sí se mencionaba (y él más tarde corrigió ese detalle), y también escribí que los asentamientos son "destructivos" y un "serio error moral y estratégico por parte de Israel", algo que no deja mucho margen para errar acerca de mis "ideas políticas". La razón de que no me extendiera con la ocupación no es porque sea inconsciente de ella, sino porque mi ensayo trata de los medios de comunicación, no de la ocupación. También vale la pena señalar aquí que la única investigación seria relacionada con los asentamientos - y publicada por la oficina de Jerusalén de la AP durante el mandato de Steve, y un artículo muy crítico de las acciones israelíes - fue escrito por mí . Y estoy orgulloso de ello.

Lo más sorprendente es que Steve no sólo se ve contento de confirmar la obsesión de los medios con los judíos, sino que la aprueba. Si él realmente piensa que hay algún problema periodístico en que una organización de noticias cubra a Israel mucho más que a China o el Congo, él no lo dice. Él piensa que, de hecho, los judíos - el "pueblo de la Biblia", o tal vez los "perseguidos que se convirtieron en perseguidores" - son muy, muy interesantes. Su artículo es, en otras palabras, una confirmación de mi argumento pero confundiendo así su propia refutación.

En cuanto a dos de los incidentes más graves que he mencionado, un lector atento se dará cuenta que Steve concede los hechos. Ambos tienen ramificaciones más allá de los detalles de esta historia.

1.- Según mi conocimiento, ninguna agencia de noticias importante ha admitido públicamente censurar su propia cobertura bajo la presión de Hamas. El corresponsal del New York Times comentó recientemente que esta idea era un "disparate". Respondiendo a un periodista israelí preguntando por mi ensayo, la AP dijo que mis "afirmaciones que cuestionan la independencia de su agencia en el Oriente Medio en los últimos años no tienen mérito". Pero su ex jefe de la oficina de Jerusalén lo acaba de admitir explícitamente. Confirma mi informe un detalle clave retirado de una historia durante el 2008-2009: que los hombres de Hamas eran "indistinguibles de los civiles" a causa de una amenaza a nuestro reportero, un palestino de Gaza.

Él va más lejos de lo que yo fui, diciendo que tenía la impresión de que la información original del periodista habría significado "poner su vida en peligro". La información censurada en este caso no era una cuestión menor, sino la explicación de muchas de las víctimas civiles de las que gran parte del mundo (incluyendo la AP) culpaba a Israel. Steve escribe que este tipo de incidentes realmente solo ocurrieron "dos o tres veces" durante su mandato. Debe quedar claro para el lector que ni una sola vez es suficiente para que un periodista que viva bajo el dominio de Hamas se ponga definitivamente de su lado. Esto significa que la cobertura de la AP en Gaza está conformada en gran parte por Hamas, que es algo importante que los iniciados ya conocen, pero que los lectores desconocen.

No estoy diciendo que la decisión fuera errónea, pues no hay información que valga la vida de un periodista. Lo que digo es que la información debería aparecer de alguna manera, o avisar a los lectores de que sus noticias están determinadas por Hamas, pues supone una importante deficiencia ética con ramificaciones evidentes para la credibilidad de todos los involucrados. La AP debe abordar esto públicamente, y todas las agencias de noticias que trabajan aquí tienen ahora que ser abiertas acerca de esto.

2.- Escribí que a principios de 2009 la oficina de la AP en Jerusalén ignoró una noticia importante, un informe de una propuesta de paz presentada por el primer ministro israelí Olmert al presidente palestino. Esta decisión era indefendible por motivos periodísticos. Un lector atento se dará cuenta de que Steve no niega esto. No puede, porque mucha gente vio lo que pasó, y un periodista tan experimentado como Steve podría suponer, con razón, que al menos algunos de ellos conocería mi relato antes de ser publicado. Sin embargo Steve se limitó a problemillas con un detalle marginal - la naturaleza de un mapa que uno de los reporteros vio -.

Repito lo que escribí: Dos experimentados reporteros de la AP tenían información de una noticia muy importante, una que tenía el poder de dibujar la relación entre israelíes y palestinos bajo una luz diferente. Los israelíes la confirmaron, y los palestinos también.

La información era pues sólida, y de hecho más tarde apareció en la revista Newsweek y en otros lugares. La AP no tocó esta historia, al igual que otros, a fin de mantener su narrativa fundamentada en el "extremismo israelí y la moderación palestina".

No informar de las cosas malas que hace Hamas y de las cosas buenas que hace Israel, es lo que demuestran estos ejemplos, reforzando el papel de villano de "Israel" en la prensa internacional. Que estos fallos y estos sesgos inducen a error a los consumidores de noticias resulta meridianamente claro. Pero también tienen un papel en la generación de eventos recientes como el ataque de una turba a una sinagoga de París, por ejemplo, o el actual incremento de los incidentes anti-judíos en Gran Bretaña.

Hay varias causas detrás de este tipo de fenómenos y de las decisiones editoriales que conllevan algunos de ellos. Pero este es un tema sobre el que el antiguo jefe de la oficina de AP,  con todas sus reflexiones judías, no tiene nada que decir. El conjunto de la prensa no está, obviamente, "llena de antisemitismo". Pero tampoco está lleno de responsabilidad o de introspección, y el tipo de pensamiento o narrativa que se ha apoderado de ella debe tenernos profundamente preocupados.

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